lunes, 4 de marzo de 2013

Antonio Muñoz Molina: Las trampas de la ideología


Antonio Muñoz Molina
Todo lo que era sólido
Seix Barral.  Barcelona, 2013


Que Antonio Muñoz Molina es uno de los más notables escritores actuales, pocos lo dudan. Pero en su nuevo libro, un brioso alegato contra los políticos del cercano ayer y de hoy, no ha querido hacer literatura, aunque a veces la haga (y excelente, como cuando evoca sus viajes o sus años de formación). 
El Antonio Muñoz Molina de Todo lo que era sólido pretende ser un moralista y un riguroso analista de la sociedad contemporánea, decirnos lo que los españoles hemos hecho mal en “los años del delirio”, los de la bonanza económica, y ofrecernos sus recetas para la regeneración.
            Sus estancias en Estados Unidos le han enseñado a no confundir las exigencias de verdad y precisión del periodismo con los brillos a menudo engañosos de la literatura: “Yo venía de una cultura en la que era habitual admirar a un embustero o a un cínico por lo bien que escribía; en la que escribir bien era un valor separado de casi toda otra exigencia ética o estética”. En América aprendió que “sin periodismo serio no hay sociedad democrática”. Y eso es lo que pretende hacer al analizar la realidad española de hoy y del ayer inmediato: periodismo serio, porque “sin información contrastada y rigurosa cualquier debate es un juego de aspavientos en el aire”.
            Y eso es precisamente lo que no hace. Muñoz Molina conoce de antemano las razones de la actual crisis: el localismo, los nacionalismos, las cesiones de la izquierda… Y no tiene ningún inconveniente en manipular la información para que se ajuste a sus prejuicios.
            Veamos un primer ejemplo. Tras enunciar una tesis de Orwell (“el lenguaje político está diseñado para hacer verdadera la mentira y respetable el asesinato”) la ejemplifica nada menos que con el diario El País, que en su primer número, del 4 de mayo de 1976, “en su portada, en una sola columna esquinada, traía la noticia del asesinato de un guardia civil en el País Vasco”. El titular, según Muñoz Molina, decía “Guardia civil muerto”, y el escritor muestra su indignación: “Muerto como si hubiera muerto en un accidente de tráfico o de un ataque al corazón”.
            Fácil resulta comprobar que esa indignación, que demostraría la complicidad con ETA de cierta izquierda democrática, no tiene razón de ser. A cualquier lector le basta pulsar dos o tres teclas en su ordenador para tener en la pantalla la primera portada de El País, una portada sobria, de un nuevo estilo, en la que solo aparecían tres noticias y un editorial titulado “Ante la reforma”. Una de esas noticias, la única destacada con un recuadro, es a la que se refiere Muñoz Molina. Superfluo resulta ya su comentario: la muerte de un guardia civil muerto en accidente de tráfico o por enfermedad no figuraría en portada. Pero es que además el titular que nos da Muñoz Molina está manipulado. El titular real decía así: “Guipúzcoa / Guardia / civil / muerto en / un atentado”.
            La fuerza de la ideología no solo nos permite recortar un titular para que diga lo que queramos que diga y, a pesar de ello, pensar que estamos haciendo “periodismo riguroso”; también nos impide ver lo que tenemos delante, leer en la cita que hemos hecho de un texto ajeno lo que realmente dice.
            Uno de los grandes males de la sociedad española actual es, a juicio de Muñoz Molina, el auge de nacionalismos y autonomías, con su exaltación de lo propio. Nada encuentra más ridículo que “los arrebatos poéticos de las introducciones a los estatutos de autonomía”. Cita párrafos concretos de varios de ellos y no ahorra las descalificaciones, tras encomendarse al socorrido Orwell (“un idioma se vuelve feo e inexacto por transmitir pensamientos idiotas, pero la negligencia misma en el uso de la lengua produce la idiotez”). De “pringue verbal” los califica, de “leyendas redactadas además en una prosa infecta”, de “lánguidas vaguedades de prosa poética” que exaltan al pueblo (inmutable y unánime) frente a la ciudadanía (que se expresa en las elecciones). Pero el primer fragmento que cita del estatuto de Cataluña dice así: “Cataluña ha ido construyéndose a lo largo del tiempo con las aportaciones de energías de muchas generaciones, de muchas tradiciones y culturas, que han encontrado en ella una tierra de acogida”. ¿Dónde está el “pringue verbal”, la “prosa infecta”, la apelación a lo propio y el rechazo de lo ajeno? ¿Dónde la apelación al pueblo frente a la ciudadanía? Quizá en el otro párrafo citado: “El pueblo de Cataluña ha mantenido a lo largo de los siglos una vocación constante de autogobierno”. No me parece que eso sea discutible, a poco que se conozca la historia de España. Otra cosa es que esa “voluntad de autogobierno”, manifestada democráticamente cuando ello ha sido posible, nos guste o no. A Muñoz Molina resulta claro que no. Pero eso no le autoriza a disfrazarnos sus prejuicios ideológicos de “periodismo serio”, ni siquiera medianamente serio.
            Para escribir Todo lo que era sólido, Muñoz Molina ha realizado una investigación periodística. Durante el año 2012, “días tras día, entre finales de julio y principios de agosto” ha ido en taxi (eso nos dice) a la redacción de El País y ha repasado los periódicos del 2007. No ha perdido mucho tiempo en la investigación, ciertamente: los últimos días de julio y los primeros de agosto, una o dos semanas veraniegas. Pero no se necesita más tiempo para copiar de acá y de allá datos que confirman nuestros prejuicios.
            Una información más amplia y rigurosa, o una mejor memoria, le habría permitido comprobar que Rodríguez Zapatero no ganó, como él dice, sus segundas elecciones “sin mucho esfuerzo” ni que nadie le criticara “en serio” por negar la gravedad de la crisis (que lea los periódicos de entonces, el diario de actas de las sesiones parlamentarias). Pero probablemente de nada le habría servido; la ceguera ideológica nos impide ver lo que tenemos delante. Aludiendo a los años del final de la dictadura, cuando era compañero de viaje del partido comunista, escribe Muñoz Molina: “Rechazar entonces abiertamente el comunismo era tan impresentable como lo es ahora disentir del nacionalismo”. ¿Qué periódicos leerá Muñoz Molina, que emisoras de radio escuchará, qué tertulias televisivas verá para afirmar que hoy no se puede disentir del nacionalismo? La mayoría de los intelectuales españoles, de derechas y de izquierdas, no hace otra cosa.
            No quiere esto decir que el alegato de Muñoz Molina, tan lleno de buenas intenciones y, a trechos, buena literatura, y no exento de cierta autocrítica, resulte un libro desdeñable. Todo lo contrario. Nos pone en guardia contra las generalizaciones abusivas, a las que recurre con tanta frecuencia, contra su rechazo de la precisión y el matiz. “En España no se puede llevar la contraria”, por ejemplo. También se podría decir que es uno de los deportes favoritos de los españoles. Lo que resulta complicado, en España y en cualquier otra parte, es llevarle la contraria a tu jefe. Si eres director del Cervantes en Nueva York, como lo era Muñoz Molina en los años de su desdeñado Zapatero, tienes que esperar a dejar de serlo para comentar con divertido sarcasmo la pompa con que te veías obligado (¿obligado?) a recibir a ciertos políticos (véase, por ejemplo, la visita de Camps en las páginas 114-117).
            Nos pone en guardia esté brillante alegato lleno de verdades y sofismas contra la ceguera de la ideología, tan fácil de detectar en los demás, tan difícil en uno mismo.

57 comentarios:

  1. ¿Que “El pueblo de Cataluña ha mantenido a lo largo de los siglos una vocación constante de autogobierno”? Cuáles siglos, ¿qué autogobierno? (¿el de una monarquía propia? ¿eso cuándo?, ¿el de unas cortes totalmente independientes y no subordinadas a las generales de Aragón?

    Creo que sí es muy discutible, y no por darle la razón a mi paisano Muñoz Molina. Al final, más de uno tendrá que hacer un examen de conciencia y conocimientos antes de hablar de ciertos temas.

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  2. Estoy bastante e acuerdo con el contenido del artículo. Suelo leer las opiniones que Muñoz Molina publica en prensa y blogosfera y, efectivamente, a veces se le ve a caer en esa ceguera ideológica (yo más bien diría "estética") de lo políticamente correcto, de lo "chachi y fetén" de un falso izquierdismo de salón que prescinde de un análisis profundo de las causas y motivaciones en los fenómenos que "critica". Por ejemplo, la pose anticlerical pura, ese egoísmo absurdo de enjuiciar peyorativamente las creencias ajenas sin percatarse de lo injusto que tal generalización supone. Igualmente, la crítica generalizada al nacionalismo me parece una aberración que solo puede obedecer a un capricho esteticista o a una supina ignorancia de la Historia de España. Muñoz Molina cae con frecuencia en el muy español defecto de "pontificar" sobre lo que no se sabe.

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  3. Discrepo de las anteriores opiniones. Muñoz Molina no va de "¿Lo veis, si ya os lo decía yo?". Por el contrario, desde la cita que abre el libro hasta el final de éste, se esfuerza en subrayar que todos estuvimos adormecidos, como sonámbulos, en los años del pelotazo y la burbuja. Y lo que dice es que hemos de aprender de los errores y hacer una suerte de borrón y cuenta nueva, porque así no podemos seguir ni es viable repetir nuestro pasado reciente. No creo en absoluto que Muñoz Molina defienda tópicos de la izquierda y (por ejemplo) su novela "La noche de los tiempos" expresa con toda crudeza el espanto del "Terror rojo" durante la guerra civil. En todo caso, y puesto que sigo habitualmente a este autor, me consta que constantemente ha criticado los derroches y excesos del Estado autonómico, y muchas veces ha censurado que, mientras se despilfarraba el dinero a mansalva en televisiones autonómicas, se regateaban mezquinamente fondos para el museo del Prado.

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  4. Nada es completamente blanco o negro, y Muñoz Molina es un escritor admirable. Pero muy a menudo se deja llevar por sus prejuicios ideológicos. Yo señalo algunos casos,puedo citar muchos más. Su último libro tiene tanto de sermón doctrinario como de análisis lúcido. Hay poco rigor. Podrán no gustarnos las fiestas del carnaval, pero no son un invento (o una resurrección)de las autonomías para distraer al personal. Y mucho menos resulta una concesión a la iglesia que habría que eliminar la semana santa sevillana y otras celebraciones.
    Y en cuanto a Ángel Luis. Solo te dirá que si niegas la voluntad de autogobierno de Cataluña,yo ¿qué puedo añadir? Podrás negar que tengan derecho al autogobierno, pero no que lo han buscado en tiempos del conde duque de Olivares y en tiempos de la segunda República y en cualquier tiempo en que se ha tratado de limitar sus leyes y costumbres. Eso es lo que se ha llamado "el problema catalán", y no hay gobernante español que no haya tenido que lidiar con él. ¿O eres de los que creen que se trata de un invento de Zapatero por apoyar el estatuto o, peor aún (pero hay gente para todo) un invento de Artur Mas para tapar sus problemas con la crisis?

    JLGM

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  5. Por lo que hace al nacionalismo y al autonomismo el señor Muñoz Molina parece, en mi opinión, escribir un doble lenguaje de conveniencia válido tanto para un roto como para un descosido, con el nunca dice nada claro, con el que elude hábilmente la responsabilidad o compromiso que a todo intelectual o a todo pensador que opina públicamente le es exigible. O quizá es que pone en práctica una táctica de camuflaje o una estrategia para-filosófica consistente en quitarse de en medio en el momento justo para no mojarse ni verse salpicado, lanzando, eso sí, alguna lagrimilla y toda una serie de reproches generalizados a diestro y siniestro, (los culpables siempre son los demás), pero en el ínterin ir sembrando toda una serie de tópicos y lugares comunes que no comprometan ni enemisten ante nadie, y que ganen voluntades en todos los escenarios de la contienda. O sea, que hay que vender, que la pela es la pela, "money", al fin y al cabo, como decía Pink Floyd (que, por cierto, no es solo rock sinfónico, pues lo sinfónico en la obra de Pink Floyd es lo minoritario, por no decir lo anecdótico). Y me explico. En la reciente crisis independentista padecida en Catalunya por los excesos verbales de Artur Mas, (verbales y bancarios, pues lo de las cuentas en Suiza no fue ajeno a todo lo que pasó), ¿cuál fue la postura política, la opinión publicada del señor Muñoz Molina? Yo se lo diré: fue la callada por respuesta. Eso fue lo que hizo el señor Muñoz Molina en esa crisis: callar. Callar como un muerto, no fuese a ser el demonio que le bajasen las ventas en Barcelona, una de las plazas donde el viajante de turno coloca más ejemplares del producto a vender de que se trate. El silencio fue en este caso el grito clamoroso de Muñoz Molina pronunciándose sobre el nacionalismo, cuando este enseño de verdad los dientes. Lo cual no deja de chocar frontal y violentamente con la fobia persecutoria que ahora le ha entrado con los nacionalismos y con los autonomismos, a los que demoniza (y ridiculiza) como si fueran el germen de todos los males habidos y por haber, en España y en el mundo. O sea, que todo lo que está pasando, toda la crisis, todas las desgracias, no es por culpa de Bush o de Aznar y sus guerras y chanchullos, o por las tensiones de los Estados Unidos con China, o por la guerra económica norte-sur en el seno de Europa. No. La causa de todos los males es que en Figueras, digamos, se baila la sardana, o en Rentería se levantan pedruscos a una mano por encima del hombro. Vaya, vaya. Ya encontró el señor Muñoz Molina el muñeco idóneo donde golpear y donde descargar todo el abanico de recursos pugilísticos de su imaginario alucinado por el desconocimiento de lo que habla. ¿Qué mejor sparring que un "nacionalismo" generalizado de cuernos y rabo que se nos presenta esgrimiendo esas diferencias culturales que nos hacen sentirnos humillados porque en nuestra particular cultura no las poseemos? El antinacionalismo, señor Muñoz Molina o señores antinacionalistas, se cura viajando. Viajen ustedes alguna vez a su propio pueblo, ¡a ver si aprenden algo!

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  6. La culpa del desastre español es de la plebe, de la democracia, de la libertad, de los "españolitos" esos, de los que se compraban el BMW o el piso... ¿A quién se le ocurre comprarse un piso? A eso solo tienen derecho Muñoz Molina y sus amiguetes de El País, que son completamente inocentes de lo ocurrido. Ellos no hicieron nada, ellos son víctimas. ¿Cuánto cobraba Muñoz Molina como director del Cervantes? ¿Eh, cuánto cobraba? ¿Qué hizo? Que lo ponga en el libro, que cuente lo suyo... ¿Cómo es posible que un tío que estuvo metido en el poder, cobrando un sueldazo, venga ahora a llorar, a insultar al ciudadano de la calle, a llamarle gilipollas, a decirle "Ahí tienes lo que te mereces". o "Vives por encima de tus posibilidades"? ¡Mierda pa ti, no te jode! Venga ya, hombre, venga ya, menos cuento, Molina, que te lo has llevado crudo y ahora vienes a llorar... La culpa es de los que tragáis la doctrina de Aznar, la doctrina de la corrupción, los que cerráis los ojos a las tropelías de Aznar y sus secuaces. Tampoco cuando Hitler os dabáis cuenta de nada, ni cuando Franco... ¡Vosotros sois los culpables! ¡Hala, a mamarla!

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  7. Se nota que hay comentarios de personas que no han leído el libro, porque el autor no dice nada de lo que se le imputa en algunos comentarios. Por otro lado, desde hace un par de años el Sr. Muñoz Molina tiene un blog ( antoniomuñozmolina.es ) donde casi todos los días escribe ("Escrito en un instante"), a menudo de manera plegada a la actualidad, de modo que, si se le imputa algo, lo más adecuado sería citar dónde, cuándo y qué ha dicho.

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    1. Tienes mucha razón. Algunos comentarios responden a prejuicios, no al contenido del libro reseñado. Elimino uno anónimo (el inmediatamene anterior a este), por su tono poco correcto.

      JLGM

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  8. La culpa de lo que ocurre en España tiene nombre y apellidos: José María Aznar, y por delegación, Mariano Rajoy, cabecillas de una mafia que se ha apoderado de la dirección del Partido Popular para hacer lo que les da la gana. Que no venga Muñoz Molina con chorradas ni con paridas: aquí el que no ve las cosas es porque está colaborando con esta gentuza, y nada más.

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  9. Este libro de AMM es puro opurtunismo, que ahora vende la crisis?
    Pues nada, una de crisis!, dos semanas de buscar en el Pais (faltaría más)
    y tenemos libro.
    El problema que yo veo es que el citado escritor no tiene autoridad moral ya que fué uno más, el formaba parte de este sistema , se lucró y obtuvo privilegios con él. Y los sigue teniendo.
    Si echamos un vistazo al apartado de principales mecenas del centro JC
    en NY ( Centro dónde trabaja dando clases actualmente) podemos ver claramente quién le paga el sueldo a AMM:


    PRIMARY BENEFACTORS

    - Carroll and Milton Petrie*
    - Caixa d'Estalvis i Pensions de Barcelona
    - Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid*
    - CITGO Petroleum Corporation*
    - The Coca-Cola Foundation*
    - Fundación Coca-Cola de España*
    - Fundación Ramón Areces*
    - Fundación Tabacalera, S.A.*
    - Grupo Endesa*
    - Iberdrola, S.A.*
    - Morgan Stanley Group
    - Pfizer, Inc.
    - RENFE
    - Telefónica de España, S.A.*


    * Member of the Sir Harold Acton Society, which honors donors whose gifts to New York University equal or exceed $1 million



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  10. En un blog que escriben los empleados del Cervantes en NY, estos se quejan (de forma anónima) de que durante el tiempo que AM Molina fué director, su mujer era la encargada ( cargo que recibió a dedo) de hacer todas las entrevistas; ellos afirman que en el I. Cervantes había personas cualificadas para ello, algo que el director ignoró dando el trabajo a su esposa.

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  11. En este vídeo se puede ver una de las "actividades literarias" que organizó AMM en el CJC I de NY, naturalmente no podía faltar su esposa como coanfitriona:
    http://www.youtube.com/watch?v=Q7d6_a6OkRU

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  12. No tengo por función defender al señor Muñoz Molina pues simplemente soy lectora asidua de su obra, pero no fue el escritor el galardonado con la dirección del Instituto Cervantes durante un breve período (y fue él quien decidió dejarlo), sino el Instituto quien tuvo el honor de ser dirigido por Muñoz Molina. Casi nadie escribe como este autor, y no hay más que ver sus artículos en Babelia, que sólo por leerlos vale la pena comprar El País los sábados. Además, pocos autores hay tan versátiles como él, que escribe maravillosamente sobre artes plásticas, sobre música e incluso sobre ciencia (artículos en Muy Interesante). ¿No era lógico que el Instituto Cervantes fuera presidido por él, siendo además bilingüe y con arraigo en Nueva York, donde reside medio año? En otro país estarían orgullosos de contar con un escritor así, pero España es la meca de la mala baba y la capacidad no se perdona.

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  13. Zumo de poesia: aquí se han escrito libremente las opiniones acerca de este libro y su autor.
    En este país también hay personas que piensan de manera diferente a los seguidores del "Club de fans" de Molina, conozco el blog de AMM y no es más que un club de palmeros, dónde los que piensan en linea diferente al autor o sus hinchas habituales y lo expresan con educación y respeto son linchados por los inquisidores ( ellos se autodenominan progres, inteligentes y racionales), desplegando para ello una ruindaz moral dificil de superar. Muchos de los que han expresado una linea crítica o simplemente diferente han desaparecido. Si lo sigues tù también conocerás numerables ejemplos.
    Puede que te guste este autor, opinión muy respetable;igualmente es respetable informarse de manera autónoma sobre su trayectoria profesional y expresar su discordancia con este libro.

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  14. Muñoz Molina escribirá muy bien y todo lo que se quiera, pero en lo que respecta a su faceta de ensayista de temas políticos sus opiniones dejan mucho que desear, y por lo tanto son criticables, porque como muy bien señala y documenta con ejemplos el autor de este artículo, Muñoz Molina consciente o inconscientemente se deja atrapar en una trampa ideológica consistente en posicionar los juicios en una defensa egoísta de la propia ideología política, postura tramposa que obedece más a lo estético que a la verdad de los hechos, más a lo visceral y espontáneo que a la razón y a la lógica. Muñoz Molina construye sus opiniones políticas y morales pensando en un "qué dirán" autocompasivo y pretendidamente equidistante, por lo que no vacila en prodigarse en aseveraciones arriesgadas antes que en ajustar sus juicios a la razón y al conocimiento.Y por eso se ve a Muñoz Molina opinar con argumentos endebles sobre laicismo, independentismo, monarquía, opiniones que pueden ser criticadas, por mucho que le pese a algún fan incondicional de este escritor, que ve en su ídolo literario poco menos que a un Dios dotado de la ciencia infusa o de la infalibilidad de juicio.

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  15. Estoy muy de acuerdo con lo anterior. La buena escritura a veces oculta un endeble razonamiento.

    JLGM

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  16. Crítica muy bien razonada, JLGM.
    Una muestra de la incoherencia moral de AMM. Èl es un defensor de la educación pública de forma categórica, en el papel, debería entenderse.
    Los hechos nos revelan lo contrario.
    La Universidad de Nueva York, donde se encuentra el Centro Juan Carlos I, lugar en el que AMM imparte sus clases actalmente, es la Universidad PRIVADA más grande del mundo, según este extracto de un art, publicado por el Pais (4. dic,2oo2) y que trata sobre el referido KJC:

    "La experiencia de la Fundación Centro Rey Juan Carlos I en Nueva York no puede ser más positiva. Instalados en un edificio en Washington Square, cedido de por vida por la NYU, la mayor universidad privada del mundo, el centro Rey Juan Carlos I se ha convertido en sólo cinco años de existencia en el punto de referencia de la cultura iberoamericana en Nueva York,"

    Defiende a cal y canto la educación pública mientras él se embolsa el dinero de la privada!
    Creo que hay que mirar con lupa a estos apóstoles de la moral que surgen como setas.

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  17. Estimado JLGM: Con esto: "... Fácil resulta comprobar que esa indignación, que demostraría la complicidad con ETA de cierta izquierda democrática, no tiene razón de ser... " no estoy de acuerdo, pues ciertamente hoy y desde hace ya tiempo, para cualquier periódico de los que leen las personas normales, una acción de ETA de este tipo es como mínimo un "execrable asesinato". Por poco que nos guste, ese calificativo de "muerto" suponía cierta complacencia de determinada izquierda con aquellos actos. Podía tener explicación en aquellos tiempos, pero cuando esa izquierda se dio cuenta de que esos posibles compañeros de viaje eran realmente unos locos asesinos, se cambió la literatura.

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  18. Anónimo (de 9:23):

    Yo también sigo el blog de AMM, en el que a veces comento, y no creo que en dicho blog ninguna opinión disidente sea rechazada ni machacada con ruindad (acabado en d, no en z), pues allí las opiniones son libres y cada cual aporta lo que le viene en gana. No me consta que haya censura, salvo en cuanto a los insultos, que ya se sabe no son propiamente una opinión.

    Y por lo demás, estoy seguro de que el Sr. Muñoz Molina (que es todo lo contrario de un ayatóllah) es el primer interesado en que sus opiniones se discutan, debatan y refuten. Ya le han caído muchas críticas por aceptar el premio Jerusalén y pudo librarse de ellas rechazándolo (que al parecer era lo "progre"), pero no lo hizo por honestidad intelectual y porque creía que recibirlo era lo correcto.

    Bueno, ya veo que aquí mola el palo y tentetieso a Muñoz Molina. Yo sospecho por qué (y creo que los demás también lo intuís).

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  19. Estimado anónimo amigo, no niego que pudiera haber cierta complacencia entonces con los actividades de ETA; ten en cuenta que se les concedió una amnistía (promulgada por UCD, no por un partido de izquierda). También la derecha tardó mucho con condenar los asesinatos del Batallón Vasco Español (si es que los ha condenado) y los del GAL solo cuando vio en ellos un buen motivo para echar del poder a los socialistas. Pero no es cuestión de discutir esto. Ni que en 1976 la Ikurriña estaba prohibida y colocar una era motivo para ser condenado(sin necesidad de matar a nadie) a largos años de cárcel. [De hecho el guardia civil de la noticia murió al tratar de quitar una ikurriña: a ella estaba adosado el artefacto explosivo].
    Esas son materias complejas. Pero lo que no es discutible es que Muñoz Molina comete en su libro una falta periodística que, si fuera redactor del New York Times, ocasionaría su despido: manipula un titular para apoyar una tesis (tesis quizá válida pero que debería demostrar de otra manera).
    ¿Y de verdad cree mi interloutor que el titular periodístico debería haber sido "Guardia civil muerto en execrable asesinato" y no "Guardia civil muerto en atentado"? ¿Es que piensa que hay asesinatos que no son execrables? ¿Es que cree que si un periódico titula "cien muertos en un atentado en Damasco" está justificando esos muertos?
    En fin, hay cosas discutibles, pero otras me parece que no. A mí no me gusta generalizar en mis juicios de valor, sino hacer observaciones concretas. Y si me equivoco en los datos que se me contrapongan los datos ciertos.

    JLGM

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  20. Lo peor de Muñoz Molina como opinador político es la poca memoria que tiene, y lo poco que arriesga con sus juicios. Es un maestro del disimulo y de la falsa equidistancia. A diferencia de Fray Luis de León, se le olvida pronto lo que dijo ayer. Sus teorías tienen algo de étereo, porque en ellas realmente no se afirma nada. Resiste escasamente una somera revisión de las hemerotecas. Quizá es que tenga alguna mala conciencia de su época de escritor en ABC, cuando era una especie de Juan Manuel de Prada de la época. Observo a Muñoz Molina en los últimos años haciendo declaraciones generalistas que suelen estar mal informadas y peor motivadas, con la aparente finalidad de halagar el oído de la derecha rancia y tramposa de este país, como cuando acusó a Zapatero de revanchismo por querer hacer justicia con la ley de la Memoria Histórica, afirmando barbaridades como que "Si nos referimos constantemente al pasado no entendemos el presente", proclama esta que parece sacada directamente del magín propagandista de un Goebbels o de un Rajoy, especialistas consumados en la mentira. Muñoz Molina dice muchas tonterías porque no tiene un criterio fuerte. Cambia de opinión con gran facilidad, tiene poca memoria, y luego pasa lo que pasa. Pretende que sus opiniones sienten cátedra, como cuando sacó un libro la Guerra Civil, que según él estaba destinado a convertirse en la única fuente fidedigna para entender lo que pasó, pero la verdad es que es mejor que no remueva mucho las cosas si no quiere que le asalten las contradicciones a cada paso que da. Lo que si hay que encomiar en Muñoz Molina es la lealtad a sus amigos: Cebrián et alii (jajaja). Buen artículo que evidencia algunos de estos rasgos contradictorios y llamativos de su carácter.

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  21. Ay qué risa, Basilisa. El Sr. García Martín reprende a Muñoz Molina por hablar mal de El País manipulando un titular. O sea, que Muñoz Molina ha sido travieso, se ha portado mal con El País.

    Pero hete aquí que luego otro comentarista dice que Muñoz Molina es un lacayo al servicio de El País (de "Cebrián et alii", dice).

    ¡Pero es que no os dais cuenta de la contradicción! Hasta un ciego lo ve.

    Esto se llama PATETISMO y lo que realmente pasa es que Muñoz Molina escribe bien, demasiado bien. Y este hecho, real y objetivo, hay mucha mucha gente que no puede soportarlo.

    PD: Lo del premio Jerusalén ha sido cosa del contubernio judeo-masónico. Bueno, por lo menos JUDEO. Si está más claro que el agua.

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    1. Estimado zUmO, yo "reprendo" a Muñoz Molina por manipular un titular, no por hablar mal de El País. Igual daría que el titular fuera de ABC, El Mundo o La Razón.
      Y nunca he dudado de que es un magnífico escritor,un prosista espléndido. Pero la buena prosa a veces encubre falacias lógicas y debilidades ideológicas. A veces. Solo a veces. Con muchas de sus ideas estoy de acuerdo.

      JLGM

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  22. Muñoz Molina ha entrado en una línea de pensamiento político crítico con la que pretende analizar los errores de la actualidad, las causas que nos han conducido a la crisis y a la situación angustiosa que se vive, y para ello hace uso de un método que se basa en un revisionismo histórico no muy ortodoxo, un revisionismo de conveniencia y parcial similar al practicado por otros intelectuales y escritores como Pío Moa, Savater, Sánchez-Dragó, o Pérez Reverte. Los resultados de este proceder son confusos. No se alcanzan verdaderas evidencias o certezas, como resultaría de hacerse uso de métodos más científicos, tal el marxista o el puro historicismo documental de fuentes acreditadas. La crítica a este trabajo que hace el profesor García Martín es correcta, da en el clavo, pues denuncia los vicios de mala praxis que inundan e invalidan parcialmente el libro de Muñoz Molina (manipulación de textos o de titulares periodísticos, generalizaciones, descalificaciones, silencios...). Para finalizar, una pregunta para Muñoz Molina: si los nacionalismos (con sus correlativos sistemas públicos autonómicos) son tan dañinos y perversos, ¿qué hacemos con ellos? ¿Prohibimos el nacionalismo, los partidos políticos nacionalistas? ¿Eliminamos las Comunidades Autónomas? ¿O lloramos y ponemos cara de enfadados, a ver si alguien nos hace caso? ¿Esa es la solución, toda la solución? Demonizar el nacionalismo no traerá más que desgracias a España. Los problemas hay que arreglarlos, corregirlos, no agravarlos con voluntarismos imposibles y falsos buenismos que solo conducen al callejón sin salida.

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  23. Sin ánimo de ofender, a mí AMM siempre me ha parecido un cursi.
    Daniel.

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  24. Pues a mí casi siempre me ha parecido un gran escritor, más en las piezas breves que en los trabajos de más pretensiones.

    JLGM

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    1. Estoy de acuerdo contigo, José Luis, en que son mejores sus piezas breves "Nada del Otro Mundo" fotografía el ambiente de los 70-80.
      Pero el libro "Todo lo que era sólido" me parece muy revelador de los polvos que trajeron a estos lodos. Me parece una lectura muy recomendable aunque es cierto que, como él mismo afirma, es muy fácil profetizar sobre el pasado.

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  25. Si matar a un guardia enganchando una bomba a una ikurriña es 'materia compleja' es que usted, García Marín, es un simple. O está cegado por la ideología. O ambas cosas, que tal vez sean la misma.

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  26. Todos estamos algo cegados por la ideología, pero algunos nos esforzamos en librarnos en lo posible de ella.
    Explico al anónimo replicante, aunque no quien no quiera entender no entienda. Matar a un ser humano es un crimen abominable, se cometa con el pretexto que se cometa. ¿Está claro? Lo mismo da que ese pretexto sea la independencia del Pais Vasco que la unidad de España.
    Sentado eso, da qué pensar que la gente muriera por colocar o quitar una bandera que, muy poco tiempo después, era completamente legal.

    JLGM

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  27. Hoy El País no titularía "muerto en atentado", sino "asesinado", porque fue un asesinato con premeditación: una bomba adosada para que al retirarla explotase. Hemos tardado más de 30 años en entenderlo. Ahora El País debería publicar un reportaje reconstruyendo la vida, la biografía personal de ese guardia civil, o sea, de ese ser humano, y de cómo su familia (su padre, su madre, su esposa o novia, sus hijos ...)... cómo vivieron ese día- Hoy El País debería reconstruir la vida truncada de ese ser humano asesinado que salió, semiperdido, en una esquina de su primer número.

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    1. El punto sobre la i9 de julio de 2016, 19:18

      Estoy de acuerdo, así debería decirse siempre para no seguir el juego político a los asesinos, y de paso generar menos crispación.

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  28. No te creas todo lo que te cuentan, zUmO, y busca el ejemplar de "El País". Es fácil encontrarlo. La noticia no salió semiperdida (esa es la mentirosa interpretación de Muñoz Molina), sino destacada en primera página, como saldría hoy. Y "muerto en atentado" ya implica "asesinado" (toda muerte en un atentado es un asesinato, tanto ayer como hoy"). Pero "asesinado" no implica "muerto en atentado", podría haberlo sino en un atraco, por venganza de traficantes de droga, etc. Muñoz Molina sabía eso y por ello mutiló el titular (en su libro pone solo "muerto", no "muerto en atentado"), contra toda ética periodística.
    Antes de opinar conviene contrastar los datos y pensar por cuenta propia.

    JLGM
    JLGM

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  29. Artículo de Javier Marías en El País sobre el ensayo de Muñoz Molina: http://elpais.com/elpais/2013/03/05/eps/1362508930_860764.html

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  30. Creo que Javier Marías no comenta el libro, sino dos entrevistas del autor. Pero en ellas ya está lo más negativo del ensayo: la generalización abusiva y sin matices.

    JLGM

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  31. Acabáramos: la culpa es de Zapatero, cómo no. Cuando a Muñoz Molina -ante las críticas de Marías- le están defiendendo fanáticos de Aznar como Santiago González, el provocador columnista de El Mundo que sigue defendiendo la inocencia de Bárcenas, de Matas, de Mato, de Fabra, y hasta de Correa, se empieza entonces a entender todo mucho mejor. La culpa es de Zapatero, y lo de Bárcenas es una chiquillada. De agradecidos está el mundo lleno, ¡Molina!

    http://santiagonzalez.wordpress.com/2013/03/10/otros-lopeces/#comment-141162

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  32. ¿Por qué Santiago Gonzalez es provocador? ¿Porque no piensa como usted, quizá?
    Daniel.

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  33. Porque miente para defender su fanatismo, para defender la guerra de Irak, para defender su odio a los homosexuales, para defender su odio a la izquierda, para defender su adoración por Franco, por Pinochet, por Videla... Porque es un enfermo: está enfermo de odio, del dio que le inoculó el franquismo, y por eso provoca, insulta constanemente, porque busca el enfrentamiento, quiere otra guerra civil, para saciar su sed de odio...

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  34. Francamente, si ese es su único argumento, a mí el enfermo de odio me lo parece usted.
    Daniel.

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  35. Muñoz Molina debe de tener mala conciencia por todo cuanto está pasando, y por ello hace un ejercicio de sinceridad en público al tratar de analizar en qué medida es él responsable de la situación a la que ha llegado el mundo. Pero al mismo tiempo, quizá inconscientemente, un mecanismo defensivo de autoprotección se pone en marcha: por un reflejo pavloviano activa una fórmula para atenuar la culpa que en sí mismo reconoce. Esa fórmula consiste en proyectar hacia otros esa responsabilidad, en proyectar ad infinitum, involucrando (injustamente) a todos los demás, a quienes sin nombrar alude, salvo a El Roto. Ahí no se atreve a tocar, porque de incluir a El Roto en la crítica podría encontrar (cree él) una resistencia y una contestación numantinas a sus tesis, cosa que no le interesa. Por lo tanto, El Roto es inocente, pero Forges no... Es una teoría muy endeble. Es una tontería, dígalo quien lo diga. Las causas de la crisis hay que ir a buscarlas al 11 de Septiembre de 2001. Mucha gente lko sabe. Muñoz Molina, por el contrario, calla.

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  36. Hasta que no se ponga fin a la corrupción en la política, hasta que no se castigue a los corruptos con las penas previstas en las leyes, mientras haya impunidad para los poderosos, no habrá salida de la crisis. Al contrario, la crisis será cada día más y más grande, más devastadora, más incontrolable, porque estamos ante un crisis moral que afecta a la base y la sustancia del sistema democrático. La corrupción pudre la democracia, como un cáncer que degenera la célula, hasta destruirla. ¿Solución? Que se vayan los corruptos. Regeneración del escenario político. Gente nueva que esté limpia de toda mancha. La hora de los corruptos ya pasó. Que se vayan.

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  37. Desgraciado el pueblo cuyo gobierno dedique todo su tiempo a defenderse de las acusaciones de corrupción.

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  38. Muñoz Molina parece considerarse superior a los demás, quizá por vivir en Nueva York, lugar que alaba repetidamente como meca de la felicidad o de no se sabe qué paraíso de culturas y virtudes. Parece creerse superior por vivir en un país como los Estados Unidos, país para el que no encuentra adjetivos bastantes a la hora de la alabanza, pero del que olvida sistemáticamente que es la cuna de todas o casi todas las desgracias y maldades que se viven en la actualidad. Muñoz Molina habla de España con desprecio, como avergonzándose de ser español, como si fuéramos salvajes subdesarrollados y él nos observara desde algún podio de santidad ajeno a tal barbarie tercermundista. Denuncia todo nacionalismo o localismo que no sea o tenga que ver con el insoportable imperialismo norteamericano, para el que jamás tiene una palabra de reproche. Se ve que se avergüenza de ser andaluz. Es de estos que marchó a Madrid porque no soportaba la ordinariez de ser un provinciano, y se lo creyó. Y como está tan agrandado y ensoberbecido por los premios que ha logrado a lo largo de su carrera literaria (premios justamente alcanzados, dicho sea de paso), se pone valiente y nos suelta una reprimenda en la que nadie se salva salvo...¡asombro, El Roto!, y él mismo, por supuesto. Él siempre es inocente de los males que proclama. Es inocente y víctima. Le ha entrado además tal fobia contra lo que denomina "la izquierda" que hasta ha cosechado el aplauso cerrado de los más conspicuos columnistas de la caverna mediática, alabadores de Franco incluidos. ¿Para cuándo el striptease total, señor Molina? ¿Por qué tanta amargura, por qué tanta cara dura, por qué tanta generalización injusta? Hace nueva años, un doce de marzo, un día después de los atentados de Madrid, Muñoz Molina generalizaba en un artículo publicado en El País acusando a un alguien indeterminado de haber concebido "delirios colectivos que se han superpuesto a la realidad y a la razón”, y, como bien señaló Suso de Toro en oportuna respuesta en otro artículo del mismo diario, acusando de que "los ciudadanos que nos habíamos opuesto a las políticas e ideología del Gobierno de Aznar habíamos ayudado a crear un “delirio conveniente” que culpabilizaba a la ciudad de Madrid. Aquel crimen era una consecuencia. Eso, negro sobre blanco el día después de aquel terrible atentado en la capital de España".

    Muñoz Molina se está pasando de víctima y de listillo, con sus sermones y admoniciones. Desagradecido con España y con los españoles, a los que debe mucho, asusta pensar lo que dirá de nosotros cuando ninguno le oigamos. Tiene muy mal concepto de España. Yo no voy a comprar su libro, y si me lo regalan, lo tiraré a la basura.

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  39. No he leído el libro luego no puedo opinar. Si el titular de El País es como usted dice, que no me voy a poner a guglear ahora, su crítica parece fundada y razonable.

    Sí quería decir algo sobre esto: “Sentado eso, da qué pensar que la gente muriera por colocar o quitar una bandera que, muy poco tiempo después, era completamente legal”. Da qué pensar su razonamiento. Hombre, la gente no moría por colocar o quitar banderas; el pobre diablo murió porque no le quedaba otra que cumplir órdenes y alguien, que lo sabía, puso una bomba para asesinarlo.

    Da qué pensar que la gente muriera por empeñarse en cruzar la calle por los pasos de cebra… No sé si me explico.

    M.A.

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    1. Pues sí, la gente moría por colocar y quitar banderas. No hay historia de ningún país que no esté llena de héroes que murieron por una cosa u otra (héroes muchas veces convertidos en criminales vistos desde el lado contrario).
      La muerte de ese guardia civil fue un crimen sin justificación ninguna. Prohibir la ikurriña y detener, encarcelar, torturar a veces, condenar a largos años de cárcel a quien la colocara era también un crimen (que no justifica el otro, por supuesto), además de una estupidez. Y todo ello, da qué pensar, al menos a mí (sin que pensar me convierta en cómplice de nadie).

      JLGM

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  40. Otro ejemplo de ceguera ideológica, de parcialidad, de falta de ecuanimidad, de prepotencia y de pedantería: en su blog publica hoy Muñoz Molina un artículo en plan irónico-despectivo contra Arabia Saudí, por el motivo de que en este país se siga aplicando la pena de muerte, con el agravante de hacerlo en la forma más salvaje que se conoce: la decapitación por espada. Correcto. La crítica es justa, los árabes son brutales, bestiales, inhumanos, pero ¿por qué no dice que en los Estados Unidos también se sigue aplicando la pena de muerte? ¿Por qué no critica a Estados Unidos por este mismo motivo? ¿Acaso se le olvida que en Estados Unidos se acaba de ejecutar mediante la silla eléctrica (salvaje procedimiento) hace escasamente un mes a un reo culpable de varios asesinatos? Muñoz Molina está dando lecciones todo el día, dándoselas de listo, y no hace más que meter la pata. ¿Acaso hay clases de pena de muerte, pena de muerte buena y pena de muerte mala? ¿Es más civilizado un país por ejecutar la pena capital mediante decapitación que por cualquier otro medio? ¿No es igual de brutal el ahorcamiento que se practicaba en los Estados Unidos como forma de pena de muerte hasta que inventaron la silla eléctrica?

    Invención de la silla eléctica...La paja en el ojo y la viga en el propio.

    Por otro lado, queriendo rizar el rizo, suelta otra "perla" cargada de veneno, con ánimo de molestar y de ofender: "aliada fraternal de Occidente" considera a Arabia Saudí. ¿De Occidente? ¿De qué Occidente? En toda Europa no hay ningún estado que aplique la pena de muerte, salvo Bielorrusia. En toda América (del Sur y del Norte) no hay sino dos países que aplican la pena de muerte: Cuba y Estados Unidos. ¿Aliada fraterna Arabia de Occidente? ¿No será tal imputación de fraternidad una máscara para encubrir que Arabia de quien es aliada es de los emporios petrolíferos privados norteamericanos? Arabia solo es aliada de criminales y ladrones como George Bush, como biuen sabemos todos... Todos menos Muñoz Molina, el moralista que no da una.

    A este paso llegará el día en que Muñoz Molina nos va a venir a contar que lo de Guantánamo (prisión) también es culpa de Zapatero.

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  41. Que no, la gente no moría por entrar a desayunar a las 9 de la mañana, ni por comer en el mismo restaurante a la misma hora, ni por salir a las 8 de casa para llevar los niños al colegio. La bandera, el restaurante, el colegio, todo accesorio, todo sin importancia; pura logística.

    En cuanto al resto nada que decir. Bueno sí, que de acuerdo en todo y que la última frase de pensar y complicidades no viene a cuento.

    M.A.

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  42. Adivina, adivinanza, ¿en qué se parece Muñoz Molina a Mariano Rajoy?...

    Solución: en que ninguno de los dos pronuncia la palabra Bárcenas, so peligro de rebuaznar (Feijóo, jojojo)

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  43. Antonio Muñoz Molina puede que sea un buen novelista e incluso un buen articulista de periódicos y revistas, pero como ciudadano sus opiniones políticas dejan mucho que desear, por dos razones: 1º Falta de compromiso real con la clase trabajadora y sus problemas. 2º Desconocimiento preocupante de la Historia de España, que le lleva a la histeria impotente del insulto a nacionalistas y regionalistas. Muñoz Molina, en la cuestión nacional, no sabe de lo que habla, tiene unas lagunas de ignorancia enormes, se deja llevar por el prejuicio y por los tópicos anticatalanistas de ranciedad castiza. No tardará mucho en cambiar de opinión, a medida que vaya conociendo la realidad histórica de España, de la que lo desconoce todo.

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  44. Estoy bastante de acuerdo con el último anónimo, pero yo prefiero al Muñoz Molina articulista (siempre que no hable de política) que al novelista.

    JLGM

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  45. Gracias al tan denostado por MM sistema autonómico de descentralización del poder España ha prosperado en estos últimos treinta y cinco años como no lo había hecho en treinta y cinco siglos (España es muy vieja, es tan vieja como el mundo, aunque Molina eso no lo sabe). Y no solo prosperidad; el período democrático de la España de las Autonomías ha traído la paz a España, porque España es una nación de naciones cuyo estado ideal es el del poder descentralizado y asimétrico. Pero eso ni Molina ni los fachas de este país lo admitirán nunca, porque dentro de sí llevan el germen de la envidia a Cataluña y Euskadi, y el odio a lo que es diferente.

    España todavía necesita el paso de varias generaciones (en paz) para desactivar definitivamente el odio que albergan los individuos más cerriles de los que componen su heterogénea población. A lo mejor algún día se consigue.

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  46. La "verdad" es escrita (a veces borrada, tamizada, mediatizada, edulcorada, adelgazada o repintada) por los grandes medios de comunicación sociales (periódicos, revistas, cine, televisión, radio), quienes a su vez son mediatizados e intervenidos por el efecto que produce su dependencia material de los grandes poderes económicos. En un mundo en crisis toda propiedad tiende a ser engullida por la acción irresistible del gran capital. Dinero llama a dinero.

    Los grandes emporios editoriales se reparten el negocio de la información y de la cultura, a cuyo efecto alimentan y mantienen su propia nómina y burocracia de informadores y opinadores sumisos, quienes se encargan de ir dando forma día a día, a conveniencia, a la "verdad" de los hechos, a la verdad que las circunstancias exijan (no sería bueno que la Bolsa subiese todos los días, por ejemplo).

    La "verdad" mediática, pues, consiste en una "versión oficial" de la Historia, elaborada ad hoc por funcionarios a sueldo de los vencedores de la batalla económica (que ya no son solo los banqueros; por eso quizá empiecen a proliferra fotografías de políticos al lado de capos de la droga)

    Los escritores de éxito, los premiados, los superventas y los escritores de culto y moda contribuyen además a esta colusión informativa antidemocrática oficiando de gurúes estéticos, que sacralizan y oficializan con su magisterio el contenido de las "verdades convenientes", como por ejemplo ocurre con Antonio Muñoz Molina, paradigma y arquetipo de la docilidad intelectual, del conformismo crítico, de la resignación lucrativa, quien jamás cuestiona ni por lo más remoto una sola palabra de las contenidas en los guiones oficiales aprobados en las oficinas del "Ministerio de la Verdad Editorial", como ocurre con el informe oficial de los atentados del 11S en Nueva York, que para Muñoz Molina no solo es incuestionable, sino que es un ejemplo a seguir por los demás países como forma de establecer verdades oficiales.

    Novelistas que se meten a historiadores, poetas que se arrastran por un premio, escritores de insulseces, mequetrefes culturales, literatos cobardes a sueldo de propietarios de multinacionales y patrones de la mafia (lo que viene a ser lo mismo)...

    ¿Solución?

    No hay solución.

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  47. Es tan fanático y tan salvajemente irracional el católico-apostólico-romano amachamartillado a fuerza de represión y confesionario, a fuerza de superstición y tópico manido, a fuerza, en fin, de puro y duro interés materialista por adquirir al precio que sea un salvífico pedazo de cielo (cuanto más a la derecha del Padre, mejor), como el ateo anticlerical tenaz y testarudo de ateísmo belicoso y victimismo populista que odia a muerte a quien exhibe hasta la ostentación la práctica de su religiosidad, y que hace del combate contra de tal imaginario antagonista caballo de batalla eterno y bandera de toda su ideología.

    Es decir, tan religioso es el uno como el otro.

    A esta segunda tipología del fanático español carpeto-atávico, la del laicista irreprimido de salón, tal vez sin saberlo pertenece de hecho y por irrefutable derecho propio intransferible -que gana y renueva cada vez que abre la boca para opinar sobre religión, moral o filosofía- el eximio novelista don Antonio Muñoz Molina, a quien ya Camilo José Cela adjetivara en su día como el "tontuelo doncel", posiblemente a la vista de alguno de los moralizantes panfletos que dicho literato hace pasar por sesudos ensayos de pensamiento y erudición.

    Triste destino el de España el que sus hijos no aprendan a desencorsetar su verdadera voluntad e inteligencia de estas lacras mentales que capitidisminuyen y limitan su genio, y que de generación en generación se van transmitiendo y propagando de unos en otros sin que nada ni nadie sepa cómo poner fin a este mal.

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  48. Un artículo crítico de Jordi Gracia con la tesis derrotista de "Todo lo que era sólido":

    http://elpais.com/elpais/2013/03/19/opinion/1363694916_887258.html

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  49. Admiro y sigo a Antonio Muñoz Molina desde primeros de los noventa, desde que leí El invierno en Lisboa. Desde entonces he seguido con interés la mayoría de lo que iba publicando sobre todo artículos y algunas novelas. Se da también el caso de que soy prácticamente de su misma generación y estudié Farmacia en Granada por los mismos años en que él cursaba sus estudios universitarios en la misma ciudad. Es por eso por lo que me identifico tanto con las descripciones que hace en algunas de sus obras de los ambientes, las situaciones, las costumbres y la mentalidad de esos años en Granada. Y toda esa época la describe con tanta maestría que al leerlo siento algo parecido a lo que sentía el otro al tomarse la célebre magdalena con té.
    Pero el motivo de mi comentario, además de mostrar mi admiración por AMM, no es otro que responder y dar mi opinión sobre el manido, recurrente y omnipresente tema de los NACIONALISMOS que se ha suscitado aquí al hilo del libro en cuestión. De entrada, a mi entender no se puede criticar un nacionalismo desde otro nacionalismo. Vamos a suponer que los derechos los detenta realmente el ciudadano y no el pueblo, ese pueblo que se considera a veces un sujeto histórico brumoso aderezado de una cierta mitología -quizás sobrevenida- que los políticos maniobreros usan a su antojo para arrimar el ascua a su sardina. De acuerdo,vamos a suponerlo. El estado ha de estar compuesto por ciudadanos iguales ante la ley sobre cuyo conjunto descansa la soberanía. No hablemos entonces de estado-nación porque caeremos en el error que queremos combatir. Ahora bien, definido asépticamente el estado como un ente formado por ciudadanos libres, detentadores de los derechos y libertades fundamentales, con capacidad para decidir su forma de gobierno y su destino político, planteo una pregunta. ¿Como describimos lo que han de tener en común esos ciudadanos para que formen parte de ese estado y no de otro contiguo e igual de democrático? ¿Por qué las fronteras están donde están separando por estados a ciudadanos igual de libres y democráticos?.Y no empecemos a hablar de cosas como Historia común y Lengua común porque estaremos utilizando argumentos del corte utilizado por los denostados nacionalistas. Estoy convencido de que Portugal es un estado tan democrático como España formado por ciudadanos tan poseedores de derechos y libertades como los del estado español. ¿Por qué forman dos estados en la península y no uno solo?. ¿Es eso nacionalismo? Si los catalanes quieren formar un estado ¿son más o menos nacionalistas entonces que los otros? ¿Soy más internacionalista si pertenezco al estado español y no a un hipotético estado catalán? Yo no soy catalán ni catalanoparlante. Mi idioma es el castellano. Aprenda los idiomas que aprenda después del materno, para mí, el primero, el auténtico siempre será el castellano. ¿Qué pasaría si el idioma común del estado fuera el catalán, con la capital de toda la nación española en Barcelona y yo pensara que mi primera lengua (en cuanto al derecho y deber de usarla) es el castellano y no otra?

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    1. Muy sensatas opiniones. Comparto lo que dice el anónimo granadino y lo que se deduce de lo que dice. Si los ciudadanos de Cataluña quieren formar un Estado propio tienen tanto derecho a hacerlo como tuvieron los de Portugal. Por la fuerza se les puede impedir. Pero vencer no es convencer.

      JLGM

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    2. Bueno, digamos mejor anónimo murciano ex-estudiante en Granada. Muchas gracias por tu respuesta y muchas gracias por tu blog.

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