Don Quijote de la Mancha
Miguel de Cervantes
Puesto en castellano
actual íntegra y fielmente por Andrés Trapiello
El Quijote
resulta, sin duda alguna, un libro peligroso. La lectura continuada de los
libros de caballerías volvió loco a su protagonista; si no la lectura, que a
nadie hace mal, el estudio o el coleccionismo de ediciones cervantinas tiende a
dar en raras formas de delirio y paranoia. El caso más reciente es el del
profesor Francisco Calero, autor de un volumen, tan nutrido de erudición como
ayuno de ciencia y del más elemental sentido común, en el que “demuestra” que
el Quijote de Cervantes y el apócrifo
de Avellaneda tienen un mismo autor: Juan Luis Vives (a quien se deberían
también el Lazarillo y casi toda la
literatura española del siglo de Oro).
Afortunadamente,
nada tiene que ver el nuevo empeño cervantino de Andrés Trapiello con esos
disparates, aunque sin duda resulta polémico y solo parcialmente bien
encaminado. Tras Al morir don Quijote y
El final de Sancho Panza y otras suertes,
sus dos continuaciones de la novela, ha querido ofrecérnosla “en castellano
actual íntegra y fielmente”.
Si los
lectores franceses, ingleses o rusos, pueden leer el Quijote en francés, inglés o ruso actual y no en el del siglo XVII,
¿por qué no ofrecerles a los lectores de lengua española la oportunidad de
hacerlo también en español contemporáneo? Se podría así prescindir de las
abundantes notas, innecesarias unas, imprescindibles otras, que acribillan las
ediciones comunes.
Nada que
objetar, en principio, a la idea. Pero apenas iniciada la lectura comienzan los
reparos. Uno de los humorísticos sonetos del comienzo, “De Solisdán a don
Quijote de la Mancha”, está escrito en “fabla”, esto es, en un lenguaje
voluntaria y deliberadamente arcaizante. Andrés Trapiello lo pone en castellano
contemporáneo, como el resto del libro, eliminando así un efecto estilístico.
Tampoco tiene inconveniente en completar los versos de otro de los poemas: “Soy
Sancho Panza, escude– / del manchego don Quijo–“. Eliminando un recurso
burlesco (los versos “de cabo roto” o
“pies cortados”) que vale lo mismo para el español del siglo XVII que para
el del Siglo XXI (“Soy Sancho Panza, escudero / del manchego don Quijote”, escribe
Trapiello), parece mostrar tan poco aprecio por la voluntad de Cervantes como
por la inteligencia de los lectores.
Hay dos
tipos de arcaísmos en el Quijote: los
que resultan ininteligibles para el lector, incluso para el lector culto de hoy
en día, y los que no dificultan la lectura (algunos incluso siguen vivos en el
habla coloquial de muchas regiones, como ciertas formas verbales o la
anteposición del artículo al posesivo). Al “traducir” el Quijote, Trapiello no se limita a los primeros (uno de los más
llamativos ejemplos es el “trómpogelas” que se cita en el prólogo) , sino que,
como un corrector con exceso de celo, de esos que tanto enfadan a los autores,
sustituye “las más noches” por “casi todas las noches”, “buscara” por “hubiera
buscado” e incluso, en la parodia del romance de Lanzarote (“Nunca fuera
caballero / de damas tan bien servido”) se atreve a modificar el último verso
eliminando la rima: “doncellas curaban dél; / princesas, del su rocino” se
convierte así en “doncellas cuidaban de él, / princesas, de su rocín”.
Algunos de
esos cambios nos dejan perplejos. “No fue muy dificultoso hallar intérprete
semejante, pues aunque le buscara de otra mejor y más antigua lengua le
hallara”, escribe Cervantes. Y Trapiello: “no fue muy dificultoso hallar intérprete
semejante, pues aunque le hubiera buscado incluso de otra lengua más clásica y
antigua lo habría hallado”. Pasen, aunque resulten innecesarios, los cambios en
las formas verbales y en el orden de las palabras, pero ¿por qué sustituir
“mejor” por “más clásica”? Un cambio innecesario que además parece indicar que
el autor se refiere el griego o el latín cuando resulta más probable que se aluda
al hebreo, la lengua del Antiguo Testamento, y por eso “mejor” que el árabe.
El respeto
de Andrés Trapiello por las doce palabras iniciales de la novela (“esas que se
saben de memoria incluso los que no han leído el Quijote”) lo merecerían bastantes palabras más y sin duda alguna la
entera frase inicial: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero
acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en
astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”. Andrés Trapiello
sustituye “lanza en astillero” por “lanza ya olvidada”. Si el “astillero” no
es más que la percha o el estante donde sostener el asta de las lanzas, ¿a qué
viene ese “ya olvidada”, aunque ya no fuera costumbre tener escudos ni lanzas
en casa?
Ciertamente,
abundan los tropiezos para el frecuentador del Quijote que se aventura en esta versión. Señalo uno o dos más:
“Estaba yo un día en el alcaná de Toledo” escribe Cervantes y Trapiello, que no
duda en sustituir “rocino” por “rocín”, deja tal cual ese “alcaná”, arcaísmo
ininteligible para el lector actual, e incluso lo utiliza él en el prólogo.
Cierto que “alcaná”, como tantos otros arcaísmos, figura en el Diccionario de
la Academia, pero también “empero”, bastante más utilizado, que Trapiello no
duda en eliminar. El capítulo XVIII de la segunda parte comienza así: “Halló
don Quijote ser la casa de don Diego de Miranda ancha como de aldea”, o sea,
espaciosa, como suelen ser las casas de los pueblos frente a la estrechez de
las ciudades. La versión de Trapiello (“Halló don Quijote la casa de don Diego
de Miranda aldeana”), sin ser más clara, empobrece el original.
Leemos con
sobresalto continuo los primeros capítulos de este nuevo Quijote, que no elimina la necesidad de todas las notas, sino solo
de las que se refieren al léxico, y a
cada paso tenemos la tentación de abrir una buena edición del Quijote original. Pero continuamos la
lectura y, sin que nos demos cuenta, ocurre el milagro. Es tal la fuerza de la
novela, su transparente magia, que enseguida nos atrapa como si la leyéramos
por primera vez, como si no conociéramos el argumento de memoria, y cuando
tenemos que interrumpir la lectura estamos deseando volver a ella hasta que la
terminamos un poco más sabios y también más humanos, sin acordarnos de si la
prosa que estamos leyendo es la que escribió Cervantes o la que retocó
Trapiello con benemérita aplicación y acreditada pasión cervantina, pero no
siempre con atinado criterio.
Ya en el prólogo de mi libro se hablaba de quienes mirarían esta traducción con una lupa en una mano y la cimitarra de cortar pelos en tres en la otra, no perdonándosela ni al mismísimo Cervantes. Mi traducción, por cierto, no dice, como aseguras como un domine, "lanza ya en olvido", sino "lanza ya olvidada" (y hazme caso: nadie ha visto nunca un astillero, diga lo que diga el drae: ¿de dónde puede colgarse el astil de la lanza, de las orejas?). Encuentro el resto de tu reseña igual de afinada que en este detalle, pero te la agradezco lo mismo. AT.
ResponderEliminarEspero que Trapiello no haya utilizado ni equis ni asteriscos en su "traducción".
ResponderEliminarY desde luego, traducir "las más noches" por "casi todas las noches" o completar los versos de cabo roto, como se hace en todas las traducciones que conozco del Quijote, son descuidos imperdonables. No he dormido esta noche pensando en ellos.
ResponderEliminarQuien no dormí fui yo, amigo Andrés, después de escribir la reseña, pensando en cómo te la tomarías tras tanto entusiasmo cervantino. Pasé dos días tratando de dulcificarla. Veo que lo que conseguido. Me alegra. Sabes que se admira y quiere, aunque desde la discrepancia en ciertas cuestiones intelectuales.
ResponderEliminarLo de "lanza ya en olvido" fue un cruce con otras posibilidades más cercanas al ritmo de Cervantes en las que pensé ("lanza en el perchero"). Ya está corregido..
Veo que lo de "traducir" el Quijote no te lo tomas metafóricamente, sino en sentido literal. Frente a los hablantes de otras lenguas, nosotros tenemos la ventaja de que el Quijote está escrito en nuestra lengua y que la entendemos en la mayor parte de los casos, incluso en ciertas formas anticuadas (pero que forman parte del encanto del libro).
Como te has tomado tan bien mis reparos (señal de inteligencia: también Abelardo Linares, con quien hablé ayer, estaba de tu parte), te diré que el problema de tu libro no es la mayor o menor fortuna en esta o aquella traslación de una frase o algún error, sino una idea equivocada de lo que es el lenguaje literario actual, mucho más rico y variado de lo que tú te imaginas y en el que caben Benet, Gabriel Miró, tú mismo (que tanto gustas de rescatar giros y palabras) y, por supuesto, casi todas las páginas del Quijote.
Y el Quijote, para ser entendido, sigue necesitando algunas notas, que no todas las de las buenas ediciones se refieren al léxico.
JLGM
A todos los libros pueden añadírseles notas al pie. Y lo que hay que tener claro es que la Ilíada que leemos en español, en una buena traducción, ES la Ilíada. Estamos de acuerdo, nuestro español actual está más cerca del castellano del xvii que otros idiomas, pero más o menos a igual distancia que el francés de Montaigne del francés actual, y por eso también lo han traducido a su francés. ¿Y te parece poco estar leyendo el quijote y olvidarte al poco rato, como dices, de si eso esta escrito por Cervantes o por mi? No me han hecho mayor elogio nunca. O sea, que gracias.
EliminarDe nada, Andrés. Y no me seas sofista. Al Quijote lo leyeron sus contemporáneos en ediciones llenas de erratas. Pero eso no quiera decir que no haya que corregirlas. Y a todos los libros se les pueden añadir notas, pero unas son necesarias y otras impertinentes. En tu versión quijotesca siguen haciendo falta muchas notas porque no todas las imprescindibles se referían al léxico. Y aunque el Quiijote, pasado por tu mano, sigue siendo el Quijote, mejor sería haber respetado un poco más a Cervantes y no haber manoseado (no siempre para bien) lo que no necesitaba ningún manoseo.
EliminarQue se venda bien y pronto esta edición. Y que aparezca otra con un criterio más atinado (ya te digo que la idea es buena, pero en sus justos límites).
JLGM
Me encanta constatar el altísimo concepto que tienes de tu criterio, y más en una cuestión (Cervantes y el Quijote) en la que habrás pensado, cuánto, ¿los quince minutos que te ha llevado escribir la reseña? ¿Tu criterio es más atinado que el mío por creer que no se debe de traducir "las más noches" por "casi todas las noches"? Seguramente estás de broma. Y para concluir con astillero. Te pego los sucesivos estados, como los llaman los aguafortistas, por los que ha pasado la palabra astillero a lo largo de estos catorce años: "de los de lanza en astillero > en su astillero > en su astilero > en un perchero > en una percha > en un trastero > en el trastero > polvorienta > ya embotada> arrinconada, > en un rincón > ya herrumbrosa > ya oxidada > en el desván > en un desván > en el armero > ya en olvido > ya olvidada,
Eliminary otras: de los de lanza vieja y sucia, de los de lanza de otro siglo, de los de lanza ya a trasmano, ya en desuso, en la reserva, en su retiro, retirada, licenciada… Seguro, conociéndote, que antes de acabar de leer este correo se te han ocurrido a ti otras tres soluciones mejores. Pero, insisto, nadie me ha hecho mayor elogio nunca que tú en esta reseña, y te lo agradezco, por exagerado que sea.
No sé si mi elogio será el mejor, paciente Andrés, pero desde luego es mejor que el Aramburo hoy en El País. Pensar que un niño de 12 años va a leerse complacido las más de mil páginas del Quijote solo porque en lugar de encontrarse con "las más noches" va a poder leer "todas las noches" o en lugar de "salpicón" va a leer "ropa vieja" es una tontería que solo se le ocurre a un escritor famoso que ni siquiera ha tenido tiempo de hojear tu Quijote (quizá si lo ha hojeado, como yo los desvaríos del profesor Calero, pero seguro que no lo ha leído, de la primera a la última página, como yo he hecho (y te aseguro que para eso no hacen falta catorce años, pero sí algo más de quince en minutos).
EliminarEn fin, ya sé cuál fue mi error: no limitarme, como harán la mayoría de tus panegiristas, a hojear el libro y escuchar tus razones, siempre tan convincentes. Pero ya me conoces... No tengo enmienda. Pero no te preocupes. Harán más caso a Aramburu. Pero esperemos que los profesores no le hagan caso y no obliguen a leer el Quijote íntegro a los niños, aunque sea en una versión, como la tuya, presuntamente al alcance de todas las inteligencias.
Ah, y me perdonarás, pero entre tus opciones creo que hay por lo menos seis mejores que aquella por la cual te decidiste. Pero eso es lo de menos. Ya sabes que mis discrepancias van hacia el concepto: los usos lingüisticos que cualquier hablante español entiende hoy ("díjole" por "le dijo", etc), aunque no los use, deben ser rigurosamente respetados.
JLGM.
Se me olvidaba que lo de "díjole" todavía se sigue usando en Asturias, y le tendrás apego: compréndolo perfectamente. Y la verdad es que tienes gracias por arrobas: calumnias a Aramburu diciendo que no crees que haya leído ese Quijote, pero tratas de que creamos que tu sí. Verás, mí me sucede al contrario, sé que Aramburu se lo ha leído de dos sentadas, y que tú no has hecho más que hojearlo. Por que si después de haber leído sus mil páginas sólo has sido capaz de encontrar como objeciones esas tan... banales, mi trabajo está mucho mejor de lo que yo mismo creía. Gracias de nuevo. Un abrazo.
EliminarQuerido Andrés, no se trata de tener apego o no a una expresión si no de si es comprensible o no por cualquier lector. La posposición de los pronombres átonos se da en la lengua hablada de Asturias y en la lengua escrita de Valle-Inclán, Pérez de Ayala e infinidad de escritores del siglo XX. A cualquier lector le resulta familiar.
EliminarVamos a dejar lo de quien lo leyó o no lo leyó entero, que es indemostrable. Pero lo de que ese Quijote revisado está al alcance un niño de doce años (¡lo que se divertiría con el capítulo del escrutinio de la biblioteca al entender por fin todas las palabras!) no pasa de una apresurada tontería, y que me perdone mi admirado Aramburu.
Termino: mi artículo tenía limitaciones de espacio, solo se trataba de poner algún ejemplo, no tanto de equivocaciones ("ancha como de aldea", "aldeana"), sino de un criterio equivocado. O mejor, para ser educado, que yo no comparto.
Pero lo comparte mucha gente más inteligente (o más famosa) que yo. O sea que lo más probable es que, por mucho que lo dude. sea yo el equivocado.
Que tu Quijote se venda como rosquillas, amigo Andrés, te desea de todo corazón tu buen amigo
JLGM
Y gracias por hacerme releerlo entero, aunque fuera con intención de contradecirte. Siempre es un placer volver a Cervantes.
Gracias a ti siempre, José Luis. Porque adonde quería llegar era precisamente a este punto en el que dices que es un placer volver a Cervantes. Pues este Quijote traducido es tan Quijote y tan de Cervantes como la Ilíada es la Ilíada y de Homero en una traducción. No decimos "estoy leyendo una traducción de la Ilíada", sólo "estoy leyendo la Ilíada", y pronto muchos dirán, "he leído el Quijote", el de Cervantes, sin que nadie le pregunté si lo ha leído en castellano del XVII, en español del XXI o en inglés, como Borges. Un abrazo.
EliminarSe me ocurre una solución salomónica: que JLGM actualice por ejemplo El Lazarillo y que demuestre la infalibilidad de esos criterios que seguramente le soplará alguna divinidad. Por lo de pronto he leído y disfrutado el delicioso Quijote de AT.
EliminarLo mismo que disfruto de cada tomo de su Salón... Y ya me gustaría poder disfrutar otro tanto con los del señor GM... Nieves
Me sumo un poco tarde a la discusión pero la traducción mantiene la escancia del original que al fin y al cabo es lo importante al remarcar en este trabajo. El discutir si algunos fragmentos se deberían dejar en el español antiguo es de necio porque como explico Andrés mas arriba el lo tradujo al español del sigo xxi sin modificar los modismos y la escancia de la obra original, algo que a mi parecer logro en gran medida.
EliminarEn mi caso yo no soy nativo de España, soy de Argentina, y tuve que dejar varias veces el Quijote por lo inentendible que eran muchos de sus términos (leer buscando palabras en un diccionario a cada rato no es leer, es un castigo), pero con la versión de Andrés la verdad es que estoy disfrutando del Quijote como no pude hacerlo en su versión original. Lo cual creo que debió ser el objetivo de Andrés y algo que yo agradezco.
Yo opino que esta perfecto que JLGM tenga su opinión sobre la traducción, pero determinar en base a sus preferencias que una traducción no esta bien hecha porque no esta traducida con los mismos criterios que el hubiera usado es como decir que a mi parecer Cervantes debería cambiar varias partes del Quijote porque a mi me hubiera gustado que sea diferente. Al fin y al cabo el Quijote lo escribió Cervantes y la traducción la escribió Andrés. Si no te gusta sos libre de hacer tu propia traducción en base a tu criterio, y aguantar que los JLGM de turno te digan porque tu traducción esta mal y como debería se en base a su criterio.
Un saludo.
¿Ha leído realmente usted las más de 700 páginas de "El verdadero autor de los Quijotes de Cervantes y Avellaneda" de Francisco Calero?
ResponderEliminarTras haber leído la presentación del autor sobre su propio libro:
http://www.bac-editorial.com/catalogo/capitulo_14901_Autor_Quijotes.pdf
y oído una entrevista con él:
https://canal.uned.es/mmobj/index/id/25632
creo que se puede decir que su tesis, como todas las tesis, es discutible, pero no que su libro está "ayuno de ciencia" y que su hipótesis carece "del más elemental sentido común".
Lo mismo se dijo en Francia sobre la tesis de Pierre Louÿs según la cual el verdadero autor de las obras de Molière fue Corneille, y hoy, ante la acumulación de pruebas incontestables de su veracidad, hay cada día más especialistas que lo admiten.
Recordemos también la célebre frase de Schopenhauer: "Toda verdad atraviesa tres etapas. Primero es ridiculizada. Luego, violentamente criticada. Y al final se la considera como una evidencia que siempre lo ha sido."
Tiene usted toda la razón: no he leído las 700 páginas, solo he hojeado el volumen. Sí he leído otros del autor atribuyendo a Vives diversas obras. Tomar sus hipótesis en serio me parece una broma. Sospecho que ni usted ni yo, por muchos siglos que vivamos, veremos convertida en evidencia la autoría del Quijote por parte de Vives
EliminarJLGM.
A mí lo que más me interesa en la hipótesis de Calero no es el hecho de que el autor del Quijote pueda ser Vives, sino la posibilidad de que Cervantes no haya sido su verdadero autor (como es evidente que el actor que se llamó más o menos "Shakespeare" no fue el autor de las obras firmadas con ese nombre, o que fue Corneille el verdadero autor de las obras firmadas por Molière - actor que, por cierto, nunca reivindicó el hecho de ser escritor).
EliminarEs obvio, por lo que dice, que es usted partidario firmísimo de lo que se llaman "conspiranoias". NO ES EVIDENTE, en contra de lo que afirma, que Corneille sea el autor de las obras de Molière; es discusión abierta, y son muchísimos más, y de más prestigio, los especialistas que descartan semejante hipótesis, basada por ejemplo en la supuesta pobreza de Corneille, que podría haberle llevado aaceptar el papel de "negro", cuando parece demostrado que murió rico; la mera comparación entre las comedias de Corneille (que las tiene) y las de Molière hace parecer bastante descabellada semejante hipótesis. Y respecto a Shakespeare, ni siquiera hay consenso entre quienes afirman su no-autoría respecto a quién podría haber sido el verdadero autor; pero la comparación entre las obras de Shakespeare y las de Bacon, por ejemplo, da que pensar, no sobre esa absurda hipótesis, sino sobre el grado de credulidad de algunos.
EliminarEn todo caso, repito y termino, la afirmación de que una y otra cosa sean EVIDENTES, como dice, es al menos completamente falsa -y yo diría que disparatada además.
Es evidente que usted no conoce en absoluto el tema. Vea el excelente programa de Historia de la TV francesa "L'ombre d'un doute" dedicado al asunto, y luego hablamos.
Eliminar"Molière l'Imposteur"
https://www.youtube.com/watch?v=pq0knCV4Ncs
Cuántas improbabilidades son "evidentes" para HA. Me limitaré a recordarle, o a informarle, lo que al respecto del recurrente temita shakespeariano dijera G. B. Shaw, entonces un joven crítico teatral de temible ironía, cuando volvió a plantearse a fines del siglo XIX. Según él, había seguido con mucha atención la polémica en aquellos días, y él mismo estaba también convencido de que el verdadero autor de las obras que conocemos bajo el nombre de Shakespeare no era el que siempre se había dicho, sino otro, que había nacido el mismo día, en el mismo lugar, y que, para extremar las coincidencias, se llamaba también William Shakespeare. Digo lo mismo. (Y también le recuerdo, de paso, que es peculiar el que quiera usted apoyar una "evidencia" con un programa de TV llamado "La sombra de una DUDA". ¿Le copio la definición que da la Academia de "duda"? Yo diría que no la tiene muy clara -cosa, por lo demás, típica de los conspiranoicos).
EliminarEn cuanto a la traducción de Trapiello (que me interesa mucho), después de haber leído varias críticas sobre ella, he decidido esperar a que salga la versión de bolsillo corregida, para comprarla - porque es evidente que la actual no será la definitiva.
ResponderEliminarSu trabajo me recuerda el que hizo en Francia Aline Schulman con su traducción moderna del Quijote, mucho más fácil de leer que las del siglo XIX o en el XX las de Oudin-Rosset-Cassou o Miomandre.
Por si es de interés a la discusión: http://www.lanuevacronica.com/va-de-un-jambo-que-esta-loco
ResponderEliminarPor el mismo interés, carta al director de EL PAÍS, 18/06/2015:
Eliminar« A LOS ALUMNOS, EL 'QUIJOTE' ORIGINAL
Nada que decir sobre que se “traduzca” el Quijote. Otra cosa es que los alumnos de Bachillerato tengan que leerlo “traducido”. Del todo en contra. No creo que los alumnos lo lean más ni mejor por estar puesto en léxico moderno. Treinta y cinco años de profesor me lo avalan. La cuestión es otra. La cuestión es en qué momento tiene un joven que leer el ‘Quijote’ entero, como en qué momento tiene que saber que saber hacer ecuaciones de segundo grado. Nuestro deber como profesores es saber cuándo se hace cada cosa, cómo y con qué instrumentos se lo podemos acercar mejor. Pero un alumno de Bachillerato debe exigirse esfuerzo, tiempo y dedicación porque estudiar es trabajar. Por otra parte, me gustaría que alguien explicara si resulta más fácil leer, es decir, entender, un poema de Cernuda que el ‘Quijote’ en versión original. El mismo Cervantes lo decía: “Las traducciones son como los paños de Flandes pero vistos del revés”. Igual que 'Las Meninas' no “se traducen” pero se proporciona al alumno las claves de interpretación, el ‘Quijote’ es “intraducible” al español porque está en español, pero tiene el profesor el papel clave de orientar a los alumnos en un camino que él conoce.— Silvano Andrés de la Morena. Barcelona. »
Excelente y ponderado comentario a una publicación ciertamente controvertida. Su análisis es brillante y, para más, los dos días de labor dulcificadora parecen haber logrado su objetivo. En mi opinión, da usted en el clavo, al igual que da en el clavo, desde otro ángulo, la divertida entrada del blog de Santiago Trancón
ResponderEliminarY para intentar aportar algo al debate, me permitiré discrepar en un punto, quizá el único de toda la entrada: yo no creo que no haya “nada que objetar a la idea”, sino todo lo contrario. De manera que no desenfundaré la lupa ni la cimitarra, ni entraré en los detalles, que ya lo ha hecho usted con gran solvencia. Más bien me planteo el trazo gordo: ¿qué sentido tiene esta traducción, o “puesta”? ¿a qué lectores puede satisfacer? ¿qué necesidades lectoras podría cubrir?
Creo que estaremos de acuerdo en que siempre es lo ideal leer las obras tal como las escribió su autor, en su lengua y forma original. Y, por otra parte, en que las traducciones son necesarias ¿Cuándo? Pues evidentemente cuando un gran número de lectores no puede entender la versión original, caso obvio de otros idiomas. En esos casos, la distorsión del original que siempre implica inevitablemente la traducción (“traduttore, traditore”) compensa ante la imposibilidad de acceso para muchos lectores. Digamos que esos lectores podrán acceder “al menos” a una versión muy aproximada de la obra; mejor eso que nada ¿verdad?
Y la pregunta del millón es: ¿compensan, en este caso, las inevitables derivas de una traducción (como ejemplos sobrados se ponen de manifiesto en ambas entrada) frente a las dificultades objetivas que pueden plantear formas arcaicas de tu mismo idioma? Tanto el autor como el editor, obviamente han considerado que sí, que compensa. Yo me permito disentir, aunque bien puedo estar equivocado. Y no porque dude la plena solvencia de Trapiello, de sobra acreditada. Sino porque pienso que el posible público objetivo al que beneficiaría (y compensaría) una traducción de este tipo, queda reducido a una franja mínima de lectores, comprimida entre los que de ninguna manera lo entenderán (aparte los que no tienen el menor interés ni en leerlo ni en entenderlo) y los que con un pequeño esfuerzo podrían entender suficientemente la riqueza insustituible del original.
Le felicito por su blog. Acabo de encontrarlo, por un "rebote", y lo frecuentaré.
ResponderEliminarComo simple y llana lectora castellanoparlante, sin otras credenciales ni títulos, que ha disfrutado de la lectura de El Quijote (el de Cervantes) sin ninguna conciencia de estar realizando una proeza, le felicito por su artículo y se lo agradezco. Y por añadir algo, sólo se me ocurre citar a don Quijote: "El traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio, ni elocución, como no le arguye el que traslada, ni el que copia un papel de otro papel" (2ª parte, capítulo LXII).
ResponderEliminarEn efecto, eso dice don Quijote, pero las citas hay que hacerlas completas, y si lee un poco más de ese capítulo, se encontrará con las palabras que dedica don Quijote a las traducciones que han hecho Cristóbal de Figueroa y Juan de Jáuregui, que yo cito en mi prólogo, como citaba las que usted cita, pensando en que las gentes como usted perdieran el tiempo en esta clase de polémicas ociosas: "Felizmente ponen en duda cuál es la traducción y cuál el original".
Eliminar¿Gentes como yo? No sabía que me conociera...
EliminarRazón de su Triste Figura, el Caballero piensa en todos: en el conocido A. Trapiello --gabela de su nombre-- mucho más que en usted, J. Teresa.
EliminarMás vale non meneallo. ( El original, digo).
ResponderEliminarPor casualidad he llegado a este blog buscando cierta información, y me ha llamado la atención la descalificación gratuita que se hace aquí a la persona de Francisco Calero. Sí, a su persona, ya que de su magnifico libro no se dice nada salvo el título. El día que lea alguna crítica seria (positiva o no) sobre estas investigaciones, tendré a su autor por alguien digno de todos los respetos, pues estos insultos que usted profiere solamente demuestran la bajeza de su ingenio.
ResponderEliminarAnónimo, tenemos conceptos distintos del término "insulto" y del término "bajeza". No descalifico la persona de Francisco Calero, a quien no conozco, sino sus investigaciones sobre el Lazarillo, el Quijote y otros libros varios, todos, según él, escritos por Juan Luis Vives. He leído esos trabajos suyos y lo que yo digo se ajusta exactamente a esas elucubraciones que ningún investigador puede tomar en serio. Si me encuentra alguno, con nombre y apellidos, tendré mucho gusto en debatir razonadamente con él.
EliminarJLGM
Mire, en relación a este tema he encontrado en internet esta reseña donde se dice que la tesis está debidamente fundamentada http://i.imgur.com/cztq0ZO.jpg
ResponderEliminarPor otro lado, creo que también es interesante este artículo de Aguilar Piñal, académico sevillano, sobre la verdadera autoría del Quijote https://www.dropbox.com/s/u2m8xlqi25g9z9x/Qui%C3%A9n%20escribi%C3%B3%20el%20Quijote.pdf?dl=0
Con este último artículo, lo que quiero señalar es que la no autoría de Cervantes propuesta por Francisco Calero no es una idea original suya (como él mismo admite en su libro) sino que otros investigadores también han publicado al respecto, e incluso antes que él. O al menos esta idea es la que he sacado yo leyendo la primera parte del libro.
Por cierto, tampoco creo que la BAC publique un libro que resultara al consejo editor "ayuno de ciencia y del más elemental sentido común". Y esta última observación se la digo precisamente desde el sentido común más elemental y con todo mi respeto.
Un saludo y gracias por su respuesta.
Lo original de Calero es que media literatura española del siglo de Oro, del Lazarillo al Quijote, la escribió Juan Luis Vives.
EliminarY ciertamente a mí me extrañó que la BAC publicara ese volumen, me imagino que la publicaron sin leer porque el autor era catedrático (ocurre a veces, sobre todo cuando financia el autor, que no sé si será este el caso). De otro modo, no se explica.
Pero vamos a dejarlo aquí. Cosas más peregrinas se han escrito del Quijote, que de momento sigue siendo de Cervantes y no de Juan Luis Vives. Pero si usted ha leído el libro de Calero y le convence, pues muy bien. No voy a hacerle yo cambiar de opinión con unas apresuradas líneas.
JLGM
Leyendo a ambos en esta polémica ("POR QUE si después de haber leído sus mil páginas sólo has sido capaz de encontrar como objeciones esas tan... banales" [AT]; "Querido Andrés, no se trata de tener apego o no a una expresión SI NO de si es comprensible o no por cualquier lector" [JLGM]) veo que en la batalla van perdiendo, además del fair play - ¿será necesaria la traducción?- algunas buenas formas gramaticales.
ResponderEliminarCoño, que mal perder teneis
ResponderEliminarUn poco tarde llego, pero tendrá que valer. ¿Por qué se ha discutido aquí sobre Literatura? Es de dinero de lo que se tendría que haber hablado. Me temo que han pasado más de dos años desde que se originó esta polémica, y que después de todo este tiempo el acercamiento al Quijote por parte del lector moderno no ha experimentado ninguna mejora significativa, como por otra parte era de esperar. Sí habrá experimentado una mejora notable la fortuna personal de Andrés Trapiello, y bien está: que un escritor español gane un buen dinero nunca puede ser objeto de reproche, sino más bien de alabanza. En cuanto a mí, he de confesar que leí una edición crítica del Quijote hace más de veinte años y me pareció que ya estaba bastante bien así la obra, aunque pueden ser cosas mías, por supuesto. Y en cuanto a los jóvenes de mi familia, por ejemplo, he de añadir que tanto el Quijote de Trapiello (!) como el de Cervantes son para ellos lecturas igualmente inasumibles, y que lo mismo les ocurrirá a otros, de más o menos edad, en todas partes. En resumen: que la realidad es tozuda y que al menos el señor Trapiello, aunque inhábil para corregirla, no sufrirá las penurias que sufrió Cervantes. Habría que preguntarle a este último qué opinión Le merece este particular, claro. Me atrevo a sospechar que le importa entre poco y nada sobre poco más o menos.
ResponderEliminarPara ser usted tan arrogante se le ve muy mal informado: Cervantes nunca sufrió penurias económicas. Lea, lea alguna biografía más o menos reciente (de la última década, digamos).
EliminarEl castellano rico de Cervantes, debe prevalecer. A un niño, démosle (¿o debo decir le demos?) un Quijote sencillo. A un lector inmaduro, de igual modo. A un lector exigente, que lea hasta donde llega su alcance. Si pide ayuda, entonces, sí, se le ofrece. El intelectual no la precisa. Es conveniente que diga Trapiello para qué lector remozó este Quijote.
ResponderEliminarQuien no sufre penurias económicas, aunque en este campo de la medicina en la época de Cervantes hubiese escasos medios técnicos, no deja que se le queden las mandíbulas sin dientes, si, como se sabe, era un hombre inteligente. Penurias económicas, las tuvo
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