Traducción,
introducción y notas de Antonio Sáez Delgado
Epílogos de Humberto
Brito y Pablo Javier Pérez López
Fernando Pessoa no solo fue el gran poeta que todos
conocemos; también fue un intelectual atento a los problemas del tiempo
turbulento que le tocó vivir. Sus reflexiones sobre los más diversos asuntos,
sus apuntes filosóficos, sociológicos, políticos, económicos –sobre todo lo
humano y lo divino–, solo muy tardíamente se han ido dando a conocer. Y aún no
los conocemos en su integridad, debido a su carácter fragmentario y a la dificultad
de organizar adecuadamente el selvático archivo del escritor.
En 1980, en
el volumen Ultimátum e Páginas de
Sociología Política, se publicaron por primera vez, bajo el título “Da
Ibéria e do iberismo”, unas sorprendentes reflexiones sobre las relaciones
entre las diversas naciones peninsulares.
“De los
problemas que hoy agitan la indisciplinada vida europea –escribe Pessoa en
torno a 1918–, el problema del separatismo catalán es tal vez el que más
flagrantemente aborda el conflicto fundamental que se desarrolla hoy en el
mundo y, por tanto, el que más enseñanzas curiosas contiene”. Para Pessoa no
hay ninguna duda de que “Cataluña es una nación, un país con carácter propio”,
una verdadera nación y no “una pseudo-nación como, por ejemplo, Bélgica o
Suiza”.
En 1930, al
final de la dictadura de Primo de Rivera, considera que la situación de España,
es muy semejante a la de Portugal en 1910, poco antes de la proclamación de la República. Pero
junto a esas semejanzas habría una importante diferencia: “Portugal es un país
completamente unificado” mientras que España no sería “siquiera un país”, sino
“por lo menos” cuatro: Castilla y las otras provincias donde se habla español,
“aunque sea notablemente dialectal en algunas de ellas”, Cataluña, las
Provincias Vascas y Galicia.
Lo que
mantiene unidos a esos diversos países es la monarquía. Por eso, tras la
proclamación de la República ,
considera Pessoa que “la desintegración de España es un hecho definitivo” y,
para compensarlo, propone, no una Federación Ibérica, sino la fragmentación de la Península en naciones
independientes, entre las cuales se establecería una alianza “ofensiva y
defensiva”, otra cultural, a la vez que abolirían las fronteras aduaneras.
No es de
extrañar que las reflexiones iberistas de Pessoa despertaran un interés
especial en Cataluña, donde ya en 2007 aparecieron con el título de Escrits sobre Catalunya i Ibèria. A
portugueses y a catalanes siempre les unió su rechazo al “imperialismo” español
o –en su origen– castellano.
Por España
mostró siempre Pessoa poca curiosidad y menor simpatía, y los escritores
españoles de su tiempo que se interesaron por las cosas de Portugal –Miguel de
Unamuno, Eugenio d’Ors, Ramón Gómez de la Serna – le
ignoraron por completo.
En el
prólogo a Iberia. Introducción a un
imperialismo futuro (el original portugués, que añade numerosos inéditos a
los textos ya conocidos, se publicó en 2012), Antonio Sáez Delgado hace un
minucioso repaso a las relaciones de Pessoa con la cultura española. Si los
grandes nombres le dieron la espalda, Adriano del Valle le conoció en Lisboa y,
a través de él, mantuvo correspondencia con algunos poetas ultraístas. Pero se
trata de contactos que no tuvieron ninguna trascendencia y que solo dejaron un
mínimo eco en algún diario provinciano.
Antonio
Sáez Delgado, que no deja escapar ninguna minucia erudita, muestra ideas un
tanto confusas en lo que se refiere a la periodización literaria. Pessoa,
afirma, “fue contemporáneo, al menos, de tres grandes momentos generacionales
de la literatura española”: modernismo y 98 (“con Unamuno a la cabeza”), “el
tiempo de la vanguardia histórica, marcado por el signo del ultraísmo, y el
momento generacional del Veintisiete”. Pero los poetas del ultraísmo y los
poetas del 27 forman dos grupos distintos –con varias coincidencias–, no dos
generaciones distintas. La otra generación con la que coincidió Pessoa sería la
de los novecentistas –Gómez de la
Serna , Ortega, d’Ors–, sus estrictos coetáneos.
Señala
Pessoa que no hay en España “una figura que destaque por su genialidad: lo más
que hay son figuras de gran talento: un Diego Ruiz, un Eugenio d’Ors, un Miguel
de Unamuno, un Azorín”. Sáez Delgado, que se ocupa de anotar nombres bien
conocidos, deja al lector con la incógnita de quien sería ese “Diego Ruiz”, que
para Pessoa tenía la misma importancia de Unamuno y que no pasaba de un
pintoresco médico y publicista de la época (primero afirmaba ser de origen
gitano, luego judío y descendiente de los Álvarez de Toledo), hoy olvidado. La
presencia de ese nombre junto a los otros nos ilustra bien sobre el poco
preciso conocimiento que Pessoa tenía de la literatura española de su tiempo.
Atinadas
una veces, sorprendentes y paradójicas otras (“solo separados estamos unidos”,
dice de los pueblos peninsulares), confusas a menudo, estas divagaciones
pessoanas sobre Iberia y el imperialismo cultural se dirigen a un público bastante
más restringido que sus poemas, ortónimos o heterónimos, y las prosas del Libro del desasosiego.
Una algo
enrevesada “nota filológica”, firmada por Jerónimo Pizarro, pretende “hacer
explícitos algunos criterios editoriales”. Lo consigue a medias, muy a medias.
Según nos indica, “se ha tenido a bien revisar la edición original del volumen Ibéria, sopesar la inclusión de algunos
apéndices y preparar una edición más comercial del libro que salió en Portugal,
el cual, en muchos aspectos, se puede describir como una edición crítica, algo
que esta no pretende ser”. No se nos indica cuáles son exactamente esas
revisiones, ni quedan claras las diferencias entre una edición “comercial” y
una edición crítica. El resultado se queda a medio camino entre una edición para
especialistas y una edición para todos los lectores, y quizá por eso no
satisfaga ni a unos ni a otros.
Los apuntes incompletos y
contradictorios para un libro que no se llegó a escribir que constituyen Iberia son una buena muestra de la
plural curiosidad de Pessoa y un excelente recordatorio para los desmemoriados
de que “la cuestión catalana” no es un invento reciente de los nacionalistas
periféricos, sino un problema aún sin resolver de la historia peninsular.
No quiero entrar en controversias que desconozco en profundidad, pero Pessoa era filomasón, la masonería siempre ha sido federalista o confederalista en el ámbito Ibérico, y siempre ha detestado el hecho de que España y Portugal deban su unidad, cada una por separado y también bajo Felipe II, a la reconquista católica y a la uniformidad religiosa. Para muchos españoles, la unidad española se retrotrae a 1492, fecha de la toma de Granada. Para otros, España o Iberia, es el resultado de una pluralidad sociólogica, étnica y religiosa de herencia musulmana, judía, y cristiana mayoritaria, que exige el reconocimiento de sus partes divisorias, para favorecer históricamente a grandes naciones canónicas como Reino Unido o Francia, la globalización, etc. Así, España siempre sería un eterno proyecto inacabado y frustrante, con el actual resultado de su herencia de intolerancia, atraso, uniformización forzada en base al modelo castellanoimperial católico.
ResponderEliminarLa culpable de todo sería la pobre Castilla, bastión de la inquisición,
del centralismo y del pensamiento ortodoxo religioso, cerrado y patriótico, frente al Sebastianismo mesiánico de Pessoa y el irredentismo de la Cataluña víctima, que siempre ha sabido sacar tajada del mercado español en cuotas de mercado y privilegios, y ahora no quiere intermediarios asentados en Madrid, capital de un país extranjero, en la globalización y en la Unión Europea.
Me gustaría inventar un país contigo
ResponderEliminarpara que las palabras como patria, porvenir,
bandera, nación, frontera, raza o destino
tuvieran algún sentido para mí.
(La oreja de Van Gogh)
Una vez más se queda usted en la anecdota y no es capaz de ver más allá.
ResponderEliminarRamón Augusto Giralda
Nadie es perfecto, amigo Ramón Augusto Giralda. Pero nada impide a otros ir más allá.
ResponderEliminarJLGM
No he leído el texto de Pessoa que aquí se comenta. Me llaman la atención, sin embargo, un par de cosas que se dicen en el comentario.
ResponderEliminarUna: "A portugueses y a catalanes siempre les unió su rechazo al “imperialismo” español o –en su origen– castellano", razón por la cual, deduzco, "No es de extrañar que las reflexiones iberistas de Pessoa despertaran un interés especial en Cataluña, donde ya en 2007 aparecieron con el título de Escrits sobre Catalunya i Ibèria". Y eso refiriéndose a unas reflexiones que ahora aparecen bajo el título "Introducción a un imperialismo futuro". A mí sí que me parece extraño que unas reflexiones sobre el imperialismo despierten interés allí donde se rechaza el imperialismo. A no ser que lo que se rechace sea únicamente el presunto "imperialismo español, o en su origen castellano", con intención de sustituirlo por un imperialismo propio. (Por lo demás, no sólo por el título pienso que Pessoa no era precisamente anti-imperialista; son bien conocidos, por ejemplo, sus escritos sobre lo que llamó el Quinto Imperio).
Dos: Conozco poco el caso de Bélgica, donde sólo he estado una vez, y de paso. Más conocido me es el caso de Suiza, donde tengo un buen amigo al que he ido a ver, y me he alojado en su casa, repetidas veces. Supongo que lo de la "pseudo-nación" referido a esta última es un modo de rechazarla. Yo, pobre de mí, encuentro poco de rechazable, y sí mucho de aprovechable (como Borges) en su ejemplo; y si que España sea una "pseudo-nación" significa que se parece a Suiza, yo, qué quiere usted que le diga, no veo en ello un argumento en contra de España, sino precisamente lo contrario. Ojalá se le pareciera más. Y si la presunta nación catalana lo es porque se le parece poco o nada, eso para mí no es un argumento a su favor; también aquí es justo lo contrario.
Habría que leer el texto de Pessoa. Su idea del imperialismo era peculiar. En todo caso, no siempre tenía razón. Creo que era mejor poeta que pensador político, sin ser desdeñable en este último aspecto.
EliminarPara que España fuera una nación como Suiza tendría que estar formadas por cantones que libremente decidieran formar parte de ella. Y que libremente pudieran salir de ells. En Suiza pueden, pero no quieren. En España no pueden y algunos parece (de momento solo parece) que quieren.
JLGM
El hecho de que una persona (pessoa en portugués) sea un excelente escritor no concede valor especial a sus opiniones extraliterarias.
EliminarEn este sentido, las opiniones de Fernando Pessoa son interesantes, pero no necesariamente más que las del vecino del 6º izquierda.
Borges fue un genial narrador y poeta, pero sus opiniones políticas (que incluían loas a algún régimen dictatorial) son rechazables.
A mí no me gustaría ser gobernado por Pessoa (una especie de triunvirato Ricardo Reis / Alberto Caeiro / Álvaro de Campos) ni por Borges. Sinceramente no creo que lo hicieran bien.
Por la misma razón, el Sr. García Martín es buen escritor y me gusta leerle, pero eso no concede ningún valor intrínseco a sus opiniones políticas ni, en particular, a su ideario separatista.
"El poco preciso conocimiento que Pessoa tenía de la literatura española de su tiempo". Tengo la sensación de que a Pessoa todo lo español le importaba poco. Su perfecto bilingüismo y su educación anglófona (de pequeño vivió y se instruyó en Sudáfrica) influyeron en su predilección por la cultura británica. Además, por su profesión (traductor de cartas comerciales) dominaba también el francés. Pero no el español (que yo sepa), lo que pudo influir en su desdén a la cultura hispana (y en general a todo lo español). Ni siquiera me consta que estuviese alguna vez en la vecina España (es posible que sí, pero sería algún viaje breve y superficial). Finalmente Pessoa murió en 1935, pocos meses antes del inicio de nuestra guerra civil. Supongo que, si hubiera vivido más, se habría pronunciado de algún modo sobre la terrible guerra del país vecino; habría dado su opinión. Pero no hubo lugar.
ResponderEliminarAclaro: no quería yo decir que pensase en España como una nación parecida a Suiza, sino sólo que ese argumento de la "pseudo-nación" propuesto por Pessoa y, me imagino, recogido entusiásticamente por algún que otro independentista catalán, si el ejemplo de la pseudo-nación es Suiza, no me parece a mí un argumento en contra de España, sino más bien al contrario. Por lo demás, es cierto, y ya lo dije, que no he leído el libro.
ResponderEliminarTampoco he leído la edición catalana que se cita; pero titular un libro, supuestamente de Pessoa "Escrits sobre Catalunya i Ibèria", me da malísima espina. Es sugerir que el tema de Cataluña era algo tan importante para Pessoa como para dedicarle todo un libro, lo que desde luego mi experiencia de lector no confirma. Yo temo que esté hecho con la intención, no de reflejar lo que Pessoa pensaba, sino lo que a algunos les hubiera gustado que pensase, y que con el grado apropiado de manipulación y de delicada, o no tan delicada, sugerencia, se esforzarán en hacerle pensar. Un libro no para hacer conocer a Pessoa, sino para intentar utilizarlo. Ay.
Mejor leer el libro antes de sacar conclusiones. Son escritos de Pessoa para una obra que no llegó a escribir. La intervención del editor es importante.
ResponderEliminarEn todo caso, de sus palabras deduzco un cierto prejuicio anticatalán (bastante frecuente en el resto de España).
JLGM
Sr. García Martín, tal vez " ESPAÑA o IBERIA ", así en mayúsculas, nunca hayan existido más que como un conjunto de pueblos, villorrios, comarcas y países un poco distintos pero semejantes por amalgama. Periferia africana de Europa, la gente reñía a garrotazos por las mozas con " los forasteros " del pueblo aledaño, los acentos y locuciones cambiaban, los dialectos y lenguas vernáculas dominaban ambientalmente, frente a idiomas considerados " finos " o librescos, cuando no invasores, y no del país. Además, cuando se hubo de someter a tanta tribu de impronta bereber o celtíbera atezada, siempre se recurrió a la religión y a dictaduras o reyes absolutistas traidorzuelos, etc
ResponderEliminarEs cierto que perdimos el tren de la ciencia positivista, de la tolerancia laica civil admirable, del progreso igualador de clases, y nos quedamos con el boom tipo Landismo del " Milagro económico español " y el neodesarrollismo de aluvión, pero hoy, la constitución española habla del ejercicio de las libertades de cada uno desde su sensibilidad y lengua materna, opinión, credo o ideología, raza o sexo, etc. Lo de Cataluña, es más de lo mismo, más leyenda negra, más tribalismo, más complejos, más insolidaridad y falta de progreso colectivo para acometer empresas de bienestar repartido, ciencia, cultura y altas miras para tod@s, desde la pluralidad constitutiva, no lo olvidemos, de la imposible Nación.
En cuanto a Pessoa, decir que era prácticamente británico, como los portugueses señoritos y altamente educados y miraba a España supongo que con desdén y como nula referencia de civilización.
Se equivoca JLGM en lo del "prejuicio anticatalán". Tengo más amigos catalanes que de cualquier otro lugar de España. Y admiro sinceramente muchas cosas propias de allí. Pero, en efecto, sé por otros casos (y podría deducirlo seguramente sin eso) que "la intervención del editor es importante". Eso es lo que temo, que la importante intervención del editor resulte más importante de lo justo, y trate de presentar a Pessoa no en las mejores condiciones posibles (cosa del todo elogiable), sino en las que mejor se adapten a las que dicho editor quiera hacerle decir. Temer eso, y censurarlo si ocurre, no es "antinada"; es sólo "proPessoa", que lo merece.
ResponderEliminarY un mínimo detalle: puede JLGM ver en El País de hoy, de donde lo tomo, la referencia siguiente: "Mas organiza un simposio sobre la "represión" de España a Cataluña - La Generalitat impulsa unas jornadas bajo el título "España contra Cataluña" para conmemorar el 300 aniversario de 1714". Pero en esto, como en tantas otras cosas, no parece que JLGM vea nada de "antiespañol". Sin embargo, a mí me parece un ejemplo clarísimo (uno entre muchos) de intento de cultivar y extender precisamente un prejuicio público antiespañol (no una cuestión puramente privada, como sería, y no es, en mi caso), por parte de las más altas instancias políticas catalanas, y financiado además, se entiende, puesto que es una actividad pública, con el dinero de todos los catalanes, independentistas o no. Pero aunque le he leído repetidamente lo del "prejuicio anticatalán (bastante frecuente en el resto de España)", nunca le he visto referirse al "prejuicio antiespañol, no sólo frecuente, sino cultivado por las más altas instancias, ampliamente publicitado, y pagado con los dineros de todos, en Cataluña". Una actitud, la suya, que no juzgo, al contrario que usted con la mía, pero que me resulta por lo menos curiosa.
Por otra parte es obvio que el señor Mas está montando una verbena para sacar más dinero. Aunque en este caso la verbena en una coacción: O me dais más pasta y un trato fiscal privilegiado ("todo es de todos, pero lo mío es sólo mío"), o me largo. Pero claramente está jugando con fuego y pudiera acabar quemándose.
ResponderEliminarY quienes conceden respetabilidad a ese señor me gustaría que me aclarasen por qué ha de respetársele más que a quien propugnase que los impuestos que pagan los madrileños del barrio de Salamanca reviertan sólo en este barrio (y no en Vallecas, Orcasitas o Carabanchel).
(Porque "mutatis mutandis" es lo mismo.)
EL SOSIEGO, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento.
ResponderEliminarMIGUEL DE CERVANTES, "Flor de aforismos peregrinos", Ed. Aldo Ruffinatto.
Sr Garcia Martin nos hará un comentario, reseña o crítica de la Autobiografía de Papel de Félix de Azúa? Grácias por sus blogs y libros.
ResponderEliminarYa la he hecho, pero creo que en mi Café Arcadia.
EliminarJLGM
La Generalitat ha organizado un simposio en el que, bajo el título 'España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014)', analizará la "opresión nacional que ha sufrido el pueblo catalán a lo largo de estos siglos", en aspectos institucional, político, administrativo, económica, social y cultural. El acto, que se engloba dentro de la conmemoración del 300 aniversario del Sitio de Barcelona en la Guerra de Secesión Española, ha sido criticado por eminentes historiadores, que lo consideran una manipulación de la historia.
ResponderEliminarEn efecto, el propio Pessoa “nos ilustra bien sobre el poco preciso conocimiento que Pessoa tenía de la literatura española de su tiempo” y de muchas otras cosas. La comparación de Cataluña como nación por encima de Bélgica y Suiza mueve a la risa, digna como es de un programa de Íker Jiménez. Ni la Belén Esteban.
ResponderEliminarPor cierto, muy curioso es lo de los señores catalanes nacionalistas: toman el himno de su escaramuza contra Felipe IV (bajo cuya corona volvieron en breve, tras comprobar que el rey francés no les daba tanto cuartelillo), pero luego extraen su fecha reivindicativa del enfrentamiento contra el borbón Felipe V, es decir, que la toman de una guerra en la que apoyaron al candidato austracista, miembro de la “opresora” casa de la quisieron independizarse no mucho antes. ¿Para qué volvieron en el XVII a la “tiránica” Monarquía Hispánica si ya se habían liberado de ella? A ver si se aclaran un poquito porque se les ve las costuras de lo que, efectivamente, sí es un invento, por demás incoherente. Se les ve el espejismo igual que al señor García Martín, más papista que el Papa, ejerciendo a su provecta edad de “enfant terrible” que va a la contra porque sí, en su contumaz apología de los nacionalismos periféricos. ¿Todavía no se ha enterado de que los nacionalistas pueden agitar por sí mismos sus banderas en plena libertad, mientras queman e injurian las de los demás, aprovechándose de una democracia que, paradójicamente, le niegan a quienes —tan catalanes y vascos como los que más— no piensan igual que ellos? En fin.
Qué malos son los catalanes, qué malos. Lo que no comprendo es por qué se enfadan tanto algunos de que quieran independizarse; deberían estar contentos los patriotas españoles de librarse por fin de ellos.
ResponderEliminarY qué mala suerte la mía: los únicos catalanes que me leen son los antindepentistas. Solo rechazos recibo. Pero, en fin, uno es más amigo de la verdad que de Platón (o que de aplauso entre los lectores).
JLGM
JLGM, en esta respuesta, se va por la tangente. Uno no ha dicho que los catalanes sean malos; ha dicho todo lo contrario, que en ninguna parte tiene tantos amigos. Pero también ha dicho que él recuerda a menudo (e insiste ahora en ello) lo del "prejuicio anticatalán", y en cambio nada tiene que decir cuando, como ahora, se organiza con dineros públicos un simposio cuyo subtítulo, "España contra Cataluña", parece bastante expresivo. Si eso no es fomentar públicamente en Cataluña un "prejuicio antiespañol", ¿qué es? Sólo que, diría yo, JLGM es, como él dice, "amigo de la verdad"..., siempre, eso sí, que coincida con sus propias convicciones, o prejuicios. Si no es así, ni la mira. Bueno, es una actitud.
ResponderEliminarEn cualquier caso, y desde el planteamiemto que el tal simposio refleja, no debe extrañarle que los independentistas no le lean. Puesto que él, y más de una vez lo ha dicho, se tiene por español, para ellos debe ser parte de esa España que está "contra Cataluña", es decir, del -llamémosle así- "enemigo".
No es mi caso: yo leo a los catalanes que me parecen valer la pena, sean independentistas o no. Y, lo que es más, pienso seguirlo haciendo aunque Cataluña fuera alguna vez independiente. Quién sabe si en esa posible Cataluña independiente, perdida la justificación de esa enemistad a la tal malvadísima España cuya única razón de ser sería la de "reprimir" a la dolorosa y sufriente víctima catalana, llegarán a leerle. Eso saldrían ganando.
No me salgo por la tangente. Yo soy un español orgulloso de serlo y por eso no entiendo a los que se empeñan en obligar a ser españoles, como si eso fuera un castigo, a los que no quieren serlo.
ResponderEliminarMi España es una España de puertas abiertas. Para los ciudadanos y para las naciones o nacionalidades que así lo deseen.
Comprendo que haya quienes piensan en lo mejor para Cataluña es seguir formando parte de España (muchos catalanes así lo piensan), pero no comprendo a quienes se niegan a preguntarle a los catalanes si ese es su deseo.
El antiespañolismo de los catalanes (de buena parte de los catalanes, no de todos), me parece más que justificado. Desde que tengo uso de razón he oído decir cosas poco simpáticas de Cataluña.
En una España de puertas abiertas (a ver qué pasa en la próxima reforma constitucinal), ese antiespañolismo decrecería bastante, creo.
Si así lo desea una mayoría cualificada y Cataluña se independiza, yo creo eso sería tan bueno (o tan malo, si se hace mal) para Cataluña como para el resto de España.
Un país grande es grande por su coherencia interna y por el bienestar de sus ciudadanos, no por la extensión de su territorio.
JLGM
Pues no hay mucho más que decir, creo. Si a JLGM el anticatalanismo de algunos españoles (ni siquiera de una mayoría de ellos) le parece una cosa injustificada y atroz, pero el antiespañolismo de, le cito, "los catalanes (de buena parte de los catalanes, no de todos)", le parece "más que justificado", entonces está clarísimo. No es, como él decía irónicamente, que los catalanes sean malísimos (cosa que desde luego no son), sino que la verdad es la contraria: son los españoles, al menos "buena parte" de ellos, los que son, somos, malísimos. En consecuencia, que se fomente el antiespañolismo en Cataluña con los dineros de todos, independentistas o no, es cosa justificadísima (más tendría que haber, supongo), y nadie razonable puede decir nada al respecto. Sólo aceptar nuestra malvada naturaleza, y corregirnos, si es que somos capaces, aunque vista la opinión de JLGM, cabe dudarlo.
ResponderEliminarPor lo demás, JLGM no comprende a quienes se niegan a preguntarles a los catalanes, etcétera. En cambio, comprende perfectamente (o, al menos, nada dice de ella) la actitud de quienes, en Cataluña, se niegan ya no a preguntar nada, sino siquiera a hablar del asunto, cuando, ay, dicho asunto les afecta a ellos. Hace ya tiempo, si recuerdo bien, se copió en este mismo blog enlace a una intervención televisiva de una independentista tan significada como Pilar Rahola, donde se ve muy bien dicha actitud; tan bien, que el propio moderador ha de llamarle la atención. Por si me equivoco, o por si no tuvo ocasión JLGM de verla (a pesar de lo breve e instructiva que es), pongo aquí el enlace. Aun teniendo claro que es inoportuno e inútil. Los buenos son los que son, y los malos somos nosotros..., y no hay más que hablar, con lo cual dicho enlace sobra. Qué se le va a hacer.
http://www.youtube.com/watch?v=CeDQxFNlgX8
No sé si lo he dicho ya, pero opino que las lenguas españolas distintas del castellano deben enseñarse en toda España. Todos los colegios deberían enseñar una lengua española no castellana (catalano-valenciano-balear, gallego o euskera). Cursar esta asignatura debería ser obligatorio, desde la infancia. No obstante, su enseñanza habría de enfocarse desde una perspectiva no memorística, sino de aprendizaje próximo a la inmersión: así, ver películas u oír canciones (Serrat, Llach, Amancio Prada...) en estos idiomas.
ResponderEliminarAunque vivo en Granada, tengo un apartamento en Alicante y mis hijos, de ver en verano los dibujos animados de Canal Nou, entienden perfectamente el valenciano.
En cuanto al euskera, ya sé que su aprendizaje "por inmersión" es más difícil al no derivar del latín, pero sin duda habría gente dispuesta a cursarlo.
Se trata en suma de que estas lenguas españolas sean percibidas por todos como propias, porque lo son.
Muy buena propuesta, muy europeísta. Una forma de que todos valoremos nuestro patrimonio cultural.
EliminarMuy europea, quería decir.
EliminarPongo enlace a un editorial de El País de hoy, que acabo de leer. Por lo que se ve, no soy el único al que la convocatoria a que ya me he referido le llama la atención. Pero, en opinión de JLGM, es torpe e inútil destacarla: los malos somos nosotros, dicha convocatoria no es más que un intento de hacer resplandecer la verdad verdadera, y no hay más que hablar. Y si uno, como yo mismo, no se acaba de convencer..., pura burricie y cabezonería españolistas, oiga. Que así somos.
ResponderEliminarhttp://elpais.com/elpais/2013/06/09/opinion/1370799844_355715.html
Pues sí, amigo anónimo, hay nacionalismos "buenos" y nacionalismos "malos". Nacionalismo malo es el catalán si pretenden incorporar Valencia o Mallorca con el pretexto de que hablan catalán; nacionalismo bueno es el catalán si simplemente pretende decidir sobre su destino nacional sin imposiciones ajenas. Nacionalismo bueno es el español cuando se alza en armas contra los designios de Napoleón; nacionalismo malo es el español cuando pretende que Cuba siga siendo española contra los deseos de sus habitantes.
ResponderEliminarNacionalismo bueno es el croata cuando no quiere seguir unida a Servia y malo el servio cuando se opone a la independencia de Croacia.
JLGM
Ya deberíamos dejar de hablar de esto. Al fin sólo hay una solución, que es confiar en el sentido común de la gente: en su deseo de unir y no de separar; de sumar y no de dividir.
ResponderEliminarEl Sr. García Martín está enrocado en que a nadie debe obligársele a permanecer en un grupo (y dale que te pego con la metáfora de la pareja: matrimonio sí pero no a la fuerza), y es un simplismo y una obviedad.
Pero no tiene en cuenta otros elementos, como la imposibilidad de una Europa unida con 100 microestados (porque luego vendrían Flandes, Escocia, Córcega, Bretaña, Lombardía, etc, etc).
Por otro lado, lo que molesta es que su particularismo egoísta nos lo camuflen con valores abstractos (senyeras, identidades, idiosincrasias, som una naciò, visca Barça y otras gaitas).
Ahora quieren montar unos juegos florales por el aniversario de una guerra del abuelo Cebolleta (igual que otros se inventan la opresión de Euskadi a partir de la guerra en Navarra con los Reyes Católicos).
No hombre, no. Digan abiertamente que quieren todos sus impuestos para ellos, porque son más ricos y no desean compartir con nadie. Tengan al menos la decencia de decirlo. Ahórrese el Sr. Mas su cinismo y al menos no nos tome por tontos. Que lo somos, pero no tanto.
Que manía con tanto unir y no dividir. Pues yo me he divorciado recientemente y tan contenta solita siguiendo mi camino, oiga. Que a veces las uniones anulan y aplastan, y si llega un momento que para una parte es una imposición, anulan y aplastan seguro.
EliminarCataluña y España son un matrimonio mal avenido. Cada uno habla mal del otro cuando está con sus amigos y una se pregunta: si se caen tan mal, ¿como se aguantarán viviendo en la misma casa? Cataluña ya está pensando en mudarse de piso, pero España sigue con la mantilla arrodillada ante el Papa y no concibe que "il mondo gira". ¿Que creen vds que pasará?
Muy sensatas palabras. Lo que pasará no lo sabemos. Esperemos que se imponga el buen sentido.
EliminarJLGM
Declaro mi justificadísima admiración (mayor aún de la que ya sentía) por JLGM, quien cuando se le plantean cuestiones tan concretas como la de si es aceptable el simposio en cuestión, "Cataluña contra España", pagado además con dineros públicos, o la actitud de ciertos independentistas (aquí ejemplificada por Pilar Rahola) de negar con ardiente vehemencia a los demás lo que piden para sí mismos, es capaz de hablar del Universo entero con tal de no responderlas. Estaría bien que hablara, al esquivarlas, de asuntos literarios, de los que tanto sabe, y así nuestro provecho sería aún mayor. Pero no hay que pedir tanto; así como está, ya está más que bien.
ResponderEliminarSupongo, de acuerdo con esta última contestación, que "nacionalismo malo" es el catalán, cuando se manifiesta como Pilar Rahola lo hace, o cuando pretende someter a la población a un bombardeo de publicidad sectaria como el que ejemplifica el famoso (y esquivadísimo) simposio, o cuando se empeña en que el referéndum que piden se celebre precisamente en 2014, como colofón del jolgorio partidista-tricentenario (previo, naturalmente, el bombardeo publicitario ya dicho, que saldrá por un pico y que para algo ha de servir, faltaría más), ya que no me parecen a mí esas actitudes muestra de una voluntad de que la gente decida "sin imposiciones". Pero quién sabe. A lo mejor todos estos reparos, y unos cuantos más que se me ocurren, no los dicta, como ingenuamente pienso, mi aprecio por esa "decisión sin imposiciones" de que habla JLGM, sino sólo mi maldad nacionalista-hispánica, tan arraigada por lo visto como (puedo jurarlo) involuntaria.
La Vall d'Aran debe callarse, que calladita está más guapa; España no ha hecho nunca otra cosa que "reprimir" a los pobres catalanes, y está muy bien que eso se sepa, y para eso son los dineros públicos; y lo del empeño en que el referéndum coincida con los fastos tricentenarios nada tiene que ver con ninguna voluntad de manipular a nadie (cosa, como es sabido, sólo propia de malvados servios, o españoles, que viene a ser lo mismo), sino con un muy lógico deseo de no callar, como los araneses, que ya sería demasiado silencio. Ay, Señor.
Pero si yo no me salgo por la tangente... Es simplemente que, en este caso, se pueden discutir y razonar las ideas, pero no las creencias. Así mejor dejar que cada uno siga con la suya.
ResponderEliminarA mí criticas esos presuntos fastos cuando aquí celebramos el 2 de mayo y el descubrimiento de América (¡lo que nos gastamos en el 92!) y tantas otras conmemoraciones más o menos históricas, me parece una --perdón, soy así de claro y así de bruto-- solemne tontería. A ese congreso, se titule como se titule (una acierto el título, muy llamativo) van a ir historiadores y habrá un debate entre historiadores. No lo veo como manipulación o no mayor manipulación que cualquier otro congreso de historiadores. Y los dineros públicos se emplean en ello porque la mayoría de los catalanes han votado a partidos independentistas. Si hubieran votado a ciudadans o al PP seguro que se celebraría un congreso muy distinto.
Y sí, amigo, hay nacionalismo catalán tan imperialista y abusivo como el servio o el español, pero ese cuenta con mi absoluto rechazo.
Y hay un nacionalismo español --yo soy español y nacionalista, y no me avergüenzo ni de lo primero ni de lo segundo, en eso soy muy francés y muy americano-- que no pretende imponer su patria a nadie. Un honor ser español, no una imposición ni un castigo.
La unión solo es buena si se hace por voluntad de ambas partes. No me imagino que se obligue a ningún país a formar parte de la Unión Europea en contra de su deseo. Ni a ningún Estado de los que forman parte de Estados Unidos a ser parte de USA.
JLGM
El Sr. García Martín no solamente no atiende a razones sino que además escribe servio con uve, cuando el país es Serbia y sus habitantes serbios, con b de Barcelona. Pero lo más indignante no es esto, sino que personas que se llaman de izquierdas, como la Rahola y antes Heribert Barrera y otros defiendan el secesionismo desde mendaces postulados de izquierdas, siendo así que el nacionalismo es una ideología netamente derechista.
ResponderEliminarMarx dijo "Proletarios de todos los países, uníos", porque la izquierda tiene que ser forzosamente internacionalista. Una persona de izquierdas rechaza las fronteras, las separaciones, las divisiones políticas.
A una persona de izquierdas le repugna la desigualdad, y le da igual que ésta sea por razón de nacimiento, de clase social o de nacionalidad.
Ser nacionalista de izquierdas es una contradicción en sus propios términos, un contrasentido, una antítesis.
Al menos el señor Mas es persona de derechas coherente con su natural egoísmo. Pero la supuesta izquierda nacionalista (ese oxímoron) no sé a qué está jugando.
Eso no es exactamente así. Fidel Castro, por ejemplo, fue en gran medida un líder independentista, porque Cuba siempre había estado subyugada a unos y otros. Por eso también degeneró en dictadura, porque esa era una forma de concentrar el poder frente a las hostilidades extranjeras.
EliminarSe puede escribir "Servia" (tradicionalmente se escribía así) o "Serbia" (la opción que se ha generalizado hoy día). No es el único caso.
ResponderEliminarJLGM
Vamos, aunque estoy empezando a pensar que es inútil, a tratar de dejar claras algunas cosas.
ResponderEliminar1) Dice JLGM que "criticar esos presuntos fastos" le parece "una solemne tontería", y pone el ejemplo de las celebraciones del 2 de Mayo o el descubrimiento de América. A mí las celebraciones más o menos patrióticas, aunque yo no tienda a participar en ellas, me parecen normales, y las hay en todos los países civilizados (baste recordar el 14 de Julio en Francia o el 4 de Julio en USA), como también en los menos civilizados. En consecuencia, no las critico por sí mismas. Pero si, un suponer, se hace una celebración del descubrimiento de América bajo el título "Las colonias españolas en América: historia de una traición", o cualquier otro tan sectario e ideologizado como ése, contará con mi firme rechazo, no a la celebración en sí, sino al sectarismo y la voluntad de enfrentamiento que implica (aunque el título mismo fuera, sin duda, de lo más llamativo; eso, en contra de lo que JLGM parece pensar, no justifica cualquier barbaridad, por llamativa que sea).
Exactamente por la misma razón, rechazo (y como yo el editorial de El País o diversos historiadores españoles y extranjeros, que ya lo han manifestado así públicamente) el simposio de marras. Porque desde su mismo título, para mí como para ellos, queda claro que, aunque se disfrace de eso, nada tiene de intento de estudiar seriamente ninguna Historia, sino de maniobra propagandística pro-independentista y antiespañola. Y lo rechazo como rechazaría otro convocado desde las ideas contrarias para "estudiar" en contra del independentismo. Lo hago así porque soy demócrata, y me parece inaceptable que el dinero público se utilice con fines claramente sectarios. Ese simposio es, desde su mismo planteamiento, del todo equivalente a los delirios de, por dar un ejemplo, Jordi Bilbeny, que pretende explicar a los previamente convencidos (y a alguno más, si cayera) sus pintorescas tesis según las cuales no sólo el Quijote, por el que empezó, sino la Celestina y el Lazarillo, fueron escritos por autores catalanes y originalmente en esa lengua, hecho malvadamente borrado luego de la historia por la "manipulación españolista".
Yo no supongo que JLGM no sepa distinguir entre las ideas, legítimas, de cada uno, y la manipulación disparatada y sectaria de los hechos. Pero, en este asunto al menos, lo parece.
Nada diré del empeño en dedicar el año próximo a los "fastos" del centenario de 1714, de los que ese simposio sólo es un aspecto entre muchos otros, y de que el referéndum que se pide sea la culminación de esa campaña de interesada desinformación. Es obvio que JLGM no quiere ver nada de eso; y ante la ceguera voluntaria, poco cabe hacer, como ya lo recuerda el refrán.
2) Dice JLGM: "Y sí, amigo, hay nacionalismo catalán tan imperialista y abusivo como el servio o el español, pero ese cuenta con mi absoluto rechazo". Supongo (pero sólo lo supongo, dado el carácter prudentemente vago en que JLGM prefiere mantener su respuesta) que hay aquí una alusión a Pilar Rahola y su actitud en el video al que incluía enlace. Por él, si no lo sabía por otras fuentes, habrá visto JLGM que existe un movimiento independentista aranés. ¿Ha visto alguna iniciativa del independentismo catalán, tan seguro de sus propios derechos, para reconocer públicamente que el mismo "derecho a decidir" que ellos piden no puede negarse a los araneses? ¿Les ha visto pedir un referéndum para que los araneses manifiesten su voluntad? Si la "imposición" es mala, como JLGM pretende, serán igualmente malos los dos: el nacionalismo español gobernante, que no reconoce ese derecho a los catalanes, como el nacionalismo catalán gobernante, que no lo reconoce a los araneses. ¿Por qué, pregunto ingenuamente, critica tanto JLGM la actitud del primero, y no tiene una sola palabra para la del segundo?
ResponderEliminarEn resumen: da toda la impresión de que, en este asunto, JLGM tiene, según la frase hecha, dos varas de medir; o que, según otra frase hecha, aplica aquí la ley del embudo (para mí el extremo ancho, para ti el agudo), o apoya al menos a quienes así lo hacen. Es una actitud con la que yo (sin ser, como él, "así de bruto", cosa que me parece innecesaria) no puedo estar de acuerdo. Ideas, las que se quiera, siempre que partan del respeto al derecho del otro a discrepar; manipulaciones, sectarismos y disparates, bilbénicos o de donde sean, no, gracias; de eso ya tenemos muchísimo más de la cuenta.
Quiero pedir disculpas por mezclar la ortografía con la argumentación, pero es que tanta cerrazón de mollera le saca a una de quicio.
ResponderEliminarAhora se habla de autodeterminación de la Val d´ Arán (respecto de Cataluña), y claro: ¿por qué no? Si es que esto no tiene límites... Es como en Ikea: la república independiente mi casa.
Al final nos encontraremos con una amalgama de ciudades-estado tipo Malta, Singapur, Andorra, Gibraltar, Mónaco, Liechtenstein, San Marino o Granada (no la ciudad en que yo vivo sino un micropaís homónimo que hay por el Caribe).
Algunos de estos miniestados están en Europa y se dedican al blanqueo de dinero como paraísos fiscales. O sea: refugio de la canalla del mundo.
A esta infernal locura quieren abocarnos los autodeterministas como García Martín.
Renuncio a participar más en este foro y sólo le pido a Dios (como en la canción) que el nacionalismo no me sea indiferente.
Es un monstruo grande y pisa fuerte sobre la pobre inocencia de la gente.
Amigo anónimo, vuelvo a compendiar mi postura. Los catalanes tienen todo el derecho a decidir sobre los asuntos que competen a Cataluña (y los del Valle de Arán sobre los que conciernen a su valle), y desde un punto de vista democrático no se les puede negar ese derecho (por muchos sofismas que se traigan a colación). Luego, si el resultado de sus decisiones afecta a otros, pues habrá que sentarse a discutirlo. Una decisión tan importante como separarse de un Estado para formar uno nuevo no se toma de un día para otro; hacen falta muchas negociaciones.
ResponderEliminarSi Cataluña está a gusto formando parte de España, no tiene por qué abandonarla, pero para que uno esté a gusto en un lugar las puertas deben de poder abrirse (en caso contrario, se trata de una cárcel).
Y en cuanto al congreso de marras.El título es llamativo y provocador, ciertamente. Pero para juzgarlo hay que esperar a conocer el rigor de los contenidos. El historiador que lo va a inaugurar es serio y riguroso. Veremos lo que allí se dice, leamos las actas. Porque si "España" (el gobierno central) no ha estado siempre contra Cataluña, algunas veces sí que lo ha estado (y no solo durante el franquismo).
Lo que más me divierte en estos debates es el poco aprecio que los defensores de la unidad española parecen tener hacia España, como si bastara un congreso de historiadores para hacer a los catalanes cambiar de opinión y volverse separatistas.
No olvidemos que los catalanes también leen el ABC y El País y La Razón y ven la Uno y la Dos y Tele Cinco y están al tanto de toda la información posible sobre los males del nacionalismo (y mucha de ella pagada, por supuesto, con fondos públicos).
JLGM
Yo no "defiendo la unidad española" (dígame JLGM dónde me ha visto hacer tal cosa). Le digo solamente que el "derecho a decidir" que los independentistas piden, lo niegan a los araneses, lo que, por muchos sofismas que JLGM emplee, muestra que, al pedirlo, no persiguen con ello ningún ejercicio de libertad, sino únicamente el beneficio de sus particulares intereses.
ResponderEliminarPor lo demás, JLGM sabe mejor que yo la férrea censura que imponía la dictadura de Franco (como cualquier otra que se precie) sobre la información. ¿Significaba eso, según otro sofisma suyo, el "poco aprecio" que el dictador y sus acólitos sentían hacia su propio régimen? Naturalmente que no. Significaba que, para ellos, los medios que en justicia debieran ser de información lo eran en realidad de propaganda a su servicio.
"El simposio se inscribe en los fastos que está organizando de forma minuciosa el Gobierno catalán para conmemorar el próximo año el 300 aniversario de 1714, en el que se produjo la caída de Barcelona a manos de las tropas de Felipe V, con la aspiración de que culmine en la consulta soberanista" (El País). "El mito es una salida tentadora, pero los catalanes no se merecen una inmersión mitológica sino lucidez y racionalidad" (Valentí Puig). Títulos de un par de conferencias del simposio: "La apoteosis del expolio: siglo XXI". "La humillación como desencadenante de la eclosión independentista" (que es la de cierre, por cierto). Pero es inútil: ya dije antes que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Él mismo indicó antes que "se pueden discutir las ideas, pero no las creencias". No sé si es consciente de que se trataba, según todos los indicios, de una autodefinición.
"¿Significaba eso, según otro sofisma suyo, el 'poco aprecio' que el dictador y sus acólitos sentían hacia su propio régimen?"
EliminarYo creo que sí, que en el fondo sentían que su gobierno no era legítimo.
Vamos a ir terminando, si le parece a mi persistente anónimo. Pongo yo aquí unas breves observaciones, y le dejo a él la última palabra.
ResponderEliminarLo de la distinción entre ideas y creencias vale para todos; también para mí, por supuesto.
A mí el título de esa ponencia de cierre no me escandaliza en absoluto. Que hubo una "eclosión independentista" en los últimos años me parece una evidencia (el número de partidarios de la indepedencia se ha doblado, según las últimas estadísticas); que la razón de ello fuera la "humillación" provocada por el rechazo del Estatuto tal como fue aprobada en referendum o fuera otra ya es materia discutible. Escuchemos al ponente y repliquemos, si lo creemos conveniente. Pero no nos sintamos automáticamente ofendidos porque algunos catalanes se sientan humillados.
Y en cuanto a lo de Arán pues no conozco el asunto y no tengo nada que decir. Si alguien les niega su derecho a decidir, pues hace mal. Pero porque una señora haya hecho unas determinadas declaraciones deducir que los independentista catalanes pierden todos los derechos a buscar la independencia de su país, la verdad, me parece un poco abusar de la lógica.
JLGM
Gracias, en primer lugar, a JLGM por lo de dejarme la última palabra; es un detalle de una rarísima gentileza, que le agradezco de veras. Sólo contestaré a estas dos últimas observaciones suyas. La primera: no niego yo lo de la "eclosión independentista", aunque convenga matizar ciertas cosas. Por poner un solo ejemplo, en la famosa manifestación del pasado 11 de Setiembre se dijo que habían participado un millón y medio de personas. Al día siguiente, y en un medio tan poco "sospechoso" como La Vanguardia (puedo poner el enlace si lo desea) se publicó un artículo afirmando, con los datos en la mano, que la cifra de 600.000 parecía, según todos los indicios, más ajustada a la realidad. No obstante lo cual, la cifra del millón y medio se ha convertido en un tópico independentista, y entre ellos se oye a cada paso.
ResponderEliminarCon todo, no es eso lo que a mí me preocupa. No dudo de que hay, efectivamente, gente en Cataluña que comparte lo de la "humillación". (Vea al respecto, si quiere, este artículo aparecido en su día en El País, que me parece sumamente interesante: http://elpais.com/diario/2010/07/04/domingo/1278214236_850215.html ). Tampoco dudo de que hay gente que considera a la 2ª República española un régimen criminal, y a la guerra civil una gesta gloriosa. No obstante, yo no esperaría a "escuchar al ponente" en una intervención que se titulara, por ejemplo, "El régimen criminal de la 2ª República y la gloriosa liberación de Franco". Y no lo haría porque es obvio ya desde el título que lo que se buscaría ahí no es la objetividad histórica, sino la más descarada propaganda sectaria. Pero esto, que supongo será igualmente obvio para JLGM en el ejemplo que he puesto, no parece que lo sea cuando se trata del independentismo catalán, quien al parecer, hable de "apoteosis del expolio", de la "humillación" del pueblo catalán o de la catalanidad del Quijote, la Celestina o el Lazarillo, nunca puede buscar dicha propaganda sectaria, al menos hasta que la evidencia más crasa no lo demuestre. Bueno, pues yo no estoy de acuerdo.
Respecto a lo de Arán, no digamos que JLGM esquiva, sino sólo que no advierte, el nudo de mi argumento. El problema NO ES lo que Pilar Rahola en concreto piense; el problema está en que, existiendo un movimiento independentista allí, si el independentismo catalán no muestra la más mínima intención de concederle el mismo "derecho a decidir" libremente que reclaman para ellos, hace patente (a mí, al menos) que el amor a la libertad general que invocan es pura falacia, que sólo pretende dar un aspecto aceptable a lo que es una mera cuestión de intereses propios. Y yo no he dicho, por cierto, que por ello "los independentistas catalanes pierdan todos los derechos a buscar la independencia". El independentismo es una postura legal y legítima, y nada tengo que objetar respecto a ella. Pero señalar sus contradicciones, y las conclusiones a las que a uno honestamente le parece que conducen (esto es, sacarlas, o intentarlo, a partir de la verdad entera, no de la media verdad que algunos pretenden contarnos), no creo yo que sea abusar de nada.
Creo que tanto Pessoa como el independentismo catalán son crisis místicas , los sueños quimericos acaban mal . Lo de menos son los monstruos que genera y sí el daño que quieren hacer .
ResponderEliminarEl caso es que la mayoría de escritores y artistas al uso no son capaces por miedo y derivas económicas en decir que NO y apoyar la Ley . La mayoría queremos que llegado el momento se detenga a los traidores , como es democráticamente aconsejable . Por cierto si miras las barbaridades imperiales està claro que los españoles fuimos los menos malos
¡Oh, la ley, la ley! Quien hace la ley hace la trampa, y ya sabemos todos como se hizo la ley por excelencia en este país. ¿O es que ya nos olvidamos todos de que cuando se redactó la sacrosanta Constitución intocable los teníamos de corbata y nadie sabía como se acabaría aquella feria? No me vaya a decir usted que aquel consenso se logró con plena libertad, hablemos claro. El ruído de sables sonaba en el salón de al lado y determinados temas se trataron con algodones, nada de unión libre de los pueblos ibéricos ni nada por el estilo. Era un acuerdo de mínimos para trampear con la democracia, y ya nos dábamos con un canto en los dientes.
EliminarLa ley también decía que los negros se tenían que sentar en los asientos de atrás en los autobuses de Estados Unidos, ¿y donde estaría el bueno de Barak si la gente respetase la ley?
Las leyes son producto de un consenso social, y si el consenso social cambia, cambia la ley. ¿O me equivoco?
un detallito: me refería a que eso es la ley en democracia, claro. Eso creo.
EliminarPero por cierto, perdone, decía vd. que ¿está claro que qué? Pues si que debe manejar usted una bibliografía novedosa. Hasta donde he podido llegar en mis modestas lecturas, entre imperialismos la cosilla de las atrocidades anda bastante igualada. Y no digo nada de los pueblos que no han tenido imperio, porque si hubiesen podido seguro que también se lucirían. Es la puñetera humanidad...
Muy sensato este último anónimo (qué lástima esa costumbre de no firmar, aunque sea con un pseudónimo, que dificulta distinguir a un interlocutor de otro).
EliminarEn cuanto a Silvio Salvático, que recuerde el reciente servicio militar y la objeción de conciencia (primero se encarcelaba a los que no querían formar parte del ejército, luego se les daba un servicio social sustitutorio) y finalmente su desaparición gracias a un acuerdo entre el PP y Convergencia. Si la ley es injusta, hay que hacer lo posible porque la ley cambie. En el caso catalán, de momento no hace falta cambiar ninguna ley: basta con que el gobierno central autorice una consulta no vinculante. Así sabremos de cierto lo que piensan los catalanes. A lo mejor la mayoría dice que quiere seguir permaneciendo en España. Y entonces se acabó el problema.
JLGM
Reinaldo dos Santos, el profeta de América tiene mas de 900.000 seguidores y tiene numerosos aciertos en su haber.
ResponderEliminarReinado dos Santos en su página de Facebook en inglés nos deja una curiosa profecía sobre la independencia de Cataluña (una región de España), una indepedencia que se obtendría de forma cruenta:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=402111729874454&set=a.385733271512300.92274.378843255534635&type=1
Un dia, está previsto que Cataluña logre la independencia respecto a España. Desafortunadamente, España no lo permitirá. Mucha gente hará muchos sacrificios y muchos perderán sus vidas in la lucha por la independencia (de Cataluña) respecto a España.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=432602386825388&set=a.385733271512300.92274.378843255534635&type=1
Un día estos tres territorios (regiones) se independizarán de España: Aparecen las banderas de las comunidades autonómicas del Pais Vasco (entiendo que RdS no incluye a Navarra, aunque igual me equivoco pero muchos nacionalistas vascos consideran a Navarra parte de Euskal Herria al igual que 3 provincias ubicadas en francia ), Cataluña y Las Islas Canarias.
Profecia de Reinaldo dos Santos: Independencia para Catalunya Independence for Catalonia CAT SPA ENG
http://www.youtube.com/watch?v=xRS5_yvf7Sw
Esperemos que no se cumplan esas profecías en lo que al aspecto sangriento se refiere. Y que las naciones de España continúen formando un Estado si así lo desean mayoritariamente sus habitantes, o más de uno, si eso es lo que consideran mejor. Ambas opciones son igualmente válidas y están igualmente apoyadas por la historia. Lo que importa es la decisión de los ciudadanos, libremente adoptada y expresada.
ResponderEliminarJLGM
Así de simple y que difícil és entenderlo.
EliminarEs maravilloso ver que hay gente lúcida en todos los pagos (perdón, pero a veces entran dudas; el bombardeo de los media, en fin...)