miércoles, 22 de mayo de 2013

Pessoa revisitado o Nuevo descubrimiento del Mediterráneo


Jerónimo Pizarro
Alias Pessoa  
Pre-Textos. Valencia, 2013


Cuando creíamos saberlo todo del creador de los heterónimos, un nuevo estudioso, el colombiano Jerónimo Pizarro, doctor en Harvard, ha venido a decirnos que, en realidad, no sabemos nada, “que, pesar de la aparente consagración de Pessoa, de que su obra se haya convertido en lectura obligatoria de las instituciones de enseñanza, de su  identificación con Portugal, de su traslado al Monasterio de los Jerónimos, en suma, de su omnipresencia en la cultura lusa, el espólio pessoano continúa ampliamente inédito y por explorar”.
            ¿Es eso cierto? Parcialmente sí; en lo fundamental, no. Jerónimo Pizarro es especialista en la crítica textual, en el análisis de la materialidad de los textos. Para él todo lo que guarda el archivo de Pessoa, se trate de un poema, de una carta comercial, de una lista de libros o de unas palabras sueltas, tiene el mismo valor y debe ser editado con pulcritud paleográfica, indicando incluso el tipo de papel y las posibles manchas de tinta que aparecen en los documentos.
            Jerónimo Pizarro quiere aportar rigor científico a un campo, el de la edición pessoana, que durante bastante tiempo habría carecido de él. Pero su cientifismo resulta muy poco científico al no distinguir entre textos literarios y textos que no lo son. Un archivero no hace juicios de valor, y eso es lo que él es: un estudioso del archivo de Pessoa, “un conjunto documental ampliamente inédito”.
            ¿Pero de dónde viene nuestro interés por cualquier rasguño salido de la pluma de Pessoa? Pues de que es el autor de un puñado de obras maestras, firmadas por Alberto Caeiro, Ricardo Reis, Álvaro de Campos, Bernardo Soares o él mismo. Esas obras fueron publicadas en una pequeña parte por el propio Pessoa durante su vida (quizá no tan pequeña: son más de cuatrocientas las colaboraciones de Pessoa en libro o en revista) y en su mayor parte después de su muerte. Los primeros editores no consideraron que todos los inéditos de Pessoa tuvieran el mismo interés. En primer lugar, se ocuparon de los textos literarios, no de los que no lo eran, y trataron de distinguir –como haría el propio Pessoa– entre textos acabados y meros borradores o apuntes incompletos.
            A esos primeros editores de Ática, a menudo denostados por los que vinieron después, se debe el que Pessoa sea uno de los nombres fundamentales de la literatura universal. Si hubiera contado en los años cuarenta con editores tan “rigurosos” como Jerónimo Pizarro, que lo mismo valoran una lista de la compra que un poema, el comienzo de un verso que el autor no se decidió a continuar que un poema completo, Pessoa sería hoy una curiosidad bibliográfica de la que pocos habrían oído hablar fuera de ciertos departamentos universitarios.
            No quiere esto decir que la labor de Jerónimo Pizarro no resulta necesaria y útil.  En Alias Pessoa nos ofrece algunas muestras de esa utilidad. Los apuntes manuscritos de Pessoa, dada su enrevesada caligrafía, se prestan a lecturas equívocas, algunas tan inverosímiles como leer “Whitman” por “Nietzsche”, y es posible encontrar, en el desordenado archivo, fragmentos que añadir a obras ya publicadas.
            Pero a algunos editores actuales, como a Jerónimo Pizarro, les parece poco esa labor de limpieza textual o de retoques menores, y quieren hacernos creer que hay un nuevo Pessoa todavía por descubrir y que aún existen obras maestras que esperan en el fondo del arca la voz que les diga –como ocurrió entre 1940 y 1982–  levántate y asombra al mundo.
            Y no es así, sino todo lo contrario. Hace tiempo que los más o menos sensacionales descubrimientos pessoanos que de vez en cuando anuncian los periódicos tienen solo un valor anecdótico y no le añaden, sino que le restan, lectores.
            Lo que vale la pena en la obra de Pessoa, lo firmó con su propio nombre o con los de Caeiro, Reis, Campos y Soares (de todos ellos anticipó textos durante su vida). Los António Mora, Barón de Teive, Alexander Search y así hasta docenas y docenas de presuntos heterónimos no pasan de una curiosidad menor para estudiosos. Los admiradores de Pessoa dispersos por el mundo hacen bien en mantenerse alejados de ellos.
            Jerónimo Pizarro no se limita a la crítica textual. De vez en cuando se mete en filosofías y se pregunta si existe Pessoa o, más en general, si existe el autor. Y hace afirmaciones que él mismo califica de “algo categóricas y quizá desconcertantes”. Por ejemplo, “el Livro do Desasocego no existe, del mismo modo que el Fausto no existe”.
            Hay que hacer notar que Pizarro llama Livro do Desasocego al que habitualmente se conoce como Livro do Desassossego, sin duda porque encontró algún manuscrito con esa grafía, prefiriéndola a la que utilizó Pessoa en los fragmentos que publicó en vida.
            “¿Por qué afirmo que estos libros no existen?”, se pregunta retóricamente. Y su respuesta no descubre el Mediterráneo: porque “de estos libros-proyecto solo existen fragmentos”.
            ¿Y había alguien que no lo supiera?, cabría preguntarle a él. ¿Y hace falta haber estudiado en Harvard para formular semejante obviedad? Pero esos fragmentos no pertenecen a la misma categoría: los del poema Fausto son borradores de una obra fallida, dejarían de ser fragmentos si Pessoa hubiera terminado el poema en que pretendía emular a Goethe; los del Livro del Desassossego son, por decirlo así, fragmentos “completos”, algunos de los cuales fueron publicados en vida del autor. El carácter fragmentario del primer libro se debe a la casualidad; el del segundo, forma parte de su estructura. El primero no pasa de una curiosidad en la producción pessoana; el segundo, a pesar de inacabado, a pesar de requerir la intervención activa del editor, es una de sus obras mayores.
            En los estudios literarios se da a menudo una paradoja: cuando más “científicos” pretenden ser más se alejan de su objeto de estudio, la literatura, y acaban no distinguiendo entre los textos que han hecho grande a un autor, como el poema “Tabacaria” o las odas de Ricardo Reis, y cualquier garabato salido de su pluma. Ese parece ser el caso de Jerónimo Pizarro y es lo que le permite afirmar que Pessoa “continúa ampliamente inédito”. Es posible, pero no el Pessoa que importa, no el que asombró al mundo.            

17 comentarios:

  1. IBÉRICO COMIENZO DE “HORA ABSURDA”

    O TEU SILÊNCIO é uma nau com todas as velas pandas...
    TU SILENCIO es una nave con todas las velas llenas...

    Brandas, as brisas brincam nas flâmulas, teu sorriso...
    Blandas, las brisas juegan en las flámulas, tu sonrisa...

    E o teu sorriso no teu silêncio é as escadas e as andas
    Y tu sonrisa en tu silencio es la escalera y las andas

    Com que me finjo mais alto e ao pé de qualquer paraíso...
    con que me finjo más alto y junto a cualquier paraíso...

    Meu coração é uma ânfora que cai e que se parte...
    Mi corazón es un ánfora que cae y que se quiebra...

    O teu silêncio recolhe-o e guarda-o, partido, a um canto...
    Tu silencio lo recoge y quebrado lo arrincona...

    Minha ideia de ti é um cadáver que o mar traz à praia..., e entanto
    Mi idea de ti es un cadáver que el mar trae a la playa..., y mientras tanto

    Tu és a tela irreal em que erro em cor a minha arte...
    tú eres la tela irreal en la que mi arte yerra el color...

    Abre todas as portas e que o vento varra a ideia
    Abre todas las puertas y que el viento barra la idea

    Que temos de que um fumo perfuma de ócio os salões...
    que tenemos de que un humo perfuma de ocio los salones...

    Minha alma é uma caverna enchida p'la maré cheia,
    Mi alma es una caverna colmada por la marea alta,

    E a minha idea de te sonhar uma caravana de histriões...
    y mi idea de soñarte una caravana de histriones...

    Chove ouro baço, mas não no lá fora... É em mim... Sou a Hora,
    Llueve oro mate, mas no en lo exterior... Es dentro de mí... Soy la Hora,

    E a Hora é de assombros e toda ela escombros dela... (...)
    y la Hora es de asombros y toda ella escombros de ella misma... (...)

    [Traducción de Miguel Angel Viqueira ©1978 © Ediciones 29, Barcelona, España]

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. ¿Escombros de los asombros? No parece que pueda ser de otra manera; luz y sombra, cara y cruz de la misma improbable realidad. Pero siempre nos puede quedar un punto de luz antes del inevitable derrumbe.

      La única seguridad del instante. Bien oriental Pessoa, también, en este otro hermoso y desapegado poema:

      HOY estoy triste, estoy triste.
      Estaré alegre mañana...
      Lo que se siente consiste
      siempre en cualquier cosa vana.

      O lluvia, o sol, o pereza...
      Todo influye, todo transforma...
      El alma no tiene justicia,
      la sensación no tiene forma.

      Una verdad cada día...
      Un mundo cada sensación...
      Estoy triste. La tarde está fría.
      Mañana, sol y razón.

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  2. Con Pessoa pasa un poco como con Kafka, que para mucha gente la vida del escritor es (al menos) tan interesante como su obra. O sea, es como si quisiera hacerse de la biografía del autor una especie de novela. Y es curioso, porque ambas vidas (la de Kafka y la de Pessoa) fueron bastante aburridas y anodinas (más todavía la de Pessoa: Kafka al menos tuvo la vivencia de un padre opresivo, pero Pessoa apenas conoció a su padre –que murió poco después de nacer él- y la relación con su padrastro –un diplomático con el que su madre se casó en segundas nupcias- no fue problemática (que se sepa).

    Así que no se entiende por qué la vida de Pessoa suscita tanto interés.

    Yo, que leo todo lo que encuentro sobre Pessoa, recuerdo artículos en que se especula sobre su sexualidad (si los amores con Ofelia fueron castos y puros o con derecho a roce; ¡cómo si eso nos interesara!, ¿no hay mucho de morboso aquí?).

    También se han publicado las cartas que escribió a su novia (la citada Ofelia u Ophelia) y, la verdad, me dio bastante pudor leer cosas tan íntimas (incluso peleas de enamorados).

    Asimismo se han publicado algunos diarios de Pessoa, que al parecer se encontraron en el famoso “baúl de la Piquer”.

    Sinceramente me parece un atentado contra la intimidad. (¿Existe la intimidad post-mortem?: buena pregunta).

    Pero dejando a un lado estas cosas (propias de cotilla chismosa y verdulera), hay un aspecto de la vida de Pessoa que llama la atención, y es su afición a las ciencias ocultas y al espiritismo. Parece que Pessoa creía sinceramente en esto y leyó muchos libros sobre ocultismo que encargaba a librerías británicas (Pessoa era bilingüe perfecto). Es muy posible que los papeles que aún puedan encontrarse traten sobre este tipo de cosas, o también sobre sus ideas políticas, que por cierto no son muy deslumbrantes (textos pessoanos de este tipo pueden leerse en http://ensayopessoa.blogspot.com.es).

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    1. La intimidad es un concepto en franca retirada. Dentro de no muchos años preguntar por su existencia será una pregunta puramente retórica.

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    2. El punto sobre la i16 de julio de 2016, 17:54

      ¡Qué divertido! ¡Kafka tuvo un padre opresivo! ¿Y no es emocionante un padrastro diplomático?

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  3. Hay en el fondo de su articulillo una falta de precisión y de respeto hacia Pizarro que invalida el resto de sus frugales consideraciones.

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  4. Con mucho gusto le proporcionaré a mi anónimo comentarista cuantas precisiones necesite(tengo el libro muy leído y anotado). Y vaya para él, lo mismo que para el Sr. Pizarro, todo mi respeto.

    JLGM

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  5. Tres cuestiones:
    (1) No soy peruano, aunque no me importaría serlo.
    (2) Existe el Pessoa que «asombró al mundo», pero también el que nos puede asombrar si nos mantenemos alerta y abiertos.
    (3)Cito el inicio del cap. VIII:
    «En los últimos doce años (2000-2012) no sólo se han publicado más de dos mil textos hasta entonces inéditos de Fernando Pessoa* sino que se ha hecho más nítida y evidente nuestra conciencia de las dificultades inherentes a la edición de la obra del autor.»
    ---- (Nota)
    * Si indicamos sólo un libro por año, desde 2000, podríamos destacar los siguientes: Poemas 1934-1935 (2000); Poemas 1921-1930 (2001); Obras de António Mora (2002); Prosa de Ricardo Reis (2003); Poemas 1931-1933 (2004); Poemas 1915-1920 (2005); Escritos sobre Génio e Loucura (2006); Fernando Pessoa: entre Génio e Loucura (2007); Quaresma, Decifrador (2008); Sensacionismo e Outros Ismos (2009); Provérbios Portugueses (2010); Cartas Astrológicas (2011); y Prosa de Álvaro de Campos (2012). Entre los libros de 2006 también merecen destacarse Poesia 1931-1935 e não datada, por la selección de poemas no datados.
    JP.

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  6. Ya está corregido el error señalado en la primera cuestión. Gracias por señalármelo.
    De las otras cuestiones, poco puedo decir. Que Pessoa seguirá asombrándonos es seguro, pero más por nuevas y mejores lecturas de lo ya conocido que por textos nuevos, en mi opinión.
    Y que de esos libros nuevos, en buena parte, lo valioso no es nuevo y lo nuevo suele ser anecdótico, aunque otra cosa nos quieran hacer creer los editores (la organización sí suele ser nueva). El caso es similar al que ocurre con Juan Ramón Jiménez.
    Y algunos de esos libros --Cartas Astrológicas-- tienen poco que ver con la literatura.

    JLGM

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  7. Lo curioso es que es aquí donde yo veo juicios de valor:
    - "Lo valioso no es lo nuevo"...
    Y si dejamos que lo decidan los lectores, y no nosotros, los críticos, antes que ellos?;
    - "Aunque nos quieran hacer creer"...
    Nunca quise hacerle creer nada a nadie, simplemente quise que todos pudieran llegar a conocer, por sus propios ojos, lo que guardan los baúles pessoanos.
    - "Tienen poco a ver con la literatura"...
    Tal vez, pero no puedo obligar a Pessoa, o a alguien multifacético, a sólo vérselas con la literatura. Y no se puede dejar olvidado lo no literario.
    - Los "primeros editores de Ática, a menudo denostados por los que vinieron después..."
    Nunca los he denostado. Le tengo un gran amor a las ediciones Ática - y ahí publiqué la Prosa de Álvaro de Campos, y otros libros - y nunca le reste valor a lo "ya conocido"; por lo demás, no quiero crear la dicotomía "inédito" vs. "no-inédito", que es inexacta y nos empobrecería; simplemente, aspiro a conjugar el estudio de lo "ya conocido" con la edición de lo que todavía sigue (para citar un libro de 1990) "por conocer". Y lo hago, claro, por un profundo amor hacia la obra de Pessoa, no por ninguna búsqueda de "cientifismo".
    JP.

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  8. Esa es la discrepancia fundamental, estimado Jerónimo Pizarro, la que se refiere a los juicios de valor. Un editor literario y un crítico literario sí tienen que hacer juicios de valor. Pueden no ser explícitos, pero si no los hay implícitos no hay editor ni crítico.
    Me explico. Un editor no puede decir: Yo me limito a editar de la mejor manera posible todos los inéditos que me llegan; los juicios de valor ya los harán los lectores. La primera labor del editor literario es discriminar. También la del que edita los manuscritos de un autor ya fallecido: no puede publicar junto a un poeta la lista de la compra.
    Otra cosa es un archivero. En un archivo se guardan, se clasifican y se conservan todos los documentos. Es el historiador, es el estudioso el que decide cuáles son más valiosos que otros, cuáles debe dejar a un lado y cuáles no.
    Lo mismo a la hora de publicar. ¿Todos los documentos del Archivo de Simancas o de cualquier otro archivo nacional deben ser publicados? Obviamente no, pero todos deben estar al alcance de los investigadores.
    La labor de Jerónimo Pizarro es admirable como estudioso e investigador del archivo pessoano, todavía en buena parte por explorar. Y todos los que se interesan por Pessoa se la deben agradecer.
    Pero yo creo --por supuesto, puedo estar equivocado-- que tiene un concepto erróneo de la labor de un editor literario.
    Todo el archivo de Pessoa debe ser transcrito, estudiado, digitalizado, puesto al alcance de quien se interese por él. Pero no todo editado como parte de las "obras completas" de Fernando Pessoa.
    Buena parte de las nuevas ediciones de Fernando Pessoa le hacen un flaco favor a Pessoa, alejan lectores, emborronan su figura literaria.
    Las "Cartas Astrales" no pasan de una curiosidad, interesan a biógráfos y estudiosos, pero no a los admiradores de Álvaro de Campos, de Ricardo Reis, de Alberto Caeiro, de Bernardo Soares, de Pessoa él mismo.

    JLGM

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  9. Yo creo que lo que tenemos aquí es la vieja diferencia de criterio entre el lector (literario) y el estudioso. La resumió excelentemente Borges, cuando, dándole cuenta a Bioy (me parece) de la conversación que había mantenido con Raimundo Lida, dijo acerca de ella: "a él le interesa la historia de la literatura; a mí me interesa la literatura". Que ciertos (muchos) textos pessoanos, en comparación con los que le han dado su merecido prestigio, son literatura menor o simplemente no son literatura, sino meras curiosidades para el estudioso, me parece del todo evidente. La frase de JLGM que cito: "Todo el archivo de Pessoa debe ser transcrito, estudiado, digitalizado, puesto al alcance de quien se interese por él. Pero no todo editado como parte de las "obras completas" de Fernando Pessoa", es tan cierta como absolutamente clara. Y todo editor literario de Pessoa debería tenerla en cuenta.

    "Multifacéticos" somos todos. Pero eso no justifica publicar una carta de negocios, una lista de la compra o cualquier otro escrito de mano de un autor famoso como si fuera parte de su obra de creación, y "dejar que el lector decida". Si hacemos eso, estamos falsificando lo que obviamente fue su voluntad, ya que Pessoa, que tantas cosas publicó en vida, jamás incluyó entre ellas, que yo sepa, ningún texto, crítico o de creación, que no tuviese una clara intención literaria. Si ésa, que sepamos, fue su voluntad (no publicar como literatura nada que no tuviese la manifiesta voluntad de serlo), ¿por qué no respetarla; más aún, por qué falsificarla?

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  10. Algo que me alegra de internet es la socialización de las reseñas y las apreciaciones.
    Veo dos afirmaciones complementarias:
    "Un archivero no hace juicios de valor"
    "Un editor literario y un crítico literario sí tienen que hacer juicios de valor."
    Yo me considero un editor y un crítico; y claro que hago juicios y que contribuyo para formar un canon textual y literario. Ahora bien, a mí me interesa la literatura, como a Jorge Luis Borges; pero, en algunos aspectos, Fernando Pessoa es más parecido a Xul Solar que a Jorge Luis Borges... Pessoa dejó 600 cartas astrológicas y más de 2000 hojas con consideraciones sobre los astros... Entonces, me pregunto, Quién lo "falsea", aquel que lo publica o aquel que lo niega?
    Yo invitaría a mi colega José Luis García Martín a reseñar uno de los últimos libros más o menos "literarios" y a juzgar si fueron inútiles, algo que me cuesta admitir: 1. Proverbios Portugueses, 2. Asociaciones Secretas, 3. Argumentos de cine, 4. Sebastianismo y Quinto Imperio, 5. Iberia & 6. Prosa de Álvaro de Campos. Confieso que a mí y a otros amigos nos abrieron mundos. Y me arriesgo a pensar que sobre la "manifiesta voluntad" de Fernando Pessoa cada uno tiene una palabra a decir. Incluso él, que en listas de proyectos incluyó sus comunicaciones con los espíritus y sus horóscopos. Pessoa Solar...
    JP.

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  11. Bueno, "Iberia" lo tengo a la espera para su lectura. A ver qué añade a los textos que ya conocía y que comenté en un viejo artículo.
    Hay un Pessoa de todos y otro solo de los pessoanos profesionales me temo.

    JLGM

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  12. MÁS “HORA ABSURDA”

    (…) Hoje o céu é pesado como a ideia de nunca chegar a um porto...
    Hoy el cielo es pesado como la idea de no llegar nunca a un puerto...

    A chuva miúda é vazia... A Hora sabe a ter sido...
    La lluvia menuda está vacía... La Hora sabe a haber sido...

    (…)

    Todas as minhas horas são feitas de jaspe negro,
    Todas mis horas están hechas de jaspe negro,

    Minhas ânsias todas talhadas num mármore que não há,
    mis ansias todas talladas en un mármol que no existe,

    Não é alegria nem dor esta dor com que me alegro,
    no es alegría ni dolor este dolor con el que me alegro,

    E a minha bondade inversa não é nem boa nem má...
    y mi bondad inversa no es ni buena ni mala...

    (…) E a erva cresceu nas vias férreas com viços daninhos...
    Y la hierba creció en las vías férreas con lozanía dañina...

    Ah, como esta hora é velha!... E todas as naus partiram!
    ¡Ah, qué vieja es esta hora!... ¡Y todas las naves partieron!

    (…) Esta paisagem é um manuscrito com a frase mais bela cortada...
    Este paisaje es un manuscrito con la frase más bella suprimida...

    A doida partiu todos os candelabros glabros,
    La loca partió todos los candelabros glabros,

    Sujou de humano o lago com cartas rasgadas, muitas...
    ensució de humano el lago con cartas rasgadas, muchas...

    E a minha alma é aquela luz que não mais haverá nos candelabros...
    Y mi alma es aquella luz que nunca más tendrán los candelabros...

    (…) O teu silêncio que me embala é a ideia de naufragar,
    Tu silencio que me arrulla es la idea de naufragar,

    Já não há caudas de pavões todas olhos nos jardins de outrora
    Ya no hay colas de pavos todo ojos en los jardines de otrora...

    As próprias sombras estão mais tristes...
    Las propias sombras están más tristes...

    Ergueram-se a un tempo todos os remos... Pelo ouro das searas
    Se irguieron al tiempo todos los remos... Por el oro de los trigales

    Passou uma saudade de não serem o mar... Em frente
    pasó una saudade de no ser mar... Frente

    Ao meu trono de alheamento há gestos com pedras raras...
    a mi trono de alienación hay gestos con piedras raras...

    Minha alma é una lâmpada que se apagou e ainda está quente...
    Mi alma es una lámpara que se apagó y aún está caliente...

    Ah, e o teu silêncio é um perfil de píncaro ao sol!
    ¡Ah, y tu silencio es un perfil de cúspide al sol!

    Todas as princesas sentiram o seio oprimido...
    Todas las princesas sintieron el seno oprimido...

    Da última janela do castelo só um girassol
    De la última ventana del castillo sólo un girasol

    Se vê, e o sonhar que há outros põe brumas no nosso sentido...
    se ve, y el soñar que hay otros pone brumas en nuestro sentido...

    Sermos, e não sermos mais!... Ó leões nascidos na jaula!...
    ¡Ser, y no ser ya más!... ¡Oh leones nacidos en la jaula!...

    Repique de sinos para além, no Outro Vale... Perto?...
    Repicar de campanas hacia más allá, en el Otro Valle... ¿Cerca?...

    Arde o colégio e uma criança ficou fechada na aula...
    Arde el colegio y un niño quedó encerrado en el aula...

    Porque não há-de ser o Norte o Sul?... O que está descoberto?...
    ¿Por qué no ha de ser el Norte el Sur?... ¿Qué es lo que está descubierto?...

    (…) Um leque fechado, um leque que aberto seria tão belo, tão belo,
    un abanico cerrado, un abanico que abierto sería tan bello, tan bello,

    Mas mais belo é não o abrir, para que a Hora não peque...
    pero más bello es no abrirlo, para que la Hora no peque...

    Gelaram todas as mãos cruzadas sobre todos os peitos...
    Se helaron todas las manos cruzadas sobre todos los pechos..

    Murcharam mais flores do que as que havia no jardim.
    Se ajaron más flores de las que había en el jardín...

    O que é que me tortura?... Se até a tua face calma
    ¿Qué es lo que me tortura?... Si hasta tu faz tranquila

    Só me enche de tédios e de ópios de ócios medonhos...
    sólo me llena de tedios y de opios de ocios temibles...

    Não sei... Eu sou um doido que estranha a sua própria alma...
    No sé... Yo soy un loco que extraña su propia
    alma...

    Eu fui amado em efígie num país para além dos sonhos...
    Yo fui amado en efigie en un país más allá de los sueños...


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  13. Decir que un escritor está bastante explorado, que conocemos todo lo que a él respecta, entre otras cosas por ese mismo estilo, como que ya sabemos lo que más nos interesa de él, es una manera muy pobre de acercarse al mismo. Es como decir aquí “está lo más relevante de él” y meterlo en una caja de cristal para que los demás puedan ver eso con claridad. Jamás se descubre a un autor y más aún jamás se llega a descubrir un texto en su completitud como algo absoluto; por eso se nos está permitido seguir haciendo textos sobre Nietzsche o quizá sobre Platón, entre otros grandes autores que se han trabajado ampliamente, porque estos no son una cosa definida, porque como seres humanos siempre podemos ir más allá de lo establecido y replantearnos lo que creíamos saber. Y más si vamos a hablar de Pessoa. Estoy segura que cada palabra, cada texto, por mínimo que sea, puede abrirnos un nuevo horizonte de lo que Pessoa es o no es, y a esto el Dr. Pizarro ha hecho una gran contribución.

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