No puedes ser así
Luis García Montero
Visor. Madrid, 2021.
El libro de poemas como unidad estética es una invención
reciente. Antes solían ser simples recopilaciones de poemas hechas por el autor
o por sus editores, a menudo póstumos,
como ocurrió con la mayoría de los poetas áureos, de Garcilaso a
Quevedo. La unidad de las recopilaciones de Antonio Machado, y la diversidad
entre unos y otras, la daba su evolución vital. Hoy, sin embargo, son mayoría
los poetas que escriben “libros”, que conciben el poema menos como una unidad
independiente que como una capítulo de una unidad mayor.
“Este libro
me estaba esperando igual que una sombra, / dispuesto a saltar sobre mí desde
cualquier esquina”, comienza No puedes ser así, la nueva entrega de Luis
García Montero que lleva el sorprendente subtítulo de “Nueva historia del
mundo”. La novedad frente a su poesía anterior es más temática que formal.
Abundan los que, en los años setenta --cuando comenzó a divulgarse entre
nosotros la poesía de Cavafis--, se denominaron “poemas históricos”, poemas
protagonizados por una figura histórica que a menudo se utiliza como
contrafigura del autor o como pretexto para hablar del presente.
Luis García
Montero sitúa a Adán y Eva, en lo contrario del paraíso, en un campo de
refugiados; Magallanes le sirve como “una buena excusa / para insistir en el
poder humano / y en su fragilidad”; Galileo, para contraponer su tiempo a una
actualidad en el que “ya no hay libros sagrados, / la ciencia y la conciencia /
tienen buenas ideas, sus derechos, / la libertad, la paz. / Y sin embargo…”
Algo de
formulario y de convencional, de previsibles ejercicios, tienen estos poemas
históricos. Pero García Montero trata con frecuencia de darle la vuelta a la
anécdota consabida, a la moraleja previsible, y busca un tratamiento inédito.
“La casa está vacía / igual que un ministerio durante el mes de agosto”,
comienza el poema “1789”. Los ideales de la revolución francesa son hoy una
casa vacía y en venta: “Abro la puerta envejecida / de la palabra libertad / y
veo ropa sucia de trabajo / en el desorden de la habitación”.
Uno de los
recursos más habituales de García Montero es el uso de la personificación como
manera de sorprender al lector y de hacernos ver de otra manera la vida
cotidiana que refleja en sus versos. Así comienzan tres poemas: “Un lunes
vagabundo / anda por la ciudad muy lentamente / sin tener donde ir”, “La
bicicleta estática / mira por el balcón el paso de la gente”, “El sol llegó
vestido / para una entrevista de trabajo”. El procedimiento corre el riesgo de
convertirse en un automatismo. “En la ventana del hotel me mira / un edificio
gótico / de alguna religión que no conozco”, dicen los primeros versos de
“Señas de identidad”. Otro recurso frecuente es añadirle un elemento insólito a
una frase hecha: “Os he visto hacer noche / en una esquina de cualquier
palabra, / amanecer sin ánimo de lucro”.
A los
poemas históricos se añaden las postales viajeras (el trabajo actual del poeta
le lleva a desplazarse continuamente de una a otra esquina del mundo): en
Alejandría visita la casa de Cavafis; en Arequipa, un museo con la momia de una
niña sacrificada; bastantes poemas transcurren en el hotel en que se aloja.
Historia y
viajes, evocaciones personales (“y el niño que repite la lección / con la
España de Franco sentada en sus rodillas”) y premoniciones (en “Te veo venir”
se dirige a aquellos a los que no les gusta su poesía y les hará sufrir “la
fama póstuma que pueda merecer”) hay en No puedes ser así, un libro
lleno de buenas intenciones, pero también con voluntad de no quedarse en su
llana enunciación. No siempre lo consigue. Copio unos versos del poema
“Europa”: “Y decretemos la expulsión del odio, / del miedo a la otra piel, de
la serpiente, / del veneno que mancha las palabras, / del lobo puritano que nos
muerde”.
La sección
central de No puedes ser así está formada por un único y extenso poema,
“El quinto cuarteto”, que pretende homenajear a Eliot desde el título, pero que
tiene poco de eliotiano. Habla de un quinto elemento que añadir a los
tradicionales y termina con una referencia a Ángel González: “Entre el fuego y
el aire, entre el agua y la tierra, / vuelve a cruzar la gente. Su sombra es la
poesía. / No cerraré los ojos al mirar la crueldad. / No ocultaré el dolor con
el estilo. / Pero el beso me llama en su naturaleza / para intentarlo una vez
más / sin esperanza y con convencimiento”.
Aquí está,
algo desleído, el poeta de Habitaciones separadas y de otros títulos
fundamentales de la poesía española contemporánea. Sobran las vacuas buenas
intenciones, alguna anécdota banal (y estirada, como en “Señas de identidad”
los versos dedicados al cambio de moneda: “Por mi gusto de ser / o de seguir un
argumento roto, / ayer cambié en el aeropuerto / un poco de dinero, / sin
muchas ilusiones, / como se cambia una bombilla / que acaba de fundirse”) o
demasiado artificiosamente literaria (la fiesta con Neruda en “Noviembre de
2015”, un poema que podría firmar Benjamín Prado). Una cierta poda de
ejercicios de circunstancias y de poemas que no logran objetivar la privada emoción
--“En otra caverna” puede ejemplificarlo--, habría evitado que la habitual y
algo gastada caligrafía emborronara, dificultara apreciar el puñado de
impactantes poemas, de palabras verdaderas que contiene No puedes ser así.
Siempre el mismo esquema de reseña rácana, mezquina y perdonavidas. Lee mucho, don José Luis, a menudo por encima, pero uno se pregunta cuándo sería la última vez que leyó por gusto, pues todo lo lee buscando fallos nimios, recreándose en ellos y luego admitiendo que bien, "puñado de impactantes poemas", pero a lo que dedica la reseña es a minucias que sólo son importantes a su cegarato criterio. Será un lector abundante, pero es un mal lector.
ResponderEliminarNo es obligatorio leer a JLGM. Si su opinión es realmente la que dice, esto es, que sus reseñas tienen "siempre el mismo esquema", y son "rácanas, mezquinas y perdonavidas", además de considerarle "un mal lector", yo no perdería el tiempo leyéndole. Hay muchos otros reseñistas, y muchísimas otras lecturas, en las que podría emplear su tiempo con más provecho (y disfrute). Lo otro, perdóneme que se lo diga, me parece masoquismo.
EliminarHay opiniones, don Bonifacio. Y no solo leo lo que reseño, faltaría más.
ResponderEliminarLo de las personificaciones está muy bien, sino aburriría a las ovejas.
ResponderEliminarVíctor Menéndez
Un gran libro, como todos los de este poeta.
ResponderEliminarKCI
Hablar, escribir bien, mal, regular, de LGM siempre es un riesgo. O puede ser ninguno. Esta reseña con sus paladas de arena y cal alternativas escenifica lo segundo. No he leído el libro aún, no sé si lo leeré. Siendo poeta a considerar, me resulta algo previsible, como si conociera sus trucos y comodidades, sus lugares de refugio. Se agradece la noticia y que esté dada con mucha menos saña que en otras ocasiones.
ResponderEliminarA mí sí me gusta LGM. Más hace años. Pero me voy a comprar el libro. También entiendo la crítica de JLGM. Y me gusta, me da la impresión que es sincero.
ResponderEliminarLa critica, respetable anfitrión, no te va a llevar más allá del Cervantes de Toulouse. Desde luego no te van a invitar ni al de Roma ni al de Palermo
ResponderEliminarEsperemos que pronto los que gestionan la tontemia nos dejen salir de España sin necesidad de mostrar ninguna invitación.
ResponderEliminarHay un problema de fondo, una limitación autoadquirida. Los poetas de la experiencia rechazan la fantasía, y en gran parte la imaginación.
ResponderEliminar¿De qué nos puede hablar LGM ? Pues me imagino de la recepción en no sé dónde, del encuentro con un cónsul, del proyecto del Instituto Cervantes en dónde sea...
No le quitó interés, pero no es el mío.
Víctor Menéndez
Lo de que "los poetas de la experiencia rechazan la fantasía, y en gran parte la imaginación" es una muestra de hasta dónde pueden llevar los prejuicios y la desinformación. Qué cosa sean para él "los poetas de la experiencia", ciertamente, no está muy claro; lo que sí está claro es que o no ha leído a los que se suele llamar así, o que si lo ha hecho sus prejuicios son tan espesos y sólidos que ni siquiera le han permitido enterarse de lo que leía. En esas condiciones, obviamente, se puede leer, o no leer, cualquier cosa en cualquier cosa, con un resultado (eso sí) férreamente previsible.
EliminarA lo que lleva el no leer, Víctor. No se puede opinar por prejuicios y etiquetas. Lee el libro (y los otros libros de García Montero) y podrás comprobar de qué habla sin necesidad de imaginarte ridiculeces.
ResponderEliminarPrejuicios son, lo reconozco. He leído varios poemas y he oído hablar de él, y reseñas, muchas reseñas...Pero bueno, no lo rechazo.
ResponderEliminarVíctor Menéndez
Y bueno, de LGM se algo, además de leer algunos poemas, hojear sus libros, mirarlos de reojo, etc.
ResponderEliminarSé que es catedrático de literatura en la Unv. de Granada, que milita en IU, que es especialista en Lorca, que es dtor. del Instituto Cervantes, que está casado con Almudena Grandes...
Como no me cuente o me versione "Las mil y una noches", no lo leo entero.
Ese es un honor que pocos merecen, para los que leemos poco.
Víctor Menéndez
¿Y quién te dice que tengas que leerlo entero? Pero conocer su poesía antes de opinar sobre ella creo que sí deberías hacerlo. Callar en público de lo que se ignora no deja de ser una buena costumbre.
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ResponderEliminarDudoso que esos versos sean una ridiculez, pero en cualquier caso un poeta es grande por sus aciertos, no por sus errores (no olvide que también a veces dormita Homero).
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ResponderEliminarMario Míguez dejó, a su muerte, tres libros terminados e inéditos. Cada uno de ellos está dedicado a un poeta; respectivamente, Vicente Gallego, José Mateos y José Cereijo, y prologado, a petición suya, por cada dedicatario. No sé si es usted también de los que encuentran banal o insustancial la llamada "poesía de la experiencia"; de que no era ése el caso de Mario Míguez es prueba que que todos ellos (los únicos amigos verdaderos que conservaba en la poesía, según sus propias palabras) han sido relacionados en algún momento con dicho movimiento.
EliminarRespecto a Vicente Gallego, supongo que no hace falta dar pruebas de ello. De José Mateos puede leer, en la entrada a su nombre en la wikipedia, lo que sigue:
"José Mateos fue de los primeros poetas de su generación, los que comenzaron a escribir en los años 80 bajo la etiqueta de la poesía de la experiencia, en abandonar el tono narrativo e irónico de la poesía de aquellos años, para marcar el rumbo hacia una poesía más reflexiva, de un autobiografismo muy diluido y trascendente. Según el crítico José Luis García Martín, en El cultural, "si antes de su libro Canciones era un poeta notable, a partir de ese título, se convierte Mateos en un poeta imprescindible, que sabe volver a tocar, con gracia y misterio, los temas de siempre", que sabe hacerse y hacernos las grandes preguntas sin pedanterías ni grandilocuencia".
Respecto a José Cereijo, él mismo definía, en una entrevista publicada en 2012, dicha modalidad poética como "de factura realista y temática próxima a lo cotidiano". Pienso que es fácil ver que esas características están en su propia poesía.
Así que no sé bien, como decía, si usted rechaza esa poética; lo evidente es que Mario Míguez la rechazaba tan poco, que los tres poetas por él escogidos están de algún modo relacionados con ella.
No se vea hostilidad por mi parte, pero LGM tiene fama, como personaje público y político, es un arma de doble filo estar siempre en candelero.
ResponderEliminarLe quita interés, cierta aura de misterio.
Hojeare, aguda no me sale la tilde, con más interés la próxima vez, sobre todo la prosa.
Supongo que tendrá diarios, ¿o no?
Víctor Menéndez
No sabes nada de la obra literaria de García Montero y te permites tratarla con displicencia, Víctor. Déjalo por favor. Np es obligatorio leer a García Montero ni nadie nos obliga a hablar de lo que ignoramos.
ResponderEliminarNo solo deberías callar tú, Víctor, sino también Pablo de P. (sospecho que ya le hemos sufrido con oro pseudónimo). No le interesa García Montero, pues qué bien. No le parece el mejor poeta de su generación (no confundir con el más famoso), pues qué bien. Que lea a Mario Míguez o a quien le apetezca y que nos deje de competiciones entre quien le gusta más y quién le gusta menos.
ResponderEliminarUna vez, en el aeropuerto de Barajas, pensando en cómo gastar las horas que me quedaban para tomar un avión (iba a decir "coger" pero esto igual lo leen sudamericanos), pasé por la librería.
ResponderEliminarVi un libro. Era de LGM. Parecía prosa.
Acerque, tilde, la mano. Miré a derecha e izquierda. La retiré, como si quemase.
Me fui a fumar porros a la puerta del aeropuerto.
Víctor Menéndez
Hay otro prejuicio. De este autor habla bien JLGM.
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ResponderEliminarImagínate entrar con un libro de Luis García Montero en un avión
ResponderEliminar. Te puede pasar cualquier cosa. Y me tentó, tenía un buen formato. Buena lectura para aeropuerto y avión, y no lo digo de coña.
La próxima vez que tome (jaja no dije coje) un avión.
Yo, Víctor Menéndez, suscribo esta opinión. Ruego conste en acta, en "vista a futuras revisiones" (esto no se puede decir) de semejante ridiculez.
Su seguro servidor
Pues Pablo bien. A ver si no se puede criticar a un crítico.
ResponderEliminarNos manda callar, pues es pasto del mismo LGM, al que, por mi parte no desdeñó ni descalifico.
¿Debemos mostrar efusivo entusiasmo? Callar, pues no estamos autorizados. Ni dedo largo ni pulgar de asentimiento.
Hoy es sábado, Martin. Día de asueto, diversión y descanso.
No sabes ni en qué día vives, estimado Víctor. Hoy es lunes, 3 de mayo.
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ResponderEliminarEl poema "Merece la pena" es buenísimo. Leí, leo y leeré bastante poesía. Tiene tanta trascendencia como fumarse un porro en un aeropuerto. O sea, ninguna.
ResponderEliminarLos comentarios, Pablo de P., son para comentar, si alguien lo considera necesario, los argumentos del texto. No para decidir si este poeta es o no mejor que aquel o si este me gusta más que aquel otro (y muchos menos para escribir lo primero que le viene a la cabeza, como hace Víctor Fernández). Eso es palabrería ociosa. A quien no le guste Luis García Montero, que no lo lea (no es obligatorio) y se acabó el falso debate.
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EliminarVíctor Fernández es un buen entrenador de fútbol, de formación filosófica.
ResponderEliminarFamoso en el Zaragoza, debió entrenar a Pardeza.
No sé dónde está ahora.
Yo soy Víctor Menéndez.
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ResponderEliminarA JLGM no le gusta que le adules, hay que meterle caña, sino edulcoriza como licor temprano.
ResponderEliminarJosé, yo si la rechazo. Las más de las veces son mala prosa, frases entrecortada que han llevado a la poesía a ser un género ridículo impopular, Tengo razones, no siquiera se cultiva la poesía popular.
ResponderEliminarMalos tiempos para la lírica. Ya he comentado que nuestros poetas, pues seguimos inmersos en "la experiencia" sean capaces de superarse.
Víctor Menéndez
Víctor Menéndez sigue haciendo de las suyas. Lo mejor es no hacerle caso. Y Pablo de P. sigue sin enterarse. Que Luis García Montero ha escrito algunos de los títulos fundamentales de la poesía contemporánea española no es una ocurrencia mía. Lea cualquier historia de la poesía española contemporánea y se lo encontrará. Lo que uno encontrará dentro de cien o doscientos años en los manuales no lo sabe nadie. Mejor no elucubrar. Y rechazar ciertos debates absurdos en estos comentarios no es rechazar cualquier debate. Escriba usted un artículo o un libro con sus opiniones literarias y entre en debate con quien discrepe. A mí, la verdad, lo que usted --no tengo el gusto de saber quién es-- considere un buen poema o un mal poema me interesa poco. Qué le vamos a hacer.
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ResponderEliminarSigue sin enterarse. Sabemos lo que pasó hace un siglo, sabemos lo que pasa hoy. ¿Sabemos lo que pasará dentro de un siglo? No lo sabe nadie, salvo Pablo de P. ¿Y todavía quiere que yo le tome en serio?
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Eliminar¿Pero no estábamos hablando de García Montero? Este anónimo camaleónico tiene un pensamiento saltimbanqui, que es lo más ajeno al pensamiento racional.
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ResponderEliminarEl primer poema-supongo que será el de Elvira- me parece de una futilidad que raya con lo mediocre.
EliminarHoy en día todo viaja hacia lo fútil y mediocre.
En el libro que comenté más arriba: "Poetas del siglo XXI", el señor crítico le dedica un artículo a la aparición de las obras completas de Abelardo Linares, en el que puede leerse esto: ...El primero, "Soleares" nos muestra que Abelardo Linares, como su maestro manuel machado, es capaz de la poesía parnasiana y del desgarro de la poesía polular (algunas de estas soleares, merecían, como las de machado, hacerse tradicionales, olvidando su autor)dejo ahora varias de esas soleares, para "disfrute" de quien pueda hacerlo, si es que ello no es imposible:
EliminarMe dices siempre que no.
Y sé que en el fondo quieres
lo mismo que quiero yo.
Esta, en concreto de una gran "originalidad":
La gran cuestión es saber
cuando diciendo que no
dice que sí una mujer.
O esta otra, de una "originalidad" pasmosa:
Tus ojos saben ser
el libro en que quisiera
aprender a leer.
Esas tres son un ejemplo de lo que es todo el libro de Abelardo Linares, que por otra parte opino que tiene grandes poemas, como "Anónimo español. Siglo XVII", "Viejo jardín bajo la lluvia", poema que parece tener reminiscencias de Kavafis, "Parábola de la llama", "Secreto territorio", "El extraño", o "Sueño de los caballos" por poner solo algunos ejemplos.
El autor sabrá porqué ensalza en algunos poetas lo que critica en otros. Estoy seguro de que lo sabe.
sigue este buen hombre sin enterarse de qué va el asunto: comentar un libro concreto de un poeta concreto, señalando sus luces y sus sombras. No se trata aquí de dar diplomas de poeta excelso o de poeta mediocre, ni de determinar quién se va a salvar y quién se va a condenar en el futuro.
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ResponderEliminarConviene leer el libro del que se habla antes de hablar y no perderse en generalidades.
ResponderEliminarPues habrá que leerlo varias veces. No encuentro la perla
ResponderEliminarAcabo de leer por segunda vez el libro: "Poetas del siglo XXI" con críticas literarias de José Luis García Martín. La primera vez ya me llamó la atención algunas de sus críticas a estos poetas tratados siempre desde un punto de vista e ideológico. esta segunda lectura ha corroborado completamente aquella primera impresión. Luego he buscado información sobre este individuo y se me apareció su rostro totalmente diáfano: colabora en la razón y en el mundo. Eso explica que alabe a manuel machado y critique Sibilinamente a Miguel Hernández en alguno de sesgados artículos. ya ves, Jaime, siguen los monstruos en la triste historia de España.
ResponderEliminarA UN CRÍTICO ESCRIBIENDO CON UNA PLUMA DEL PASADO
ResponderEliminarEl ojo del cuervo ve tres bolas
Una azul brillante en el ayer vivo
Otra negra en las tinieblas marinas
Una roja en la sangre olvidada
Solo una elige para su deleite
Es su ojo oblicuo el que la elige
mientras en su mano la pluma
traza los signos en lo blanco
según el color de la bola
que ve su pretérito ojo de animal oscuro.
Manuel Elías Fuentes
22-2-2022 12:42
Manuel Elías, debería usted tener información más actualizada, sobre mí y sobre cualquier tema sobre el que decida hablar.
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