Palimpsesto 27
Revista de creación
Dirección: Francisco José Cruz
Carmona (Sevilla), 2012
La principal cualidad de una revista literaria es la misma que debe tener un escritor: personalidad. Y no cabe duda de que Palimpsesto, publicada por el Ayuntamiento de Carmona y dirigida por el poeta Francisco José Cruz, la tiene. Presta especial atención a la literatura latinoamericana y limita el número de colaboradores de cada número para poder concederles la atención suficiente. Tres son los puntos fuertes de la más reciente entrega: el chileno Óscar Hahn, el colombiano Luis Vidales y el brasileño Casiano Ricardo. Se completa la oferta (cada entrega de Palimpsesto va acompañada de un volumen antológico) con Caballo de fuego, selección poética de la venezolana Enriqueta Arvelo Larriva.
Luis Vidales publicó en 1926, a sus veintidós años, Suenan timbres, un libro que trata de poner punto final a las epigonales prolongaciones del modernismo. Tardó más de medio siglo en volver a publicar otro libro, muy distinto. El humor evita que los poemas de Suenas timbres –se ofrece una amplia selección– tengan un mero valor histórico, aunque quizá ese sea el principal.
Relacionado también con la vanguardia, con el modernismo brasileño, está también Cassiano Ricardo. Más que el poeta –la selección de Pablo del Barco no parece muy afortunada– interesa el teórico, muy ejemplarmente presentado por Eugenio Montejo. Para Cassiano Ricardo, la poesía es “una isla rodeada de palabras por todas partes”.
Neorromántica, intimista, algo “naïf”, Enriqueta Arvelo Larriva (1886-1962) tiene un aire de otro tiempo, no exento de encanto: “Knut Hamsum: amo tu libro / no por premio Nobel, / sino porque huele profundamente a bosque. / Porque me embriaga de astros / y del misterio de las cosas sencillas”.
Pero para recomendar este número de Palimpsesto bastaría la presencia de Óscar Hahn. Al contrario que los otros poetas, casi inéditos en España, Óscar Hahn resulta bien conocido entre nosotros. Su poesía completas, Archivo expiatorio, fueron publicadas por Visor en el 2009. A tres poemas inéditos se añade una entrevista, lúcida como pocas, que firma Francisco José Cruz. En Óscar Hahn coinciden el poeta atento a la cotidianidad y al misterio con el reflexivo ensayista. Habla de su poesía, pero sus reflexiones tienen un valor más general. Selecciono algunas:
“No soy un cronista de mi propia vida, pero mi vida siempre está presente en mis poemas. No aparece en forma de crónica, sino de una manera más bien oblicua, que va surgiendo sola, desde los laberintos de la memoria, sin que haya una intención biográfica”.
“La forma confesional es un modo literario como cualquier otro, pero no es la única manera de hacer uso de los materiales que provienen de la experiencia vital del poeta”.
“Lo esencial que hay en uno, la sustancia que define al individuo como único e irrepetible en el universo, no cambia. Todo lo demás, incluido el cuerpo, es una suma de accidentes”.
“Todas las obras literarias son contemporáneas, hayan sido publicadas en el siglo XV, XVII o XX, por la simple razón de que el lector no realiza un viaje fantástico hacia el pasado para leer esos libros: los lee en su presente”.
“El soneto es un pequeño laberinto cuya puerta de salida solo puede encontrarse mediante la alta concentración y la creatividad”.
“En algún momento los signos de puntuación me empezaron a molestar. Los veía como hormigas muertas en un vaso de leche”.
“Si tengo que escribir o revelar cosas íntimas nunca me censuro. Cuando las excluyo, no es por temor al qué dirán, sino porque no funcionan poéticamente hablando”.
“Todos los poemas de amor, sean de Shakespeare, de Bécquer o de Neruda, están siempre al borde de lo cursi. Lo importante, como diría Borges, es la inminencia de algo que finalmente no se produce.”
“El aire juvenil que tienen mis poemas de amor no creo que sea una manera de resistirse al paso del tiempo. El amor es siempre joven, no importa a qué edad uno se enamore”.
“Nunca podría tener el problema de la página en blanco por el simple hecho de que jamás me instalo frente a la página, a menos que ya sepa las palabras exactas que voy a escribir”.
“Mis poemas de corte fantástico buscan acceder no a la irrealidad, sino a una realidad más honda que no puede ser alcanzada por el realismo a secas. No hay cansancio de la realidad inmediata, sino un intento de ir más allá y de ampliar el concepto de realidad”.
“Nada es ajeno a la poesía. No lo es antes, pero, curiosamente, puede serlo después, cuando lo elementos que se llevan al poema no funcionan. Pero en este caso no es culpa de ellos, sino del poeta”.
“Sin el cine, mi poesía no sería lo que es. En la arquitectura de mis poemas el montaje es fundamental. Los visualizo como si fueran un cortometraje, en el que diversas escenas forman secuencias que van apareciendo una tras otra. No me atrae que las imágenes verbales vayan saliendo a borbotones, en un orden azaroso, como si uno abriera un grifo de agua. Son poemas que se podrían filmar sin ningún problema, usando el texto mismo como guión”.
“Nunca me he propuesto experimentar nada, como plan previo. En poesía, el fin justifica los medios. Si intuyo que para logar un determinado fin debo usar medios poco convencionales simplemente los uso y ya está”.
“Desde el punto de vista formal, mis últimos poemas tienden al adelgazamiento. Los versos tienen cada vez manos sílabas. Es como si el lenguaje empezara a perder cuerpo, como si se estuviera fantasmagorizando”.
“Casi todo es fungible en el mundo contemporáneo. Pero la poesía permanece, a pesar de todo. Es una forma de resistencia contra las frivolidades del mundo actual y el lugar donde se preserva el legado de la especie. La poesía es una de las pocas señales que nos quedan de que hay vida humana en este planeta”.
¡Exactamente eso!, que me ha dejado sin palabras, fantasmagoricamente fabuloso, no sé si es correcta la frase, suena bien. saludos maria
ResponderEliminarUna observación: el nombre del autor, en el título de la entrada, aparece mal escrito.
ResponderEliminarGracias. Ya está corregido.
ResponderEliminarJLGM
Bonita portada.
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