sábado, 19 de marzo de 2016

La desfachatez intelectual


La desfachatez intelectual
Ignacio Sánchez-Cuenca
Catarata. Madrid, 2016.

Hace tiempo que colecciono tonterías sobre Internet. Una de mis favoritas es la siguiente: "La televisión era útil para el ignorante porque seleccionaba la información que él podría precisar, aunque fuera información estúpida. Internet es un peligro para el ignorante porque no filtra nada".
            Lo más curioso es que esa desinformada y paternalista opinión (olvida la multiplicidad de canales televisivos, cree que a la gente común hay que protegerla de los riesgos del conocimiento) la formuló Umberto Eco.
            Y no es un caso único. El curioso lector comprueba sorprendido cada semana como muy ilustres escritores pontifican en las páginas de los diarios sobre los más dispares asuntos sin el más mínimo respeto ni al rigor de los datos ni a la coherencia del razonamiento.
            A ese fenómeno, al que estamos cada vez más mal acostumbrados, lo califica muy acertadamente Ignacio Sánchez-Cuenca, en el título de su último libro, de desfachatez intelectual. Lo que él afirma seguramente que muchos lo han pensado (e incluso lo habrán dicho anónimamente en algún foro de Internet), pero solo él se atreve a afirmarlo en las páginas de un libro y con nombres y apellidos. A Gustavo Bueno, por ejemplo, lo considera "la encarnación misma del energúmeno". No le niega "inteligencia y conocimiento portentosos", pero sus libros últimos sobre la televisión, la democracia, el nacionalismo, las izquierdas "son volúmenes mayormente ilegibles, llenos de ideas absurdas y disparates reaccionarios, que reflejan con suma precisión los estragos del aislamiento intelectual".
            No se piense, por estas y otras afirmaciones al paso  (como la referencia al "matonismo verbal" de Pérez-Reverte), que nos encontramos ante un panfleto. Sánchez-Cuesta ejemplifica y trata de razonar sus afirmaciones. El análisis que realiza del libro de Muñoz Molina Todo lo que era sólido, tan unánimemente aplaudido, resulta en este sentido ejemplar. Muñoz Molina presume de que es la suya una escritura que ha aprendido en el New Yorker o en el New York Times, "el respeto estricto por los hechos, la necesidad de comprobar al máximo la veracidad de cada cosa que se decía". Pero en sus elucubraciones hay más autobiografía y abusivas generalizaciones, empalagosa quejumbre, que análisis objetivo de las razones de la crisis.
            El terrorismo, el nacionalismo y la crisis son los tres asuntos que centran el libro de Sánchez-Cuenca. Savater, Jon Juaristi y Félix de Azúa, tres de los principales protagonistas. También ocupa un lugar destacado Vargas Llosa, uno de los principales panegiristas de Esperanza Aguirre (a quien llegó a calificar como "la Juana de Arco del liberalismo"), incluso cuando sus colaboradores iban siendo imputados uno tras otro y callando que esa campeona del liberalismo financió con dinero público, a través de la fundación Arpegio, su carrera hacia el Nobel.
            No se ocupa mucho de Juan Manuel de Prada, quizá porque lo considera una presa demasiado fácil, pero todas sus intervenciones son estelares. Considera, por limitarnos a un ejemplo, los cuadernos de caligrafía Rubio como lo más decisivo en la formación de varias generaciones de españoles y "expulsar la caligrafía de las escuelas" poco menos que la causa de la decadencia del mundo contemporáneo.
            Leemos a Sánchez-Cuenca y respiramos aliviados: no somos los únicos que consideramos que una tontería es una tontería, la firme Umberto Eco, Javier Marías (el que afirmó que escribe a máquina sus artículos porque le gusta corregir a mano, sin haberse enterado al parecer de que existen las impresoras) o Félix de Azúa, cuyo creciente furor antinacionalista va acompañado de un cada vez mayor desdén por el mínimo rigor intelectual.
            Pero con los disparates de los intelectuales de cierto renombre pasa exactamente igual que con los de Donald Trump o los de los participantes de El gran hermano: cuanto mayores son más eco encuentran en la audiencia. Los directores de los periódicos y los programadores de televisión lo saben. A veces da la impresión de que los análisis políticos o sociales de nuestros intelectuales forman parte de la industria del entretenimiento o que solo son un desahogo del fin de semana.
            ¿Quiere esto decir, como afirma Sánchez-Cuenca, que hay un exceso de literatura en los periódicos? No estoy yo muy de acuerdo con ello. En las publicaciones periódicas, desde sus comienzos, no se ha publicado solo lo que llamamos periodismo; el cuento o el poema encuentran incluso en ellas un ámbito más propicio que el libro. Lo que ocurre es que literatura de no ficción, como la crónica, no pueden tomarse las libertades de la literatura de ficción.
            Haber escrito importantes novelas, admirables poemas o profundas indagaciones filosóficas (en el caso de haberlo hecho, que no siempre es así), no garantiza que nuestras opiniones, enunciadas a vuela pluma y sin mayor reflexión, aunque estén redactadas con primorosa caligrafía, valgan más que las del tendero de la esquina (a menudo mucho más sensato).
            Ignacio Sánchez-Cuenca nos ayuda a no dejarnos deslumbrar por el brillo de los nombres propios. Y añade a la particular colección de disparates de cada lector de prensa alguna insuperable perla como la afirmación de Fernando Savater de que cualquier parado cambiaría su vida por la del toro de lidia: con gusto aceptaría que le torturaran públicamente antes de asesinarle con premeditación y alevosía con tal de haber llevado antes una vida libre y regalada. En España se pueden decir tales cosas y seguir siendo considerado un intelectual prestigioso.

47 comentarios:

  1. Este libro se ve muy necesario. Pero seamos comprensivos con la naturaleza humana, con la debilidad y topeza y turbiedad de esa naturaleza. Y aceptemos que la valía de Muñoz Molina o Savater está por encima de sus posibles algunas tonterías, por lo mismo que Homero es grande, pero a veces duerme.

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  2. ¿Quién no ha pensado y dicho tonterías en su vida? (¿Y quién no las ha hecho?) ¿Qué escritor no ha escrito majaderías? Yo las colecciono desde hace muchos años y tengo cientos, si no miles. Y gran cantidad de ellas, de escritores mucho más importantes que Savater, Muñoz Molina, Félix de Azúa o Vargas Llosa, son mucho más grandes que las que Sánchez-Cuenca les reprocha a ellos.

    Luego, hay el problema de la política. Un autor muy de izquierdas tenderá siempre a calificar las opiniones políticas de un autor muy de derechas de majaderías. Y viceversa. Yo no sé nada de Sánchez-Cuenca, pero leyendo reseñas sobre su libro es fácil adivinar que no es de derechas.

    De las tonterías que usted cita, la única realmente "gorda" es para mí la de Savater (y me gustaría leer el texto donde la escribió para saber si dijo exactamente eso porque me cuesta creerlo). Las otras a mí no me parecen claras. ¿Dijo Marías, por ejemplo, que él no escribía con ordenador porque le gustaba corregir a mano? ¿U.Eco se refería a la TV antigua en la que no había más que 1 o 2 canales? Además Eco habla de ignorantes y usted de "gente común", lo cual no es lo mismo. ¿Reprocha Sánchez-Cuenca a Muñoz Molina que opine sin datos - que es lo que hace el 99 % de la gente - confundiendo un ensayo de escritor con un libro universitario para profesionales?

    El problema de la tontería es mucho más complejo de lo que parece a simple vista. Yo sólo colecciono las tonterías incontestables y me pregunto si en el libro de Sánchez-Cuenca hay muchas. Antes de leer su reseña pensaba comprarlo. Ahora no estoy tan seguro. Para mí una estupidez incontestable es esta, por ejemplo de Ramón y Cajal: "Sabido es que, salvo excepciones, las huérfanas jóvenes suelen ser organismos endebles y degenerados." O esta de Torrente Ballester: "En Africa quedan todavía unos millones de salvajes, y probablemente algunos miles de antropófagos; pero una acción combinada y enérgica de conciertos de Mozart, y de pollos a la cazuela, les redimirá en pocas generaciones del salvajismo y de la antropofagia." O esta de Gombrowicz sobre el Louvre: "Uno de los lugares más estúpidos del mundo." O esta de Valle-Inclán: "Una mujer no debe hablar de arte ni de literatura, sino arreglar a tiempo el bistec." O esta de Pla: "Un hombre que después de los cuarenta años todavía lee novelas, es un puro cretino."

    ¿Las hay de ese calibre en "La desfachatez intelectual" o ese libro no es más que un ajuste de cuentas ideológico?

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  3. Las declaraciones de Umberto Eco se publicaron en El Semanal (suplemento de los diarios del grupo Correo), el 1 de julio de 2012. El artículo de Javier Marías sobre por qué utiliza la máquina de escribir lo tengo guardado y lo comento mucho en
    mis clases; los alumnos se ríen bastante. Se lo puedo enviar. Los textos que cita Sánchez-Cuenca (como el de Savater) los puede ver, con la referencia exacta en su libro (de vez en cuando es bueno comprar algún libro), Y sobre Azúa, vale cualquiera de sus columnas de El País, por ejemplo la que cito yo en mi diario de esta semana, publicada el pasado lunes.
    Y no tienen la exclusividad, por supuesto. Pero tonterías a toro pasado (¡hay que ver lo que dicen los liberales españoles, por ejemplo Ortega, sobre la mujer!) no tienen el mismo valor que las que nuestros intelectuales más aplaudidos nos reparten canda semana en los diarios más prestigiosos y con el beneplácito casi unánime.

    JLGM

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    1. "Es de sentido común que la enseñanza de la mujer ha de tener en cuenta su profesión, que es la de mujer." Salvador de Madariaga, "Anarquía o Jerarquía" (1935) Y no es lo peor que dice este liberal conservador en este increible manifiesto antidemócratico, que tanto gustó en su momento a la derecha fascista o fascistoide. Hasta Franco leyó el libro y se entrevistó con Madariaga. Para ir preparando el terreno.

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    2. Sí, es sonrojante lo que hasta hace pocas décadas escribieron los "intelectuales" (fueran de inquierdas o de derecha) sobre la mujer.

      JLGM

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  4. ¡Ojalá me lo regalaran el martes por mi cumpleaños!

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    1. Todavía no es martes.

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    2. Muchas gracias, José L. El libro viene muy al caso de lo que comentaba hace unos días en Café Arcadia sobre el prólogo de Andrés Trapiello a "Celia en la Revolución". Reproduzco dos fragmentos de las pp. 39 y 41:

      "En fin, esta es la profundidad intelectual de mucho libro político en nuestro país. No es que no contenga información, sino que el grueso de la información que se proporciona es perfectamente irrelevante. Se utiliza un tono preciso y exacto para el detalle superfluo, no para hablar de las situaciones y comportamientos que se pretende analizar. Por descontado, las fuentes no se mencionan, o se mencionan muy vagamente. Las notas, a pie de página o al final, suelen ser inexistentes; y lo mismo sucede con las referencias bibliográficas."

      "Hay, desde luego, otros periodistas cuya aspiración es más ensayística que literaria. En este caso, se agradece la ausencia de diálogos inventados y de adjetivos coloridos, pero es a cambio de otro tipo de vicios, quizá aún más insoportables: la generalización sin base, la afirmación campanuda, la reproducción de lugares comunes, la obsesión con el tema de España... Lo más grave, sin duda, es la impresión global de arbitrariedad, en el sentido de que el autor podría haber dicho justamente lo contrario de lo que defiende sin necesidad de alterar demasiado la base empírica del libro, que suele ser más bien escuálida."

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  5. Los libros de Azúa son una mina de majaderías (incluidos los poemarios). Dos ejemplos (entre docenas) sacados de "Lecturas compulsivas" (Anagrama, 1998):

    "El Romanticismo fue el primer paso hacia la destrucción de responsabilidades “juveniles“, primer paso para hacer de los jóvenes un
    ejército pasivo y derrotado que se hacina en el campo de concentración llamado “discoteca“."

    "El novelista más complejo del siglo es Joyce ]...] y el más sencillo es seguramente, Kafka."

    El "prestigio" de Azúa es para mí un misterio total. Todo lo que he leído de él no sólo es de muy baja calidad literaria, sino que está encima plagado de tonterías muy gordas. Lo único que puede explicar que sea un escritor conocido es que tiene buenos amigos en la edición y la prensa y que la gente no lee los libros que compra.

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    1. Conviene leer las Memorias de Carlos Barral y lo que dice del joven Azúa.

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  6. Parece muy apetecible esta lectura de extrema lucidez

    Un saludo

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  7. Muy interesante el debate y los ejmplos de Pablo. A Azúa sólo lo conozco de nombre pero lo de Umberto Eco y lo de Fernando Savater me sorprende mucho (porque los he leído y me han parecido gente seria). Lástima que García Martín no dé las citas exactas y más ejemplos.

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  8. Las citas exactas de Azúa y Savater y más ejemplos en el libro reseñado.La de Umberto Eco en "XLSemanal" (suplemento dominical de ABC y otros muchos diarios del grupo Correo), 1 julio 2013. p. 47.

    JLGM

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  9. La cuestión está en la educación. No nos enseñan a pensar, a ser observadores y analizar cuanto vemos o escuchamos. Basta con que lo diga alguien con cierto prestigio (aunque sea en otro campo) para que admiremos el mensaje, incluso para que nos parezca genial. Debemos aprender a ser críticos y objetivos, pero nos puede la estupidez, igual que a esas celebridades que siempre tienen la boca abierta para hablar de cualquier cosa.

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  10. Gracias por la referencia. He encontrado la entrevista, la he leído y no he visto ninguna tontería gorda en ella. Como dice Pablo más arriba, Eco se refiere a la televisión antigua, que tenía un solo canal. Lo que dice de Internet es un poco exagerado, pero no estúpido y quizás sobre el fondo del asunto, que "el resultado pedagógico será dramático", tenga desgraciadamente razón. Ya hay toda una generación de jóvenes que se cree todo lo que lee en Internet (de ahí el éxito de las teorías conspirativas), a pesar de que en la red circulan una impresionante cantidad de falsa información.

    El texto en cuestión de la entrevista:

    "Internet no selecciona la información. Hay de todo por ahí. [...] Internet todavía es un mundo salvaje y peligroso. Todo surge ahí sin jerarquía. La inmensa cantidad de cosas que circulan por la Red es mucho peor que la falta de información. El exceso de información provoca la amnesia. Demasiada información hace mal. Cuando no recordamos lo que aprendemos, acabamos pareciéndonos a los animales. Conocer es cortar y seleccionar. [...] Si uno sabe qué sitios y bancos de datos son de confianza, entonces sí, tendrás acceso al conocimiento. Ahora bien: usted y yo, que gozamos de cierta riqueza de conocimientos, podemos aprovechar mejor Internet que aquel pobre señor que está comprando salami en la charcutería de ahí enfrente. En ese sentido, la televisión era útil para el ignorante, porque seleccionaba la información que él podría precisar, aunque fuera información estúpida. Internet es un peligro para el ignorante porque no filtra nada. Solo es buena para quien ya conoce y sabe dónde está el conocimiento. A largo plazo, el resultado pedagógico será dramático. Veremos multitudes de ignorantes usando Internet para las estupideces más diversas: juegos, conversaciones banales y búsqueda de noticias irrelevantes."

    http://www.finanzas.com/xl-semanal/magazine/20120701/umberto-internet-2883.html

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    1. "Usted y yo, que gozamos de cierta riqueza de conocimientos"... Recuerdo haber oído decir a José Luis Garci, en algún programa de "Cowboys de medianoche" del 2013, que en internet uno lo puede encontrar todo. Otra tontería ignorante de alguien que seguro que Eco consideraría que goza de conocimientos. Yo soy traductora profesional (y podría comprar salami en la charcutería) y me tengo que documentar mucho para hacer mi trabajo. Le puedo asegurar a Garci que en internet no se encuentra todo ni mucho menos. De hecho, los traductores estudiamos técnicas de documentación y, más aún, existe toda una carrera universitaria dedicada a ello, Biblioteconomía y Documentación, centrada en la búsqueda y gestión especializada de la información, entre otras en internet.

      ¿Y por qué es dramático que uno sea ignorante en, digamos, física teórica o sociología y use internet para chatear? Será que él tenía poco sentido común y pensaba que a los demás les pasaba igual.

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  11. Si no es una "tontería gorda" lo de que la televisión era útil para el ignorante "porque seleccionaba la información que él podría precisar, aunque fuera información estúpida", que venga Dios y lo vea.
    Y yo creo que se refiere a la televisión en general, pero si fuera a la de un solo canal (la de Franco, la de Castro), su equivocación sería aún mayor.
    ¿Y lo del "pobre señor que compra salami en la charcutería de ahí enfrente"? ¿Es que Eco nunca ha hecho la compra? ¡Claro, eso es cosa de su señora o de su criada! Cuánto paternalismo. Cómo si no se pudiera comprar salami y leer a Kant.
    Es un acierto reproducir el fragmento. Muestra al bueno de Eco todavía más desatinado de lo que yo recordaba.
    En Internet hay de todo como en cualquier librería o en la Biblioteca Nacional (donde uno puede encontrar todos, pero todos, los libros que se han escrito sobre platillos volantes, alienígenas o las más disparatadas teorías conspiratorias.

    JLGM

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    1. U.Eco era un señor de 80 años cuando dio la entrevista. A esa edad todos los paternalismos le pueden ser permitidos. Y veremos lo que dice o escribe usted a esa edad.

      En la Biblioteca Nacional hay muchos libros disparatados pero hay que saberlo, luego ir a ella, consultar los archivos, pedirlos, quedarse allí a leerlos, etc, etc. Cosas que a ningún joven de 15 años se le ocurriría hacer por la sencilla razón de que ignora que se puede hacer.

      Mientras que en Youtube, donde los adolescentes pasan el día, basta poner la palabra "complot" para que aparezcan docenas de documentales que conducen a otras docenas, los cuales conducen a otros de temas parecidos, etc, etc.

      La diferencia es brutal.

      Eso sin hablar de los problemas de concentración sobre temas que nos les interesan (los enseñados en los centros de educación) a causa de la manera que tienen de pasar de una cosa a otra en Internet con solo un clic.

      O de los problemas de plagio que la Red provoca. No es lo mismo ir a una biblioteca a consultar enciclopedias, como hacíamos nosotros, que buscar en Internet, y en dos segundos encontrar, cortar y pegar.

      Creo, una vez más, que la profecía de Eco sobre Internet, que es para mí lo más importante que dice en ella ("el resultado pedagógico será dramático"), se va a cumplir, si no se está cupliendo ya.

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  12. Los jóvenes de quince años de ahora se acercan a la Biblioteca Nacional exactamente con la misma frecuencia que los de hace cien años.
    Entre los jóvenes de ahora no hay menos con una inteligencia y una capacidad de concentración excepcionales que hace cien años.
    Que no se preocupe el anónimo apocalíptico: seguirá habiendo grandes físicos, matemáticos, escritores, músicos, como antes de la invención de Internet. A mí ya me han dejado atrás buena parte de mis alumnos (aunque quizá eso no fuera muy difícil).

    JLGM

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  13. Benito de Soto: Barral ha publicado varios libros de Memorias, 5 según la Wikipedia. ¿A cuál de ellos se refiere?

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  14. Ahora están todos esos libros reunidos en un tomo que se titula precisamente "Memorias".

    JLGM

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    1. Gracias por la respuesta. Ya he pedido ese "ladrillo" (944 páginas!) en Amazon.

      Y ya que le tengo a mano, ¿sabe usted si alguien ha denunciado los plagios descarados de Vila-Matas? En el único libro que he leído de él, "Dietario voluble" hay muchos párrafos que parecen traducidos del francés. Y en uno de ellos encontré un aforismo de Cioran entero, sin comillas ni referencias indirectas a él.

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    2. Parecer traducidos del francés no es un plagio. Del aforismo no digo nada, hasta no ver ambos textos. Pero ya se sabe que hay coincidencias raras: "No sé de quién recuerdo mi pasado" es un verso de Borges y de Pessoa (Ricardo Reis). Pero sería excesivo deducir que uno plagiaba a otro.

      JLGM

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    3. Por supuesto que parecer traducidos del francés no es plagio. Pero cuando luego se encuentra entero un aforismo de Cioran (que voy a buscar) la sospecha se hace mucho mayor. Y cuando, mirando en internet, se ve que hay más gente que ha encontrado en sus libros plagios gordos, la duda entonces ya no es posible.

      Aquí hay dos ejemplos claros:

      http://barcoborracho1871.blogspot.fr/2009/05/cortar-y-pegar-sontag-vila-matas.html

      http://barcoborracho1871.blogspot.fr/2012/07/esto-no-es-plagio-porque.html

      Y aquí, en un artículo sobre el plagio, se puede leer que "existe un académico que ha dedicado mucho de su tiempo a indagar de dónde provienen algunas de las grandes frases o anécdotas escritas en los libros del autor catalán Enrique Vila-Matas..."

      http://www.milenio.com/firmas/jose_luis_prado/plagio-norma-literaria_18_367343328.html

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    4. Yo siempre cito, en estos casos, un poema atribuido a Ausonio el "Centón nupcial" formado todo él por versos de Virgilio, pero que sin embargo es un poema nuevo en el que los versos adquieren un sentido muy distinto. La literatura se nutre de literatura. Es parte de su gracia. De ahí luego el estudio de las fuentes, que tanto trabajo ha dado a los eruditos. Plagio es aprovecharse del trabajo ajeno. No tomar piezas de acá y de allá para formar algo distinto. Hay un libro de Julio Casares, "Crítica profana", publicado en la colección Austral, que denuncia escandalosos plagios de Valle-Inclán y de no sé cuántos ilustres escritores más. Conviene leerlo antes de hablar escandalizadamente de plagio. O uno de los mejores sonetos de Quevedo (Buscas en Roma a Roma, oh peregrino) y ver todos sus antecedentes.

      JLGM

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    5. Una cosa es jugar con la literatura, como Ausonio, o hacer variaciones sobre un tema, como Quevedo, y otra incluir párrafos ajenos en un texto propio, como hace Vila-Matas en los ejemplos que he dado, ¿no? ¿A usted no le importaría que yo incluyera este poema en un poemario mío o lo publicara en una revista con mi firma? El ligerísimo cambio que he hecho en él, ¿validaría, en caso de denuncia, la justificación de que estoy jugando con él o haciendo una variación sobre ese tema?

      Tópicos

      "Pulvis et umbra sumus" (Horacio)

      Ya sé que estamos siempre solos,
      que abrazamos imágenes fugaces,
      que la felicidad se desvanece
      como la sombra de una nube,
      que estamos hechos para hacernos daño,
      que la vida carece de sentido,
      que Dios es un invento
      de hombres asustados como niños
      que temen dormir solos
      por toda la fría eternidad,
      que quienes andan por la calle
      son sólo muertos con unos pocos días
      de permiso. Lo sé. Sé todos los tópicos.

      Y sé que son verdad. No voy a refutarlos.
      Pero tú ahora estás conmigo,
      sonríes y dices que me quieres...

      Qué me importa el ayer sin ventura
      o el incierto futuro.
      Ya sé que somos polvo y sombra,
      pero mientras el polvo dura
      el mundo está bien hecho.

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    6. Con mis poemas puede hacer lo que quiera. Y si los mejora, enhorabuena. En cualquier caso podría demostrar que la primera versión es mía, si me interesara.
      Y en el caso de Quevedo, hay algo más que variaciones sobre un tema. Lea el poema en latín del que parte y lo comprobará.
      Pero no tiene sentido discutir esto. Se llama "plagio" a cosas muy distintas. Pero quede claro que lo que yo escribo está a disposición de todos, exactamente como la Iliada o la Odisea, aunque a pocos le interese. (En el poema "Tópicos", por cierto, hay un "plagio" de Jorge Gullén: el verso último).

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    7. Le confieso que no entiendo muy bien dónde está la frontera entre variación, juego literario y plagio. Para mí lo de Vila-Matas es plagio, aunque él diga lo contrario en su texto "Intertextualidad y literatura". Si uno de los autores o editores plagiados le denunciara, sería sin duda condenado por la justicia.

      En cuanto al verso final de su poema, es tan conocido que se ha convertido en un lugar común de la poesía, por lo cual es normal citarlo sin comillas o jugar con él. Todo buen lector de poesía sabe que pertenece a "Cántico".

      Sobre su ofrecimiento a hacer lo que quiera con sus poemas, voy a pensármelo. PEro me cuesta creer que si hago una antología de sus mejores poemas y la firmo con mi nombre, se vaya usted a quedar tan campante.

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  15. "Una de las transformaciones que sufren al llegar al poder muchos políticos de alto nivel es aislarse de la realidad. Bien pensado, no es tan raro. La responsabilidad que recae sobre sus hombros es enorme. Apenas si mantienen relaciones sociales normales, mientras reciben continuamente la adulación de un nutrido grupo de asesores, ayudantes y subordinados. En esas condiciones, cuando aparecen nubarrones políticos, la tentación de mirar para otro lado, negando la evidencia, es muy grande. Van perdiendo contacto con la opinión pública y con el estado real del país...Pues bien, creo que hoy sucede justamente lo contrario en España, es decir, que Zapatero y su Gobierno actúan con los pies en la tierra, mientras que buena parte del país ha perdido el contacto con la realidad". IGNACIO SANCHEZ CUENCA. El País 14 diciembre 2005

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  16. "Una de las transformaciones que sufren al llegar al poder muchos políticos de alto nivel es aislarse de la realidad. Bien pensado, no es tan raro. La responsabilidad que recae sobre sus hombros es enorme. Apenas si mantienen relaciones sociales normales, mientras reciben continuamente la adulación de un nutrido grupo de asesores, ayudantes y subordinados. En esas condiciones, cuando aparecen nubarrones políticos, la tentación de mirar para otro lado, negando la evidencia, es muy grande. Van perdiendo contacto con la opinión pública y con el estado real del país...Pues bien, creo que hoy sucede justamente lo contrario en España, es decir, que Zapatero y su Gobierno actúan con los pies en la tierra, mientras que buena parte del país ha perdido el contacto con la realidad". IGNACIO SANCHEZ CUENCA. El País 14 diciembre 2005

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  17. Este conservadurismo generalizado entre muchos intelectuales que hace veinte años defendían otras posturas y que veinte años después siguen copando una parte fundamental del espacio público está relacionado con una tendencia más de fondo, la ruptura generacional en torno a Zapatero. Zapatero despierta desconfianza entre la gente de más edad y experiencia, tanto en la derecha como en la propia izquierda, quién sabe si porque les inquieta un político que no es agresivo y que escucha otras opiniones antes de tomar decisiones. IGNACIO SANCHEZ CUENCA El País 14 diciembre 2005

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  18. Historia versus Economía

    Un académico contra el imperialismo económico
    May 01
    Ignacio Sánchez-Cuenca, mass media y la operación Canalejas
    Posted in CEACS Juan March Consenso Integridad Comments Off

    Ignacio Sánchez-Cuenca es alguien muy importante. Es probablemente, después de Juan José Linz y Jose Antonio José María Maravall, el académico que más poder político ha tenido en la España democrática, ya que, precisamente, es su heredero. Él es el jefe del CEACS de la Juan March-UC3M, el colegio invisible que como he explicado en anteriores ocasiones en este blog, ha configurado la narrativa política conocida como Cultura de la Transición gracias a la Teoría de la Modernización, tal como he analizado en mi último artículo publicado en History of the Human Sciences.

    No es sólo que esté día sí y día también publicando en Infolibre, Contexta, El País o eldiario.es. Es que ha sido compañero o es el superior de todos los analistas del blog Piedras de Papel. Si alguien considera que exagero, debe leer el reportaje los cerebritos de la izquierda publicado por El Siglo. Allí los académicos formados en la Juan March se dan golpecitos en la espalda unos a otros, están encantados de haberse conocido y nos explican cómo van a salvar a la humanidad y a la izquierda. Era el 2012, antes de que sus despreciados colegas de la Universidad Complutense de Madrid se les adelantaran con lo de Podemos y la tradicional enemistad que había entre ellos se recrudeciese.

    Y es que Podemos y sus líderes, politólogos de profesión, han sido durante casi un año un constante objeto de ataque de los politólogos de Piedras de Papel o de Politikon, con Ignacio Urquizu a la cabeza, de una sarta de tremendistas alertas sobre los peligros de los populismos que producían entre hilaridad e indignación en las redes. Al fin y al cabo, no hacían más que repetir los mantras que aprendieron en la Juan March y que Juan José Linz se trajo de Estados Unidos a España para poder justificar los golpes de estado de una forma más científica y presentable que la empleada por el caudillo y los falangistas.

    Sin embargo, parece que los cuentos de los todólogos alertando de los peligros de la democracia han llegado a su fin, porque ayer Ignacio Sánchez-Cuenca publicó un sorprendente artículo en Contexta titulado la fatal arrogancia (europeista). No es largo y no está muy bien escrito (entre sus méritos no se cuenta una poderosa prosa o un agudo sentido de la ironía), pero el texto no puede más que dejarme patidifuso:

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  19. En la clasificación universal de los pelmazos, el erudito sobresale por encima de todos los demás. Resulta más insoportable incluso que el pedante. Aunque el pedante sea una figura unánimemente vilipendiada, conviene recordar que, a diferencia del erudito, tiene cierta querencia por hacer el ridículo ante los demás, lo cual acaba provocando la hilaridad general. El erudito, en cambio, ni siquiera mueve a la risa. El erudito es un personaje profundamente irritante. En una tertulia o en una cena pasará por las narices de sus compañeros datos de toda índole que solo una mente enciclopédica como la suya es capaz de almacenar. Hablará con idéntico aplomo sobre el origen de la tabla periódica de los elementos, el canon digital o la nueva narrativa uzbeka, que, como todo el mundo sabe, está de moda...Pues bien, traigo malas noticias para los eruditos. Constituyen una especie en peligro de extinción. Internet amenaza su supervivencia. Antiguamente, el erudito se aprovechaba de un acceso privilegiado a las fuentes de información. Sabía dónde buscar, qué leer y a quién citar. Hoy los datos están al alcance de todos, a golpe de ratón. Basta asomarse a Google, teclear cualquier expresión, por remota o inverosímil que resulte, y al instante tenemos decenas, cuando no miles de páginas en las que podemos encontrar la información que buscamos. El instrumento más asombroso es la Wikipedia. Ahí parece estar todo. IGNECIO SANCHEZ CUENCA El País 4 junio 2011

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  20. No entiendo a qué vienen esas citas, Abelardo. ¿Has leído el libro que reseño? ¿Discrepas de alguna de sus afirmaciones? Va a resultar que, para ti, a Sánchez-Cuenca no vale la pena leerle porque una vez, no sé cuándo, habló bien del gobierno de Zapatero. Sectarismo se llama esa figura.

    JLGM

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  21. Pues bien, el dilema de financiarse ilegalmente se corresponde con el célebre dilema del prisionero de la teoría de juegos, en el que la estrategia tramposa (aquí, obtener fondos irregularmente) es siempre preferible a la estrategia cumplidora. Si los otros partidos son cumplidores, lo mejor que puede hacer un partido es financiarse ilegalmente, aumentando su ventaja electoral sobre los demás. Y si los otros partidos son tramposos, lo mejor que puede hacer es imitar su conducta para no perder posiciones en la lucha electoral. Por tanto, hagan lo que hagan los otros partidos, a cada partido le compensa no ser demasiado respetuoso con la ley. Como todos los partidos se encuentran en la misma situación, el resultado colectivo es que la corrupción se extiende por todo el sistema. Ignacio Sanchez Cuenca-Cuenca EL PAIS, 6 febrero 2000

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  22. Respuestas
    1. Sectarismo es pretender descalificar un libro de un autor porque en un artículo elogió a un gobernante que a nosotros no nos gusta.

      JLGM

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  23. Algo hemos avanzado si Savater, a regañadientes, reconoce que hablar de "proceso de paz" no es una aberración. En su carta añade algo de lo que, al parecer, yo no me he dado cuenta: que nadie hace las paces con quien le coacciona. Pone varios ejemplos: el de un maltratador, el de un atracador y el de un chantajista. Sus palabras: "Nadie dice que la mujer maltratada hace las paces con su marido cuando le obedece para evitar que vuelva a pegarle". Desde luego. Pero si el marido lleva tres años sin maltratar a la mujer y hace un compromiso público de no volver a pegarla, quizá la mujer se convenza de la transformación y quiera darle una oportunidad para que se reinserte en el matrimonio, accediendo a mantener una conversación con quien en el pasado le pegó para dejar claras las condiciones en las que podrían convivir de nuevo. Ignacio Sánchez-Cuenca. ELPAIS 13 julio 2006.

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  24. El escritor prototípico, como cualquier otro ciudadano, no suele tener un especial conocimiento de la política. La mayoría de las veces sus tesis no son resultado de una reflexión informada. Ojalá se apoyara el literato en datos: sí, datos, esa clase de información grosera, positivista y tecnocrática que algunos consultan. Pero ante un adjetivo florido y eficaz que se retiren los datos. El literato se siente más a gusto con la retórica y se deja llevar por esa querencia tan latina y tan viril hacia la afirmación contundente, tajante y tronante. Ignacio Sánchez Cuenca. EL PAÍS 11 enero 2012

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  25. Cito a Sánchez Cuenca porque las citas, como sus artículos enteros, me parecen muy divertidas y aleccionadoras. Y para hacer boca hasta la lectura del libro.

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  26. En España hay una mayoría clara de ciudadanos de izquierdas. Las encuestas de los últimos 30 años así lo demuestran. Y los resultados electorales revelan que el número de votos de los partidos de izquierda siempre ha sido mayor que el de los partidos de derecha, con la única excepción de las elecciones de 2000. Ignacio Sánchez-Cuenca. EL PAIS 7 febrero 2008.
    Con todo, sí puede argumentarse que un partido de izquierdas lo tiene algo más difícil que uno de derechas para ganarse el apoyo de la ciudadanía. La razón de esto no tiene nada que ver con la moralidad o la ideología, sino con las propuestas que cada partido defiende y con la relación entre esas propuestas y sus votantes. EL PAIS 6 noviembre 2003

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  27. A mí esas citas, en general, no me parecen nada disparatadas. Muchas podría firmarlas yo.
    Pero yo creo más provechoso no marear la perdiz, no sacar citas que no vienen a cuento (y que encajan en contextos distintos), leer el libro en cuestión y luego razonar los posibles desacuerdos.

    JLGM

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  28. En InfoLibre y en la revista Ctxt también pueden encontrarse muchos artículos de fondo suyos.

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  29. Por las citas que leo, deduzco que en el libro no criticará a gente como Javier Cercas o Suso de Toro, ¿verdad?

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    1. A Javier Cercas lo critica, y no poco; a Suso de Toro lo menciona en un determinado momento en el que da a entender que la prensa patria esta sobrepoblada de escritores. Pero vaya, que teniendo en cuenta el peso que tiene Suso de Toro en el panorama intelectual español, tampoco se sabe a que vendría tal atención.

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  30. Hay muchos autores de los que no trata, pero los que trata están muy adecuadamente tratados. No me parece que ese sea un fallo del libro. El anónimo puede hablar de Suso de Toro o de Cercas y analizar sus disparates (en el segundo, que es el más he leído, los hay abundantes).

    JLGM

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