Mudanza del
isonauta
Jorge Riechmann
Tusquets. Barcelona,
2020.
“Voz que clama en el desierto” la de Jorge Riechmann, como la de las antiguos profetas bíblicos. En verso y prosa, no se cansa de avisarnos de la inminencia del fin del mundo. Mudanza del isonauta, que lleva por subtítulo “Enkráteia”, pretende ser una advertencia, otra más, contra los riesgos del cambio climático. Una de sus secciones se titula precisamente “Zarandeo a Walter Benjamin en la era del cambio climático”. A Riechmann parecen gustarle especialmente los títulos que contradicen las expectativas del lector de poesía: “Margaret Thatcher no pillaba los chistes” o “Leyendo los Grundrisse en el final de los tiempos”. También anota sus poemas como si fueran ensayos, incluso llega a copiar íntegro, al final de “Poder y no poder”, uno de los epílogos (el libro cuenta con casi media docena), un artículo de Esther Vivas acerca de Podemos aparecido en Público.es en 2014. En uno de los breves textos que integran cada una de las partes del libro, se pregunta el autor, consciente de la extrañeza de mucho lectores: “Esto no es / literatura / y quizá tampoco poesía. ¿Desde / dónde escribes entonces?”. Pero lo que escribe Riechmann podrá no ser poesía, pero siempre es literatura y casi siempre excelente literatura.
Mudanza
del isonauta pretende tener la eficacia de un panfleto, cambiar conciencias
y conductas, hacer que la humanidad –o al menos el mundo occidental-- modifique
su rumbo para evitar que dé un paso más en el abismo. Pero un panfleto, como
cualquier intervención política, debe ser oportuno. Mudanza del isonauta no
lo es. El ritmo lento de la colección de poesía en que aparece hace que unos
poemas redactados antes de 2015, según se deduce de las referencias del autor,
aparezcan el 2020, cuando el riesgo del cambio climático parece un problema
menor, como todos los otros problemas, salvo uno. Jorge Riechmann nos advierte
de un inminente fin del mundo cuando parece que nos encontramos ante otro fin
del mundo –o al menos de nuestro mundo-- que ningún profeta vio venir. ¿Ninguno?
A la posibilidad de esa amenaza imprecisa alude Riechmann: “No hay afueras
/ dijo Derrida / Solo espejos / que se reflejan en espejos / reflejados en
otros espejos / ¿Y cuál será entonces a la postre / la Gran Pedrada que por fin
rompa el juego / de la infinita Semiosis? / ¿El cénit del petróleo / el
apocalipsis climático / o alguna gran pandemia?”
Salvo en el
prólogo y los epílogos, los poemas de Riechmann no llevan título, pero al
final, entre paréntesis y en negrita, aparece lo que unas veces podría
considerarse tal y otra es un comentario o una dedicatoria. “¿Y cuál será
entonces la Gran Pedrada?”, se pregunta al final del texto copiado
anteriormente. Después de tanto gritar “que viene el lobo, que viene el lobo”,
como el pastor del cuento, parece que lo que vino fue una alimaña muy distinta
y que, al intentar cazarla, se causaron bastante más destrozos de los que ella
misma causó. Pero Mudanza del isonauta es algo más que una reiterada y
más o menos ingeniosa y documentada jeremiada, algo más que un panfleto de
dudosa eficacia fuera del círculo de los ya convencidos; es también el libro de
un poeta, a ratos parece que a pesar suyo. Entre tanto sermón y tanto dato, de
pronto nos encontramos con un texto como el siguiente: “Cae un copo de nieve
sobre el agua / Una vida humana se deslíe / Hablo de un singular copo de nieve
cuya estructura única bellísima se pierde / Una vida cae girando se funde se
deshace se desdice / se apaga como el cuchicheo de una estrella”. En la
anotación final, que podría ser el título, leemos: “Perseidas en la noche de
agosto”. Riechmann ronda a menudo la esencialidad del haiku o escribe
directamente haikus: “Silbo del viento, / zumbido de las moscas /--mente en
silencio”.
Denuncia, apuntes
líricos y algo de libro de autoayuda encontramos en Mudanza del isonauta.
La denuncia parece parodiarse a sí misma en uno de los poemas: “143 por ciento
/ es el incremento del dióxido de carbono atmosférico / con respecto a los
niveles preindustriales / 254 por ciento / es el aumento del metano / Todos
los años decimos que el tiempo se está agotando / declaró Michel Jarraud /
director de la Organización Meteorológica Mundial / al presentar estos datos / Nos
estamos adentrando en terreno desconocido / a una velocidad de vértigo dijo
el mismo sujeto”. Pero en la habitual acotación final entre paréntesis nos
indica: “datos de la OMM en 2015 referidos al año 1750”.
Las anotaciones líricas buscan el minimalismo: “Olor a café / olor a pan tostado / olor a ti / mejor desayuno / que el que viene después”, “Agua en el agua… / Si el ego se disuelve, / qué transparencia”, “¿Construir pirámides / o tender la hamaca en tal rincón / y luego en aquel otro / sin dejar otro rastro que el del sueño en el bosque. Los aforismos esparcidos acá y allá (“qué difícil es ver lo que tenemos delante de los ojos”, “el sentido de la vida es vivirla”) no eluden la obviedad: “la comunicación humana está hecha de malentendidos”. En Jorge Riechmann el poeta está al servicio del militante y eso no favorece demasiado su poesía ni tampoco quizá la buena causa –salvar al mundo del capitalismo depredador-- que con tanto empeño defiende.
Al lado de Riechmann, Llop parece un poeta gigantesco...
ResponderEliminar¿Estará JLGM preparando una "Antología de la peor poesía españaola actual"?
Estoy comentando libros, pertinaz "Baltasar", y tratando de entender y explicar, no evidenciando prejuicios.
ResponderEliminarEs obvio que Baltasar G. M. conoce la obra de Riechmann en profundidad, al igual que ha demostrado con creces con la de Llop. De aquí a la Menéndez Pelayo en verano, un paso.
ResponderEliminar"Triginta toto mala sunt epigrammata libro."
ResponderEliminarSi totidem bona sunt, Lause, bonus liber est.
Marcial
¿Valdría para Llop, Riechmann y tantos otros?
Quedamos a la espera de la siempre informada opinión de Baltasar G.M.
Gran poeta, en efecto, Jorge Riechmann. La prueba:
ResponderEliminar"No dejes nunca de desconfiar de las instituciones
no dejes nunca de confiar en las personas
no dejes nunca de confiar
en que las personas
crearán instituciones
en las que quizá podrás dejar de desconfiar
no dejes nunca de desconfiar
en que el triste proceso
por el cual las instituciones
cambian a las personas tristemente
pueda ser cambiado
no dejes nunca de confiar en las personas
no dejes nunca de desconfiar de las instituciones."
Y para aquellos a los que la prueba no haya convencido, otra todavía más clara:
"Nunca, jamás me vuelva a decir nadie
que el fin justifica los meDios
o sintiéndolo mucho no respondo de mis fines
ni de mis meDios
ni muchísimo menos de mis actos.
Cierto que hay ansias de pureza
neuróticas. Seguro
que lo son casi todas las ansias de pureza.
Pero no lo es menos que la mierda mancha."
Pero quizás el problema sea que estos días estoy leyendo poesía de Pessoa en francés, lengua en la que suena muy bien (« Le gardeur de troupeau et les autres poèmes d'Alberto Caeiro, avec Poésies d'Alvaro de Campos" en la extraordinaria colección de bolsillo Poésie/Gallimard)
"A la veille de ne jamais partir
du moins n’est-il besoin de faire sa valise
ou de jeter des plans sur le papier,
avec tout le cortège involontaire des oublis
pour le départ encore disponible du lendemain.
Le seul travail, c’est de ne rien faire
à la veille de ne jamais partir.
Quel grand repos de n’avoir même pas de quoi avoir à se reposer !
Grande tranquillité, pour qui ne sait même pas hausser les épaules
devant tout cela, d’avoir pensé le tout
et d’avoir de propos délibéré atteint le rien.
Grande joie de n’avoir pas besoin d’être joyeux,
ainsi qu’une occasion retournée à l’envers.
Que de fois il m’advient de vivre
de la vie végétative de la pensée !
Tous les jours, sine linea,
Repos, oui, repos...
Grande tranquillité...
Quelle paix, après tant de voyages, physiques et psychiques !
Quel plaisir de regarder les bagages comme si l’on fixait le néant !
Sommeil, âme, sommeille !
Profite, sommeille !
Sommeille !
Il est court, le temps qui te reste ! Sommeille !
C’est la veille de ne jamais partir !"
(Traduction d'Armand Guibert).
Deslumbrante análisis,supera en magisterio a todo lo conocido y, como con Llop, demuestra usted una profundidad en su conocimiento que pocos pueden lograr.
EliminarMe parece extravagante leer a Pessoa en francés. Yo he leido en francés a algún autor ruso o polaco porque no entiendo ni ruso ni polaco y porque en aquel entonces no encontré ediciones en español. Pero Pessoa...Empiezo a pensar que Baltasar nos está tomando el pelo. Y empiezo a dudar que alguna de sus exhaustivas citas sea auténtica
EliminarLa verdad es que los pasajes del libro que se reproducen son malísimos.
ResponderEliminarA Antonia Arranz
ResponderEliminar"Deslumbrante análisis..."
Yo he escrito "La prueba" y he dado dos pruebas del genio poético de Riechmann. No he escrito "El análisis" y he analizado a continuación su poesía. Criticar algo que no existe es demostrar un sorprendente despiste intelectual.
A Benito de Soto
"empiezo a dudar que alguna de sus exhaustivas citas sea auténtica"
Aquí puedes encontrar los dos "poemas" citados:
https://www.buscapalabra.com/poema.html?titulo=9&iden=2242
https://www.buscapalabra.com/poema.html?titulo=7&iden=2246
"Me parece extravagante leer a Pessoa en francés."
Yo a Pessoa lo he leído en español y en ediciones bilingües si es posible (como la de J.A.Llardent publicada por la Editora Nacional, por ejemplo). Pero si me ofrecen ediciones francesas, tengo la curiosidad de leerlas, como también he tenido la curiosidad de leer el Quijote en francés traducido por Jean Cassou a partir de la traducción de César Oudin (1560-1625). Y Pessoa es un escritor que pasa muy bien en francés, tanto su poesía como su prosa. He leído también en esa lengua "Le livre de l'intranquillité" y si me ofrecieran la nueva edición de ese libro publicada hace 2 años y titulada "Le Livre de l'inquiétude", también la leería.
Siendo un escritor en general y un poeta en particular muy "cerebral", Pessoa es fácil de traducir y suena muy bien en francés - contrariamente a poetas como Machado o Lorca, y no digamos ya San Juan de la Cruz o Fray Luis de León, de los que no queda nada una vez traducidos.
Sí, ahora que lo veo escrito, es posible que ande despistada, pero lo que deslumbra es, precisamente, lo que usted dice que falta ni plantea: el análisis. Observe que se permite aseverar y calificar con "pruebas", cierto, pero ¿de verdad conoce a fondo la obra de Riechmann? ¿Conoce la de Llop más allá de los libros que afirma haber leído y de lo que ha encontrado en las redes?
ResponderEliminarSi leemos con atención la reseña de José Luis García Martín comprobamos que, en general, considera que el libro del que trata no parece demasiado "logrado", mas tiene la ecuanimidad de señalar "aciertos". Que a una le guste más o menos la obra de un determinado autor es cuestión diferente. Obras ensalzadas hay que a muchos desagradan. En cualquier caso no pretendo polemizar: le aseguro que sí es posible encontrar "poesía" en Llop y Riechmann. Ocurre también que hay poetas de antología y poetas de obra completa, poetas con altibajos, poetas con sesgos acentuados, poetas sobrevalorados, poetas buenos y malos, etc. Difícil no hallar "vanidad" y "banalidad" por aquí y por allá. En fin, para qué seguir. Gracias.
O sea que ¿para usted hay que leerse las docenas o centenas de novelas de Corín Tellado para poder afirmar que no es una gran novelista?
EliminarAntonia, lo mejor es no seguirle la corriente a don "Baltasar", que se ve que tiene poco que hacer.
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