sábado, 26 de agosto de 2017

Monumento de amor


Milena
Margarete Buber-Neumann
Traducción de M. A. Gray
Tusquets. Barcelona, 2017.

Milena Jesenská, nacida en Praga en 1896, muerta en el campo de concentración de Ravensbrück en 1944, ha pasado a la historia por ser la destinataria de una peculiar correspondencia amorosa, las Cartas a Milena, de Frank Kafka. Pero la apasionada biografía que le dedica Margarete Buber-Neumann demuestra que fue algo más, mucho más, que una figura secundaria que toma su luz del escritor checo.
            Ambas mujeres se conocieron en el campo de concentración. Margarete ya traía experiencia del cautiverio. Militante del Partido Comunista alemán, trabajó para la Internacional Comunista en Francia y España. Durante las purgas de los años treinta, fue acusada de contrarrevolucionaria e internada en el gulag. El pacto entre Hitler y Stalin motivó su entrega a la Gestapo y el encuentro con Milena. Al contrario que ella, sobrevivió al campo y tuvo tiempo (murió en 1989) de cumplir la promesa que le había hecho: dejar testimonio de su vida, no permitir que desaparecieran su nombre y su historia en el olvido.
            Su nombre no iba a desaparecer en cualquier caso, gracias a la relación con Kafka, pero el libro de Buber-Neumann nos la rescata entera con sus luces y sus sombras.
            Milena es muchas cosas, entre ellas uno de los más veraces y matizados testimonios de un campo de concentración que se hayan escrito nunca, pero esencialmente es una historia de amor entre dos mujeres contada sin afán reivindicativo ni exhibicionismo alguno, con desarmante naturalidad.
            Milena Jesenská se casó pronto y mal, tuvo varios amantes, una hija. No  resultaron fáciles sus relaciones de pareja: “Por lo visto –le confesó a Margarete–, mi destino fue siempre amar a hombres débiles. Nadie, en realidad, se ocupó de mí o intentó al menos tratarme bien. Para una mujer, tener demasiadas iniciativas es un castigo. Los hombres, incluso los débiles, solo la toleran con agrado durante un corto período de tiempo. Luego se buscan otra mujer, una frágil muñequita de boquita redonda que se siente en el sofá con las manos en el regazo y los contemple con admiración”.
            Margarete fue el último amor de Milena, un amor correspondido y quizá el único verdaderamente feliz, a pesar de transcurrir en el más hostil de los escenarios posibles. El más hostil, pero no el menos propicio: “La pérdida de libertad no implica la pérdida de la necesidad de amor. El deseo de ternura y de consoladora proximidad de un ser querido es incluso mucho más fuerte en cautividad”. Entre las presas políticas, las “amistades apasionadas” solían quedarse en platónicas, mientras que entre las asociales y delincuentes “adquirían un carácter marcadamente lesbiano”.
            Un carácter lesbiano, hubiera o no relación física, adquiere desde el principio la relación entre Margarete y Milena, quienes no dudan en afrontar los peores castigos con tal de estar, aunque solo sea unos instantes, juntas y a solas. “Más fuerte que todas las barbaries” se titula el capítulo dedicado a ese amor. “Habíamos llegado ya a finales de noviembre cuando nos atrevimos, por primera vea, a cogernos de la mano, cosa que estaba severamente prohibida”. Milena la cita para más tarde en un rincón del campo: “A la hora convenida, me arrastré fuera de mi barracón repleto de gente. Ni se me ocurrió que eso podría acarrearme una paliza, llevarme a la celda de castigo o incluso a la muerte”. El relato de esa primera cita termina con unas palabras reveladoras: “Con la prisa, la excitación y la oscuridad, tropecé con una manta y caí en brazos de Milena”. Luego una elipsis elegante, como en las novelas de Stendhal, y el comienzo de otro párrafo: “A la mañana siguiente...”
            Bastaría esa historia de amor para hacer inolvidable este libro. Pero en él está también la infancia de Milena, su adolescencia rebelde, la conflictiva relación con el padre autoritario y distante (tan similar al de Kafka), la Viena y la Praga de los cafés, las infinitas tertulias, la efervescente vanguardia cultural.
            Entre 1918 y 1938, Praga se convierte en una de las capitales culturales de Europa y Milena en una de sus figuras más destacadas: primero periodista de moda, luego comentarista política, siempre la mujer fuerte que sabe hacer escuchar su voz en un mundo de hombres.
            El panorama comienza a ensombrecerse con la llegada de Hitler al poder. Milena participa activamente en la oposición al fascismo y en la protección de los judíos. Finalmente será detenida y enviada al campo de concentración para mujeres de Ravensbrück. No saldría viva, pero los cuatro años que en él pasó no lograron doblegarla, humillarla, hacerle bajar ni un instante la cabeza, y allí encontró por fin el amor que tanto había buscado en vano a lo largo de su vida.
            Una mujer excepcional y un libro digno de ella. Milena es la crónica de un tiempo sombrío y un monumento de amor. 

8 comentarios:

  1. Lo leí hace poco, y me hizo reflexionar. En los afectos y en la historia.

    Buena reseña. Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Ese libro se publicó en alemán en 1963, en inglés en 1966 (con prólogo de Arthur Koestler) y en francés en 1986. ¿En España ha tardado 54 años en publicarse?

    ResponderEliminar
  3. Cuánta erudición, Sebastien. En España se publicó por primera vez en 1987.

    ResponderEliminar
  4. El vivero independentista entre la inmigración en Cataluña se llamó durante años ‘Nous Catalans’. La fundación, creada en 2012 por Artur Mas, tenía el propósito no disimulado de atraerse a los inmigrantes a su causa secesionista. Consideraba el independentismo que los ‘nuevos catalanes’, pero, sobre todo, los que no controlaban el idioma, eran así más fácilmente adoctrinables, y bolsa de votos apetecible para un futuro referéndum.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un asunto este que tiene que no tiene nada que ver con el libro comentado, pero, en fin, cada loco con su tema... Los anónimos son así.

      Eliminar
    2. “Es democrático todo sistema que vive de agradar y de captar -sea la captación oligárquica o plutocrática de la democracia moderna [...]; sea la captación mística y representativa de la monarquía medieval, único sistema verdaderamente democrático, puesto que sólo la monarquía por su carácter esencialmente místico puede captar las mayorías y los conjuntos orgánicamente místicos en su profunda vida mental.”

      Eliminar
    3. Aunque quien lo ha puesto no lo identifique (salvo, si acaso, con las iniciales que utiliza), el texto copiado es de Fernando Pessoa (en realidad, de Álvaro de Campos, "Apuntes para una estética no-aristotélica").
      Pero continúa diciendo, cosa que aquí se omite, que "Es dictatorial todo sistema político que vive de subordinar y de subyugar –sea el despotismo artificial del tirano de fuerza física, inorgánico e irrepresentativo, como en los imperios decadentes y en las dictaduras políticas; sea el despotismo natural del tirano de fuerza mental, orgánico y representativo".
      Dejando aparte que el genio de Pessoa en lo literario no tiene por qué extenderse también a lo político, acaso es que "FP", sea él quien sea, es decidido partidario de la dictadura. No creo, afortunadamente, que si es así tenga muchos seguidores.

      Eliminar
    4. No ha entendido usted, Anónimo. Soy partidario de la monarquía.

      Eliminar