Ningún día sin línea
Artículos y crónicas literarias
Ignacio Agustí
Edición de Irene
Donate
Fórcola. Madrid,
2017.
La primera edición de Ningún
día sin línea, aparecida en 2013, cuando se cumplía el centenario del
nacimiento de su autor, Ignacio Agustí, llevaba el subtítulo de “El catalanismo
español”. Ahora, que parece más necesario que nunca, ha desaparecido. No
resulta demasiado difícil encontrar la razón.
A Ignacio
Agustí, hoy olvidado, se le debe uno de los grandes éxitos de la novela de
postguerra, Mariona Rebull, éxito
pronto multiplicado por la versión cinematográfica. Azorín le dedicó un
resonante artículo en el que anunciaba: “Por fin tenemos un novelista”.
Ignacio
Agustí, como tantos otros representantes de la burguesía catalana, en la hora
crucial de 1936, prefirió dejar de lado sus sentimientos catalanistas y ponerse
al lado de quienes pretendían mantener el orden tradicional. Tras abandonar
Barcelona en un barco alemán, volvió por Lisboa a la zona rebelde y en Burgos,
junto con otros catalanes, fundó la revista Destino,
patrocinada por la Falange.
La historia
de esa revista, una de las más significativas de la época, es bien conocida.
Pronto se apartó de sus orígenes para defender un liberalismo y un catalanismo
templados. Ignacio Agustí, tras contribuir decisivamente a la creación de la
editorial Destino y del premio Nadal, se apartó de ella, por discrepancias con
Josep Vergés, otro de los fundadores.
Desde muy
pronto, creyó en la solución monárquica. Tras una inicial aproximación a don
Juan de Borbón, fue un decidido partidario de la monarquía franquista
representada por el príncipe Juan Carlos. Él es el autor de uno de los primeros
reportajes laudatorios del todavía tácito heredero, muy cuestionado por los
medios falangistas, “Don Juan Carlos besa la bandera”, obligatoriamente
inserto, el 25 de enero de 1956, en prácticamente toda la prensa nacional.
En 1962,
Manuel Fraga Iribarne, flamante ministro de Información y Turismo que pretende
darle un nuevo aire al régimen, se fija en Ignacio Agustí y decide hacerle su
hombre en Cataluña. Han cenado juntos, han congeniado y el ministro le pide que
le escriba un informe sobre lo que se podría hacer en una región que, en buena
medida, no dejaba de sentirse “ocupada”, no “liberada”, por el régimen del 18
de julio. Agustí le expuso la necesidad de crear en Cataluña un periódico
oficioso del gobierno. El ministro le
hizo caso y, tras probarle como director del semanario El Español, creación de Juan Aparicio, le concede la autorización
(y en parte la financiación) para lanzar un nuevo diario en Barcelona, el
primero que aparecía en España desde 1940. El nombre del periódico, Tele/eXprés, ya expresaba su intención
de ser distinto, más moderno y atractivo (incorporaba el color), de no
parecerse a la prensa del Movimiento, de llegar a la juventud. Ignacio Agustí
–quien, en principio, no figura como director– publica una columna diaria, bien
representada en esta antología.
No habla en
ella de política, pero cuando lo hace en seguida se nota “la voz de su amo”. En
mayo de 1966, un grupo de sacerdotes redacta una carta de protesta por las
torturas infligidas a un estudiante y pretende entregarla en mano, tras marchar
pacíficamente por la Via Layetana, en la Jefatura de Policía. Una violenta
marcha policial les impidió hacerlo. Ignacio Agustí se burla de los
manifestantes en un artículo, “La procesión política”, en el que los llama
“bonzos incordiantes” y otras lindezas. Ese artículo desencadena un movimiento
de protesta contra el periódico.
Como
compensación a su papel de defensor de la España oficial, a Ignacio Agustí se
le concede permiso para publicar un semanario en catalán, Tele-Estel, el primero que se autoriza tras la guerra civil. Pocos
años antes, en un violento artículo de El
Español, había arremetido contra quienes pedían la enseñanza del catalán y
periódicos en catalán porque los quieren para poder decir cosas como
“democracia” o “situación real de dictadura”. Ahora con Tele-Estel pretende demostrar que la lengua catalana puede usarse
también para otros fines (aunque él dejó de usarla literariamente en 1936).
Ingacio
Austí, más que un representante del catalanismo español, que lo hay, y con
figuras muy destacadas, puede ser considerado como un “colaboracionista”, en el
sentido que ese término adquirió en la Francia de Vichy.
Irene
Donate estudia su trayectoria vital y literaria en el amplio prólogo de Ni un día sin línea, más de cien
páginas, que tiene todas las virtudes y las limitaciones de la crítica
académica. A la hora de seleccionar sus artículos no acierta a distinguir entre
los que siguen vivos y aquellos otros que solo son un documento de época. En la
sección que ella denomina “Intimismo” se encuentra lo más valioso del volumen (habría
que añadir el que inicia “Costumbrismo”). Los años de la censura, del control
político de la prensa, son paradójicamente los mejores para un cierto tipo de
periodismo, el que representan González-Ruano, Sánchez-Mazas y tantos
colaboradores de la tercera de ABC.
Irene
Donate podía haberse limitado a darnos una muestra de ese periodismo literario,
intimista y lírico, costumbrista y evocador. Su minuciosidad académica la lleva
a incluir una muestra de los que son simple papel mojado, perecedera palabrería
(toda la breve primera sección). El interés de otros no es literario, sino
sociológico. En 1962, y en la revista Triunfo,
nos habla de “la liberación de unos pueblos que seguirán marcados durante años,
o quizá siglos, por el signo de su inferioridad natural”. Y en 1964, en un
artículo titulado “Nicotina”, se alegra de que, tras un informe del Gobierno de
Estados Unidos que ponía de relieve los peligros del tabaco, no solo no haya
disminuido su consumo, sino que la industria tabaquera “sea más próspera que
nunca”. Le produce “satisfacción y tranquilidad íntima” el hecho de que “en la
disyuntiva de una vida apacible y moderada, sin infarto de miocardio, pero sin
tabaco, y aquella otra con tabaco, aun a riesgo del infarto” la mayoría de las
personas elijan esta última. Prefiere una propaganda “portadora de la vida,
vehículo de ella” –la de las tabacaleras–
a “la que preconiza y anuncia la muerte”, la de las autoridades
sanitarias, como prefirió siempre la España del 18 de julio a la del 14 de
abril.
Flaco favor
le ha hecho Irene Donato a Ignacio Agustí rescatando algunos de estos
artículos. Pero al lector curioso le permiten ver de dónde venimos y le ayudan
a entender la España de hoy.
Perfecta reseña. De un tiempo también. Y de un escenario catalán bien diferente al actual, o no tanto.
ResponderEliminarUn saludo
No se puede juzgar bien una época desde otra época.
ResponderEliminarSe puede intentarlo. Para eso existen los estudios históricos.
ResponderEliminarLos libros eran su verdadera vida. Eran la vía por la que nunca descarrilaría. Sí, esa comparación le habría gustado a su padre, un orgulloso 'redneck' del norte de Nuevo México. Ellos te abrazaban con sus páginas envolventes y entonces... "¡Johnny...! ¡La vaca más joven está a punto de parir...!", gritó una voz. Se apresuró. Cuando llegó al establo ya todos estaban allí. Su madre, Úrsula, charlaba con Mandy. "Al principio todos creíamos que venías por su dinero", le espetó, al tiempo que se oía un sonoro mugido... CONTINUARÁ
EliminarSi me llamas,
Eliminarsi cumples años,
por tu santo,
si te quedas,
si te vas...
Si...
Si...
Si...
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...
te quiero.
Para potenciar el efecto poético (con una condicional sin resolver) y restar melodramatismo, bórrese el último verso. El poema termina al final en el 9.º verso.
EliminarMMTGL
Gracias por considerar interesante mi último comentario. ¿Te puedo pedir un favor? ¿Podrías borrar estar tres respuestas mías de arriba? Me siento incómoda porque suena revanchista y creo que hay gente que podría ofenderse. Disculpa de nuevo las molestias. María
EliminarNo entiendo a qué te refieres; María. Pero no te preocupes, nadie lee los comentarios antiguos.
Eliminar―¿Y el futuro lector de robots algorítmicos? ―preguntó Nadie.
Eliminar"Y en 1964, en un artículo titulado “Nicotina”, se alegra de que, tras un informe del Gobierno de Estados Unidos que ponía de relieve los peligros del tabaco, no solo no haya disminuido su consumo, sino que la industria tabaquera “sea más próspera que nunca”. Le produce “satisfacción y tranquilidad íntima” el hecho de que “en la disyuntiva de una vida apacible y moderada, sin infarto de miocardio, pero sin tabaco, y aquella otra con tabaco, aun a riesgo del infarto” la mayoría de las personas elijan esta última."
ResponderEliminar"Los últimos años, hasta su fallecimiento en febrero de 1974, los dedica a la redacción de sus memorias, "Ganas de hablar", libro que escribe de manera compulsiva y con una gran sinceridad. Cuando estaba a puno de publicarse, falleció de un ataque al corazón."
http://www.unir.net/ciencias-sociales/revista/noticias/ignacio-agusti-el-cronista-de-la-burguesia-catalana/549201435362/
Sin comentarios.
¿Conoce usted ese libro? ¿Sabe si merece la pena?
Se me olvidó decir que Agustí murió a los 60 años.
ResponderEliminarConozco "Ganas de hablar". Lo más interesante de las memorias de Ignacio Agustí es lo que cuenta de su infancia y de los años anteriores a 1936, cuando conoció a García Lorca.
ResponderEliminarSomos los otros catalanes. Los que no vamos a manifestaciones y nunca colocaremos ninguna bandera en el balcón. Somos tranquilos, tolerantes, trabajadores, pacíficos, discretos y amigos de nuestros amigos. Queremos tener salud, dinero, amor y trabajo, como todo el mundo. Creemos en la familia y en el esfuerzo personal y no en la donación y subvención para conseguir las cosas. Amamos la paz y la libertad, aborrecemos la corrupción, la violencia, el abuso de poder, la manipulación y la mentira.
ResponderEliminarSomos bilingües sin complejos, hacemos zapping sin problemas por todas las opciones, y ya no recordamos si la película de ayer la vimos en catalán o en castellano.
Nos gustan los deportes y animamos igualmente a Nadal, Ferrer, Alonso, al Barça, al Español y a la Selección, y nos da igual si el gol lo mete un catalán o un manchego, mientras ganemos la copa de Europa o el Mundial. Por respeto no pitamos el himno de España, ni ningún otro.
Estamos bastante hartos del 'procés' y del politiqueo en general por tanta mentira. Votamos al menos malo, o por descarte. Aborrecemos a quienes fomentan las fobias entre territorios, sean del color que sean, de aquí o de cualquier otro sitio para ganar cuatro votos, mantener la poltrona y seguir llevándoselo calentito a cuenta de todos.
No creemos que la independencia sea la solución a todos nuestros problemas: no somos tan ingenuos, más bien la política de confrontación y sus lideres son parte del problema. ¿Por qué está todo tan crispado? ¿No tendrían que trabajar todos para sacarnos de esta crisis, dejarse de historias y no confrontarnos unos contra otros? Creo que muchos pensamos así, pero no se nos ve ni se nos oye, somos LOS OTROS, y aunque saben que estamos nos ignoran por no pensar como ellos.
Tras el próximo fracaso del 1-O habrá ¡nuevas elecciones autonómicas! Informad a todos los que formamos parte de LOS OTROS, a vuestros conocidos, a los indecisos, a los que piensan que esto no va con ellos... que de nuestro voto depende que Catalunya siga siendo feudo de unos cuantos que basan su discurso en el odio a los demás pueblos de España, adoctrinando en las escuelas a nuestros niños y difundiendo propaganda y mentiras en TV3 y en los otros medios comprados con subvenciones pagadas con nuestro dinero. Exijamos que los constitucionalistas lo sean por encima de los intereses de sus partidos.
Vamos a demostrar a quienes lideran el 'procés' que en el mundo somos catalanes y españoles. Vamos a demostrarles que no nos hemos creído la vil mentira de que 'Espanya ens roba' cuando los únicos que nos han estado robando son ellos: nuestros recursos, nuestro dinero, nuestro orgullo y nuestra dignidad, intentando hacernos sentir inferiores y de segunda.
Vamos a decirle a ellos y al mundo que ya basta de muestras de odio, intransigencias y amenazas de sanciones para quien no colabora o piensa como ellos.
Vamos a frenar esta aventura que solo nos ha traído y traerá más pobreza económica e intelectual y más crisis a pesar de que nos prometan el paraíso.
Porque amamos Catalunya, porque amamos España, porque queremos seguir siendo europeos...
¡¡¡VIVA CATALUNYA!!!
Bienintencionado anónimo portavoz, la mejor manera de que desaparezca todo eso que dices detestar es ir a votar "no" el uno de octubre. Si tanto te preocupa Cataluña, haz un esfuerzo, no te quedes en casa, con solo dejar una papeleta en la urna el uno de octubre puedes conseguir que se acabe este absurdo problema. Que sepamos por fin el uno de octubre lo que piensan los catalanes.
ResponderEliminar