El secreto de Raffles Haw
Arthur Conan Doyle
Espuela de Plata.
Sevilla, 2014.
Hay escritores, quizá no de primera fila, que dominan, mejor
que los grandes nombres, el arte de contar. Uno de ellos es Arthur Conan Doyle.
Lo saben bien los muchos admiradores, que no decrecen con los años, de Sherlock
Holmes. Imposible leer las primeras líneas de cualquiera de sus aventuras y no
sentir el deseo de seguir leyendo. Menos conocido resulta que ese arte se
manifiesta con igual maestría en el resto de su obra, no demasiado conocida. Un
buen ejemplo lo encontramos en El secreto
de Raffles Haw, novela protagonizada por un excéntrico millonario que
anticipa al gran Gatsby. Aunque nos encontramos con un prodigioso palacio,
propio de Las mil y una noches, y continuas
y extrañas maravillas, todo trata de explicarse racionalmente al final. No lo
consigue del todo y nos quedamos con la sensación de haber leído, bajo la
apariencia de novela realista, un fascinante cuento de hadas que encubre un
apólogo moral, bastante pesimista, sobre el ser humano.
Antología de epigramas
Marco Valerio Marcial
Traducción y nota
preliminar de Pedro Conde Parrado
Trea. Gijón, 2014
Los clásicos que lo son de verdad siguen siendo nuestros
contemporáneos. Los desenfadados epigramas de Marcial, de no haber sido
escritos en la Roma imperial, solo podrían haber sido escritos en nuestra
malhablada modernidad. Pero el tiempo no perdona ni siquiera a los clásicos y
emborrona, lima, hace perder gracia a buena parte de su obra, que queda solo
para pasto de filólogos. Por eso resultan tan necesarios estudiosos como Pedro
Conde Parrado que ha sabido espigar de su extensa obra lo más vivo, punzante y
emocionante. Porque Marcial no fue solo el maestro del epigrama mordaz, el
maestro de Quevedo y de cuantos poetas satíricos vinieron después; también sabe
conmovernos con poemas como el epitafio tan magistralmente traducido por Víctor
Botas en Segunda mano: “Os
encomiendo, padres, a la pequeña Erotion / que iluminó mis horas con su risa /
para que sin temor avance hacia las negras sombras / y las monstruosas fauces
del tartáreo can. / Seis días le faltaban para su sexto invierno. / Que juegue
dichosa entre tan dulces protectores / balbuciendo mi nombre con ceceantes
labios. / No cubras, tierra, con duro manto sus blandos huesos / ni le seas
pesada; no lo fue ella para ti”.
Las deudas del cuerpo
Elena Ferrante
Traducción de Celia
Filipetto
Lumen. Barcelona,
2014.
La portada más o menos insinuante, el prolijo índice de
personajes que aparecen al comienzo, el enigma que rodea al autor (del que no
se sabe nada, ni siquiera si es hombre o mujer), la indicación de que se trata
de la tercera parte de una saga que se ignora si tendrá continuación, todo esto
es más que suficiente para alejar de esta espléndida novela al lector que se
acerca a una obra de Elena Ferrante por primera vez (si conoce ya alguno de sus
libros no necesita de recomendaciones). Pero quien se deje llevar por todas
esas señales desalentadoras, se perdería una obra maestra que se basta y se
sobra a sí misma. La historia de dos amigas, nacidas en 1944 en un suburbio de
Nápoles, nos recuerda a la gran narrativa decimonónica, y el lector agradece
encontrarse con el aliento de los grandes maestros, pero su manera de contar,
de entremezclar la pequeña con la gran historia, es absolutamente
contemporánea. Las deudas del cuerpo (el
título original, más hermoso, es Storia
di chi fugge e di chi resta) comienza en los años sesenta, los años de la
revuelta estudiantil. Una absorbente novela, como las de antes, escrita con
minuciosa inteligencia.
Esas nalgas me las leía yo de una sentada.
ResponderEliminarYo las analizaba.
EliminarCuánto ingenio. Me alegra contar con comentaristas tan amantes del placer del texto-
EliminarJLGM
Si le ponen a uno delante un culo tan soberbio, ¿qué ha de pensar si es varón bien constituido? Además, tapadito de media nalga vista... Irresistible, Respuestos del calambrazo pélvico, ya vendrá la degustación del texto,,,, ¿Habrá mucha anáfora en él?
EliminarNo confundamos el culo con las témporas. Un varón no heterosexual no es un varón mal constituido.
EliminarJLGM
La duda ofende, Kurtz: estamos completamente de acuerdo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarpues,reivindico que Conan junte bigote con perilla al Raffles,namás que por gusto personal y afinidad a un cadáver cuya deuda impagable voy encontrando por doquier en mi parvulario"La lettre tue,l´esprit vivifie." Si ese espíritu me dura seis años,me doy por satisfecha.Saludos.
EliminarUno vería con gusto que, en el comentario a la nueva edición de los Epigramas de Marcial, se dijese algo acerca de la calidad de la traducción, o se citase algo que permitiera hacerse una idea. No porque sobre la cita de VB (por cierto, levemente modificada; en mi edición (Llibros del Pexe, 1999) de su poesía completa no habla de avanzar HACIA las negras sombras, sino HASTA ellas; aunque me atrevería a aventurar que el cambio, voluntario o no, es plausible, y acaso mejora el texto.
ResponderEliminarLa frase, veo ahora, se me ha quedado coja. La idea es que "no porque sobre la cita de VB..., sino porque tampoco sobraría dar una idea de la edición ahora comentada". Perdón por el despiste.
ResponderEliminarLila, Atenea o Melusina de arrabal, y su amiga Lenú. Los tres primeros volúmenes de la tetralogía de Elena Ferrante.
ResponderEliminarhttp://holdontightmarie.blogspot.com.es/2014/07/lila-atenea-o-melusina-de-arrabal-y.html