tag:blogger.com,1999:blog-2902988321376780741.post4896892182579235605..comments2024-03-21T17:00:49.725+01:00Comments on CRISIS DE PAPEL: Editar la intimidad: los diarios de Alejandra PizarnikJLGMhttp://www.blogger.com/profile/17532221616232642359noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-2902988321376780741.post-28309364113966444492014-01-15T10:32:26.844+01:002014-01-15T10:32:26.844+01:00No conocía esa carta de Cortázar. Gracias por copi...No conocía esa carta de Cortázar. Gracias por copiarla.<br /><br />JLGMJLGMhttps://www.blogger.com/profile/18113358109400946307noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2902988321376780741.post-14848071754086774112014-01-14T10:09:57.673+01:002014-01-14T10:09:57.673+01:00Compré el libro y lo voy leyendo a pequeñas dosis....Compré el libro y lo voy leyendo a pequeñas dosis. Me fascina sumergirme en los entresijos y abismos de una persona que se abre en canal. Original viene de origen, y quien mira su propio ombligo está mirando al ombligo de todos, siempre que esa mirada sea brutalmente sincera e incondicional. <br /><br />En otro orden de cosas, me desazona que me guste tanto leer textos de personas que sufrieron problemas mentales, como la propia Pizarnik o Sylvia Plath (encuentro grandes similitudes entre ambas poetas, aparte de que las dos se suicidaron). Posiblemente la enfermedad mental proporcione una sensibilidad y una creatividad peculiares. No es raro, pues la literatura se hace con el cerebro, las sinapsis y los neurotransmisores; y la enfermedad mental es una alteración de esos elementos. Pero ellas sufrieron mucho (las psicopatologías nunca son divertidas) y me da pudor disfrutar tanto con escritos que nacieron del dolor. De todas formas, decidieron escribirlos y hacerlos públicos (en el caso de Pizarnik el propio JLGM dice que no cabe dudar de su intención de publicarlos), de modo que al leerlos no estamos profanando nada.<br /><br />Como no he leído aún el libro entero, no sé si viene la famosa carta que Cortázar le escribió después de uno de sus intentos de suicidios. Es muy conocida, pero quizá no esté de más copiopegarla aquí:<br /><br />“Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra. <br />Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo. <br /><br /><br /><br />Julio” <br />Aitor Suárezhttp://aitor-suarez.blogspot.comnoreply@blogger.com