El sueño cumplido
Eloy Sánchez Rosillo
Tusquets. Barcelona,
2023.
Pocos poetas tan fieles a sí mismos —para bien y para mal— como Eloy Sánchez Rosillo. Ya
en 1980, en la antología Las voces y los ecos, exponía las mismas ideas
que encontramos reiteradas en El sueño cumplido: “Solo existe una
tradición poética, que es la de la poesía verdadera. La voz de los poetas es
siempre la misma, aunque las modas o la metodología académica intenten
demostrar lo contrario. Tales ingenuidades no afectan para nada a esta
tradición única de la poesía, del mismo modo que no pueden afectar al
crecimiento de un árbol, a los sabores del amor o a la presencia elemental de
un cuerpo desnudo. El ruiseñor cantaba de igual forma en la época de Safo, en
la de Catulo, en la de Garcilaso, en la de Keats y Hölderlin y en la nuestra. Et
tout le reste est literatura”. Sí, todo lo demás es literatura, como lo es,
mejor o peor, cualquier poema, tan
distinto de una época a otra, de un autor a otro, al contrario que el canto del ruiseñor.
Esa misma
concepción ahistórica de la poesía se mantiene a lo largo de todos los escritos
reunidos en El sueño cumplido, redactados a lo largo de los últimos
veinte años. Se trata de unos “Garabatos de poética”, conferencia sobre su vida
y obra pronunciada en la Fundación Juan March; varios poemas propios comentados;
una selección de los poemas que tienen por tema a la propia poesía, y diversas
entrevistas de muy desigual extensión e interés. Más de una vez expresa Sánchez
Rosillo su rechazo del género “poética”, de las reflexiones del autor sobre su
propia obra, pero pocos autores se habrán ocupado con tanta insistencia de
aclarar lo que entienden por “verdadera poesía” (la de Homero, el poeta más
citado en estas páginas, la de Emily Dickinson, la suya propia) y de rechazar
otras concepciones de la poesía.
El poeta, afirma,
no es “un relojero, es decir, alguien que va montando las piezas de un artilugio
verbal”. Pero serían esos poetas los preferidos por los críticos, ya que
resulta más fácil “analizar una cosa falsa, construida, porque entonces pueden
explicar cómo está hecha, cómo están puestos los distintos tornillos, las
distintas piezas, y los propósitos del que montó el artefacto”.
Eloy
Sánchez Rosillo, cuando reflexiona sobre poesía, gusta de la tautología y la
caricatura. Tautología: la “poesía verdadera” es la “poesía auténtica”, la que
escriben los grandes poetas de todas las épocas. Caricatura: “Producen cierta
pena esos poetas de ahora que se vanaglorian de ser estrictamente urbanos y que
solo conocen las calles de su ciudad. No saben lo que es un árbol”.
Sería
interesante que Sánchez Rosillo mencionara a alguno de esos poetas que solo
conocen las calles de su ciudad, pero se cuida mucho de citar —ni para bien ni para mal— a
ninguno de sus coetáneos. En algunas de las entrevistas, se alude en la
pregunta a sus compañeros de generación, pero él responde siempre sin dar
nombre y con generalidades.
A menudo incurre en contradicciones.
“Con frecuencia mis poemas tienen origen en hechos de mi propia vida —que son
los que me caen más a mano—, pero en el proceso de creación del poema es
preciso que el material autobiográfico se universalice y se independice de uno
mismo”, escribe muy sensatamente. No tarda en decir muy otra cosa: “En mis
poemas hablo de mis asuntos, claro, de los que yo siento, no de los que le
interesan al farmacéutico de mi barrio o a un perito agrícola de Lituania, e
intento expresarlos con mi propia voz”.
Como teórico, como crítico de la
poesía de su tiempo, Sánchez Rosillo tiene poco que decir. No es un estudioso
del tema y ni siquiera se considera un escritor. Es solo un poeta, pero un
poeta muy consciente de lo que ha querido hacer y de lo que ha hecho. A veces, en
sus entrevistas, nos parece escuchar a alguno
de los denostados autores de la llamada “parapoesía”, de la poesía que gracias
a las redes sociales y a los recitales ha alcanzado una difusión hasta ahora
desconocida: “Muchos poetas españoles no escriben en español, sino en chino.
Cuando el lector bienintencionado abre un libro de poemas y ve que en sus
páginas no entiende nada, o que se entiende, pero que el conjunto es decorado
vacío, lleno de relumbrones culturalistas de purpurina, lo cierra y no lo
compra. Por eso la poesía tiene hoy escasos lectores”. Habría que citar, a propósito del Sánchez Rosillo de El
sueño cumplido, una vez más a
Hölderlin: “El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona”.
La evolución poética de Sánchez
Rosillo ha ido en la dirección de un cada vez mayor despojamiento formal. El
lenguaje —todavía algo convencionalmente literario en su primer libro— se ha
ido volviendo más y más coloquial, los temas culturalistas, tan de su
generación, casi llegan a desaparecer y la variedad métrica —nunca excesiva— se
reduce a una combinación de alejandrinos, endecasílabos y heptasílabos sin
rima: “Me parece esta una forma métrica muy dúctil, que por su naturalidad casi
no se hace notar, sin rimbombancias rítmicas ni énfasis prosódicos cuando el
encabalgamiento y algún otro oportuno recurso llegan a ser parte de ella”.
El enfoque y el tono ha cambiado
desde sus primeros libros, de carácter fundamentalmente elegíaco, hasta los
publicados a partir de La certeza (2005), en los que predomina lo
celebrativo, el continuo asombro ante el milagro de la realidad.
Paradójicamente, esta segunda etapa, que parece debería reducirse a unos pocos
poemas esenciales, es la más fecunda del poeta, con frecuencia convertido en un
aplicado epígono de sí mismo. Función del crítico, del estudioso, es analizar
los mecanismos que convierten en poesía lo que podía haberse quedado en una
banalidad. Sánchez Rosillo no lo hace en El sueño cumplido, pero ofrece
a cambio sugerentes apuntes autobiográficos, a la vez que expresa la intención
de que las palabras del poema “se hagan transparencia y claridad, / igual que
un charco de agua tras la lluvia, / cuando por fin se aquieta: / agua que en su
cristal contiene el cielo / y a la que acuden a beber los pájaros”.
ResponderEliminarErratas y despistes:
"Sí, todo lo demás es literatura, como lo es, mejor o peor, cualquier poema —tan distinto de una época a otra, de un autor a otro— al canto del ruiseñor."
Imagino que el primer guión está mal puesto: "...cualquier poema tan distinto —de una época a otra, de un autor a otro— al canto del ruiseñor."
"Homero, el poema más citado en estas páginas"... el poeta
"escriben muy sensatamente."... escribe.
Hace bien en no nombrar poetas de la calle, que son, o somos la mayoría. La poesía, como idioma del alma o los sentimientos, evovluciona como la propia vida.
ResponderEliminarGracias por compartir. Un abrazo
Hace muchos años en una entrevista en un periódico local, me sorprendió que Rosillo declarara (era el titular) que “nadie debería haber escrito después de Homero“. Me impactó mucho porque Rosillo en Murcia tiene un prestigio enorme y quizás no lo entendí bien. Me gustan sus versos delicados, pero no esas declaraciones vacuas o de que otros poetas no saben lo que es un pájaro, un nido o la bendita huerta murciana.
ResponderEliminarEstupidez supina decir que "nadie debería haber escrito después de Homero". Pensar eso es pensar que la literatura "primitiva" del legendario poeta griego agotó todos los temas de este mundo e hizo una descripción exhaustiva de la psicología del ser humano. Y que la literatura greco-latina posterior al autor de "La Odisea", o Dante, Shakespeare, Cervantes, las literaturas clásicas y modernas francesa, española, italiana, inglesa, alemana, rusa o china, entre muchas otras, no han aportado nada a la historia de la cultura universal.
ResponderEliminarLo que sí está claro es que después de Sánchez Rosillo todo el mundo podrá escribir poesía tranquilamente...
Estupidez supina que alguien se ponga en serio a rebatir el titular de una entrevista que no ha leído y que alguien dice recordar. A saber cuál era el sentido en el contexto (los titulares siempre simplifican y a menudo falsean al sacar expresiones del contexto). Primer principio del debate medianamente serio: antes de replicar a alguien, enterarse bien de lo que ha dicho y no hablar de oídas.
ResponderEliminarLa afirmación de José Santandreu ("Hace muchos años en una entrevista en un periódico local, me sorprendió que Rosillo declarara (era el titular) que “nadie debería haber escrito después de Homero“) es perfectamente verosímil cuando se conoce la admiración del poeta murciano por Homero (pensar además que un periodista se va a inventar una frase como ésa es tener una idea tan alta como ingenua de los periodistas de provincias). Tres ejemplos:
EliminarHomero es el nombre de poeta que Eloy Sánchez Rosillo repite una y otra vez cuando le preguntan por un maestro, por “el más joven” de los maestros. El escritor murciano acude a los dos primeros poemas épicos de Occidente para encontrarlo todo.
https://www.zendalibros.com/eloy-sanchez-rosillo-el-linaje-de-los-versos/
Homero es, en mi opinión, el más alto poeta que vieron los siglos.
Eloy Sánchez Rosillo
En Monteagudo: Revista de literatura española, hispanoamericana y teoría de la literatura, Nº 3, 1986, págs. 25-28
Eloy Sánchez Rosillo se ha pasado décadas hablando de Ulises en sus clases de la Universidad de Murcia, pero del original, el de Homero. Sánchez Rosillo se hizo célebre en la facultad porque en sus cursos sobre poesía nunca pasaba de la Odisea, con eso le bastaba [...] en esos hexámetros encontraba una alegría suficiente, inspiración para siempre.
https://theobjective.com/videos/opinion/2022-01-29/una-tarde-con-eloy-sanchez-rosillo/
Homero es el poeta que más le gusta a Rosillo. No recuerdo la entrevista entera, o si lo dijo como señal de admiración, solo digo que me impactó. La poesía de Rosillo me parece un prodigio de sensibilidad, delicadeza y luz, tengo todo de él, lamento que alguien aproveche un comentario mío, sin ninguna mala intención, para atacar a un poeta excepcional y que me ha emocionado con sus versos. Si lo sé, no pongo nada. “Un día llegará en que lo respire, en que pueda mirarlo sin mirar, siendo yo más sin mí, siendo ya nadie“ ("Cita“, del libro “Sueño del origen“). Pura maravilla.
ResponderEliminarLo que usted cita, de "maravilla" no tiene nada, puesto que está mal citado:
EliminarCITA
Un día llegará en que lo respire,
en que despunte lo que sueño hoy
y pueda contemplarlo sin mirar,
siendo más yo sin mí, siendo ya nadie.
No amar. No ser amado. Ser amor,
único amor, amor no dividido,
hecho con hilos de su propia esencia.
Y conocer entonces por completo
lo que quise saber y nunca supe:
eso que sólo atisbo desde aquí.
Momento de después que era el de antes,
que era el de siempre, que es este de ahora;
luz ulterior y luz de nacimiento;
cita de todo en la totalidad.
Qué fiesta grande, qué bien concurrido
baile hermoso sin ti, sin mí ni el otro,
pero que a cada uno presupone,
danza alegre del ser que al cabo logra
conocerse, cumplirse, completarse,
en la pura unidad del existir.
Perdone, pero en la primera edición del libro que tengo, que es de marzo de 2011,aparece tal cual lo puse, lo puede comprobar. Tal vez lo haya cambiado un poco luego, pero gracias por señalar mi error.
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